- Pabellón de Córdoba

         




Pabellón de Córdoba (Fototeca Universidad de Sevilla)

El Comisario Regio Cruz Conde, como buen cordobés, presionó para que la presencia de su ciudad natal estuviera bien representada en el Certamen sevillano, por ello no escatimó esfuerzos para conseguir los fondos necesarios de los distintos organismos oficiales, y no dudó en enviar al Vocal interventor del Comité Nicolás Díaz Molero a la ciudad de los califas para tal fin.


El pabellón fue proyectado por el arquitecto municipal cordobés Carlos Sáenz de Santamaría, con una superficie de 614 m2, incluyendo la terraza y las escalinatas, sobre una parcela de 1100 m2. La primera ubicación se situó en la avenida de las Delicias, frente a los jardines de dicho nombre, a la izquierda de la entrada a la Plaza de América por esta avenida, que le fue ofrecida al arquitecto del pabellón el 28 de mayo de 1928, cambiando su situación al entorno de la Plaza de los Conquistadores, al modificarse el proyecto de construcción del pabellón, en agosto de dicho año, con carácter permanente, ya que en el entorno del Parque solo podían ser construidos como permanentes los edificios representativos a las naciones participantes y lo oficiales. 

Primer diseño de la Casa de Córdoba. (La Voz. Diario gráfico de información)


Esta circunstancia hizo que al final esta parcela le fuera concedida a las compañías cafeteras de Colombia para que edificaran allí su original pabellón. 

Este cambio de emplazamiento, lo situó en la Avenida de Venezuela (actual Avd. Reina Mercedes) junto a los Pabellones de Murcia y Jaén y frente al Barrio Moro, en los terrenos alquilados a los hermanos Camino para la Exposición, y que el Ayuntamiento hispalense tenía propósito de expropiar, motivo éste por el que se le concedió la autorización para que su construcción fuera permanente. Subyaciendo el interés por esta lugar porque estaba previsto que en un futuro se estableciera en esta zona del Sector Sur la Feria de Abril, permitiendo ser utilizado el pabellón no solo durante el Certamen, sino durante las fiestas que allí se celebrasen.


Vista aérea con indicación de la situación del Pabellón de Córdoba, a la derecha de éste la actual avenida Reina Mercedes y el Barrio Moro, a la izquierda el Pabellón de Murcia y detrás el de Jaén. (ICAS. Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Sánchez del Pando)


Establecido tanto el lugar como el carácter definitivo del pabellón, se inician las obras siendo la empresa de Enrique Vázquez Nieto las designada para su ejecución, entre las condiciones del contrato se encontraba la de tenerlo cubierto y concluido exteriormente para el siete de mayo, y totalmente terminado en el mes de agosto de 1929 lo mas tarde. 

Su construcción estuvo salpicada de una serie de incidencias e imprevistos que retrasaron la terminación de la obra, a finales de noviembre de 1929, le fue rescindido el contrato a la empresa constructora ante la lentitud de las obras, siendo terminada su construcción bajo la dirección de Vicente Traver y por el sistema de destajo, estando terminada el 7 de febrero de 1930, inaugurándose oficialmente el 18 de febrero, escasamente cuatro meses antes de la finalización de la Exposición. 



La obras fueron costeadas por el Ayuntamiento con un presupuesto para su construcción que ascendió a 400.000 pts., corriendo a cargo de la Diputación los gastos de mobiliario, instalación y conservación por mas 100.000 pts., 

Su autor lo diseñó con exquisitez, queriendo reflejar en su arquitectura las características de la ciudad, y siendo Córdoba eminentemente árabe se basa en su principal monumento la Mezquita, para las líneas generales de la composición, desde la entrada hasta los techos, superponiendo componentes arquitectónicos bebiendo de la fuente de la arquitectura califal, destacando la bóveda de la cúpula de la nave principal, que reúne claramente elementos del mirhab de la Mezquita cordobesa, y reproducción de la torre alminar de la iglesia de San Nicolás de la Villa, aunque no corresponda su estilo al resto del edificio, evocando claramente el carácter historicista que se aprecia al fusionar en clave ecléctica de ambos lenguajes arquitectónicos.


Fachada posterior del pabellón cordobés. (Catálogo oficial Exposición Ibero-Americana. 1929-1930)

El edificio se componía de planta baja y semisótano que ocupaba solo una pequeña parte del edificio, proyectada esta última como vivienda del conserje, compuesta de cocina, comedor, dos dormitorios y aseo, así como un almacén y los servicios públicos del pabellón.


En la planta baja, tras franquear el vestíbulo, y adentrarnos en el interior del pabellón se encontraba a la derecha un salón para las visitas y las escaleras de acceso a la torre, y al fondo el espacio que ocupó la sala dedicada al pintor cordobés Julio Romero de Torres. El edificio se desarrolló hacia el lado izquierdo con una sucesión de tres salones, los dos extremos también de estilo árabe con artesonado y lucernarios, siendo el central el gran salón con cúpula evocando el Mirhab nuevo y dependencias secundarias alrededor de estos, es digno de mencionar el tratamiento de los techos y bóvedas del pabellón. 



Planta del edificio y distribución de los espacios.


En la parte del edificio donde se encontraban los salones, en los muros de la izquierda, existían dos salas octogonales convertidas en capillas en las que se exponían las magníficas obras de platería cordobesa, y una muestra de la riqueza artística y artesanal de la provincia, como por ejemplo, numerosos trabajos de filigrana, repujado, hierro artístico y joyería fina. Culminando su extremo en cuerpo de forma semicircular como acceso al exterior, formado con arquería de medio punto sobre columnas de mármol y escalinata rodeando a éste, que se inspiraba en el porche del patio de los Naranjos de la Mezquita cordobesa. 




Alzado de la fachada posterior y sección del Pabellón de Córdoba. (Archivo Municipal de Sevilla)



La planta del pabellón es de forma irregular, situaba el acceso principal en el extremo de una de las fachadas junto a la torre-alminar. Su construcción se ejecutó con muros de carga de ladrillo macizo, sobre cimentación a zanja corrida de hormigón. El forjado de los pisos se realizó con vigas de acero, y las cubiertas resueltas a la andaluza. Los pavimentos de los salones principales en mármol blanco y las dependencias de servicios y la vivienda del conserje con baldosas hidráulicas. 

Las terminaciones de los paramentos se realizan con enfoscados de cemento y los revocos imitando la piedra, empleando en la decoración de ciertos elementos y de la tracería, la piedra artificial o la escayola, según fuera para el interior o el exterior.


Plantas de techos, bóvedas y semisótano del pabellón cordobés. (Archivo Municipal de Sevilla)

La torre-alminar, reproduce a la existente en la iglesia parroquial de San Nicolás de la Villa, en la capital cordobesa. Esta iglesia fue erigida por San Fernando en la conquista de Córdoba en 1236 sobre una mezquita existente. La torre pues fue primitivamente el alminar árabe de la mezquita, de cuya época se conserva el primer cuerpo cuadrangular. El estado actual, de la torre originaria, se debe a la intervención que en ella se hizo en 1496, el cual consistió en añadir un segundo cuerpo octogonal, sobre el primitivo, rematado por una cornisa de arquillos apuntados sobre la que se levanta el módulo de campanas que se construyó en el siglo XVIII, cubierto de teja vidriada a cuatro aguas, circundado por una baranda de forja. Es quizás esta la torre mas singular y bella de la ciudad.



Torre campanario de la Iglesia de San Nicolás de la Villa en Córdoba


La torre reproducida en el pabellón, sigue la misma composición que la original, alcanzando una altura de 15 metros, habiéndosele colocado los distintos elementos decorativos en escayola fijados con elementos metálicos, que produjeron su gradual desaparición, quedando en la actualidad fragmentos aislados. La torre a través del cuerpo de arranque se conformaba en un espacio abovedado que se comunicaba, a través de un hueco, con el gran salón de El remate de la torre lo constituye un cuerpo de 4,50 metros que simula un campanario, donde nunca se instaló campana alguna. recepciones.



La torre-alminar del Pabellón de Córdoba después de la restauración.


La Diputación cordobesa que se había encargado del amueblamiento de pabellón, encargó a la madrileña casa Crowner la realización del mobiliario de los salones, torre y vestíbulo en estilo califal, consistentes en mesas redondas y octogonales, divanes, banquetas y sillones. La casa M. Mateo realizó en el mismo estilo las diferentes lámparas que iluminaban los distintos salones y espacios expositivos del edificio.




Diseños de lámparas y mobiliario encargado por la Diputación de Córdoba para amueblar el pabellón. (Archivo Diputación de Córdoba)

También se colocaron una serie de paneles con los nombres de cordobeses ilustres de todos los tiempos hasta 1830, entre los que se incluían a Lucano, Abderraman III, Maimónides, Averroes, Juan de Mena Fernando de Córdoba el Gran Capitán, Hernando Colón y así hasta un total de 83 personajes seleccionados

Sala de Julio Romero de Torres. (Ilustración La Voz diario gráfico de información )


Al fondo de la entrada se ubicaba la sala destinada a mostrar las obras del insigne pintor cordobés Julio Romero de Torre, en la cual se expusieron una colección de veintiocho pinturas suyas, que fue decorada por su hermano Enrique con lujosas telas diseñadas en el taller veneciano de Fortuny. Estos cuadros trataba los de tema religioso, taurino, desnudos y sobre todo retratos, entre los que destacaban La Chiquita Piconera, que fue el último cuadro pintado por Romero de Torres, pintado expresamente para la Exposición Iberoamericana. Los de Marta ó Amparo, este último en un dibujo preparatorio fue usado por la revista Blanco y Negro para ilustrar el calendario de ese año de 1929, exhibiéndose el óleo por primera vez en la Exposición, sirvió como reclamo del Pabellón de Córdoba. Otros fueron Rivalidad, La nieta de la Trini, Gitana, Contrariedad, Naranjas y Limones, Muerte de Santa Inés, María de la O, y así hasta un total de treinta lienzos. Se quería dar una imagen de la ciudad con lo más típico de la misma a través de estos cuadros.

Salón central o de honor.


Se dio el caso que, poco después de inaugurarse el pabellón, el 10 de Mayo de 1930 falleció el pintor, su viuda e hijos tomaron la decisión de no vender ninguna de las obra del pintor, reuniéndolas en un museo dedicado a su memoria. Fue así como la familia donó al Ayuntamiento de Córdoba los lienzos que el artista había presentado en el Pabellón.

Se pudo admirar también, una importante muestra de obras de arte cedidas por el Museo, la Catedral y otras instituciones cordobesas, trasladándose al pabellón objetos representativos de la ciudad destacando piezas arqueológicas de época califal, del arte religiosos, orfebrería, artes decorativas, libros y documentos antiguos.

De las primeras de ellas se mostraron diferentes capiteles árabes en mármol labrado, asñi como tinajas con cenefas decorativas. Las obras religiosas fueron diferentes obras pictóricas de Pedro de Córdoba, Valdes Leal, Alejo Fernández, bajorrelieves de Juan de Córdoba, así mismo la Purísima de la Catedral; de orfebrería se exhibió la Custodia de plata de San Nicolás, que se instaló en el centro del salón de honor, el San Rafael de plata de Damián de Castro, la Concepción también de plata y una importante colección de obras de plata de la Catedral. Sobresalió entre estas piezas un relicario de plata de la Seo cordobesa, de estilo gótico mudéjar realizado en plata en la segunda mitad del siglo XV, además de frontales de plata, arañas y lámparas realizadas en este metal. 

Había también obras de artesanía de curtiduría y platería, como las colecciones de cueros y treinta y cinco aguamaniles de los siglos XV al XVIII del Marqués de Viana, así como jarrones de porcelana china.

Los documentos y libros antiguos procedían del Ayuntamiento, del Archivo de Protocolo y de colecciones particulares, los mas interesantes fueron un diploma en pergamino del Fuero de Córdoba en romance del siglo XII y un libro de actas capitulares del Concejo Municipal de Córdoba de 1493. 

Además del mobiliario adquirido exprofeso por la Diputación Provincial, para decorar el pabellón, piezas procedentes de diversas iglesias y de colecciones particulares fueron trasladadas al edificio principalmente cornucopias y pequeños objetos.

Una vez concluida la muestra, el edificio fue preservado de su derribo gracias a que tuvo un destino militar, como sede del Grupo de Automovilismo del II Cuerpo del Ejército “Sector Sur”. Pasados los años, el pabellón quedó en estado ruinoso, siendo derribado en la década de los años setenta del pasado siglo.

La torre es el único elemento que se salvó de este pabellón, encontrándose en un estado lamentable de conservación, hasta 1995 fecha en que fue profundamente restaurada por el arquitecto Juan Manuel Rojo Laguillo, consolidando todo el conjunto de la torre, evitando las perdidas por desprendimiento de distintos elementos ornamentales y fragmentos de cornisas. Actualmente está perfectamente integrada en el campus universitario de Reina Mercedes


Alguno de los lienzos de Julio Romero de Torres que fueron expuesto en el pabellón cordobés.


Amparo


La Niña de las uvas.


La Chiquita piconera

Marta
Dos hermanos argentino Leopoldo y Arturo Uriarte y Piñero, se encapricharon y adquirieron varios cuadros de Romero de Torres entre los que se encontraban Amparo y Rivalidad. La colección sería donada con posterioridad al Museo de Bellas Artes de Buenos Aires, pero en 1991 los herederos de los Uriarte y Piñero recuperaron la obra que fueron subastadas.

A continuación de muestran una serie de imágenes, que se conservan en la Fototeca de la Universidad de Sevilla, con distintas obras artísticas que se expusieron en pabellón.

Bandeja de Plata del Marqués de Viana





Procedentes de la Catedral, Tablas con la Adoración y la Presentación.



La Asunción de la Virgen, de la Iglesia de Santiago


La Virgen con el niño, propiedad de la Duquesa viuda de Osuna.



Acto de inauguración


FUENTES

- LA EXPOSICION IBEROAMERICANA A TRAVES DE LA PRENSA (1923-1929). Encarnación Lemus López
- VIVIR EN SEVILLA, Nicolás Salas. Diario de Sevilla 28 de Marzo de 2004
- HISTORIA DE LA EXPOSICIÓN IBERO AMERICANA DE SEVILLA. Eduardo Rodríguez Bernal.
- FOTOTECA DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA.
- Archivo Municipal de Sevilla. Expediente Pabellón de Córdoba. Caja 87 (Rollo 713 (fotogramas  13 a 314)
- ARQUITECTURA DEL REGIONALISMO EN SEVILLA 1900 - 1935. Alberto Villar Movellán.
- Fondos de la Hemeroteca. Los Pabellones de la E.I.A. Villar Movellán
- CORDOBA Y LA EXPOSICION IBEROAMERICANA DE 1929. María Luisa Bellido Gant.
-La Casa de Córdoba en la Exposición de Sevilla. Andalucía Revista Ilustrada. 01 de enero de 1930.
-La Casa de Córdoba en la Exposición de Sevilla. La Voz diario gráfico de información. (varios números años 1929 y 1930)
- Julio Romero de Torres celebra en Sevilla una exposición. La Esfera. 17 de mayo de 1930
- La Exposición Ibero Americana. ABC de Sevilla 19 de Febrero de 1930 (Pabellón de Córdoba)
- Análisis comparativo de la aplicación de ambos sistemas al pabellón de Córdoba en la Exposición Ibero Americana de Sevilla de 1929 y a sus antecedentes arquitectónicos. J.M. Raya Urbano, J. Jose Montero Angel, J.J. Moyano Campos y D. Marín García. Revista APAREJADORES nº 47 Octubre-Diciembre 1995
- Servicio de recuperación de automóviles. ABC Sevilla 01 de Septiembre de 1939.
- Servicio de recuperación de automóviles del Ejército. Zona Sur. ABC Sevilla 26 de Enero de 1939.
- Incendio en el Sector Sur de la Exposición. ABC Sevilla 27 de Julio de 1939.








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