- Pabellón de Cádiz




Pabellón de Cádiz. (Postal de la época)

El puerto de Cádiz, se habría de convertir en el puerto principal donde gran parte de las mercancías y viajeros procedentes de América desembarcarían para visitar la Exposición Iberoamericana, siendo este el principal motivo de la mayor implicación de los organismos públicos gaditanos en el Certamen sevillano. Así el esfuerzo municipal se centró en las obras llevadas a cabo para adecentar la ciudad con las intervenciones urbanísticas en los paseos de la Alameda y Canalejas, la plaza de Isabel II y la Plaza de Toros; este plan de reformas incluyó la construcción de grupos escolares, y mercados, e incluso la municipalización de los abastecimientos de agua y de fluido eléctrico, como avance y voluntad de la ciudad al proyecto americanista.


Previamente, en septiembre de 1928, el ayuntamiento gaditano había presentado, para su aprobación, al Comité de la Exposición el proyecto de su pabellón representativo, una vez desechada la idea de concurrir en una instalación conjunta con las provincias andaluzas de Huelva, Almería y Jaén. El proyecto fue diseñado por el arquitecto provincial Juan Luís Romero Aranda, con una superficie de 201,50 m2. en una parcela de 360 m2, teniendo como presupuesto para su construcción 100.000 pts.



El 30 de enero de 1929, apareció en la prensa la noticia de que el Presidente de la Comisión Provincial Pro-Exposición Iberoamericana de Cádiz, había solicitado al Alcalde de dicha capital planos y reproducciones de las obras de reformas realizadas en la ciudad, para que figuraran en el pabellón de la provincia, además de pedirle que destinara a dos guardias urbanos para el servicio del pabellón.



El pabellón representativo de la provincia de Cádiz, estuvo situado entre los pabellones de las provincias Huelva y Granada, con trasera a la Avenida de Costa Rica, dando su fachada frente a uno de los laterales del Pabellón del Patronato Nacional de Turismo.



Pabellón de Cádiz. (Postal de la época)

De estilo Regionalista con reminiscencias barrocas, el autor se inspiró en el barroco gaditano, erigiendo un edificio cuya volumetría se compone de tres cuerpos, el principal de una sola altura y de planta casi cuadrada, con abombamiento en las fachadas laterales; en éste cuerpo se encuentra inscrito un torreón terminado en cúpula a la derecha de la fachada principal. Por último en el eje central del edificio, se le añade un tercer cuerpo de forma rectangular y perpendicular al mismo, elevado en altura por dos plantas, rematado por un ábside situado en la fachada posterior. 





Reconstrucción de la planta del edifico y los cuerpos que lo componían.

El autor con un diseño muy acertado, toma elementos fácilmente reconocibles de diferentes edificios de la ciudad, incluyendo la Catedral de Cádiz, la Iglesia de San José, y de una finca del Paseo de Canalejas, e incluso copia en una de sus fachadas una ventana típica del alfoz gaditano. Estas construcciones generalmente responden a los modelos barrocos y neoclásicos gaditanos, con fachadas encaladas a las que se abren ventanales y se rematan con azoteas coronadas por pináculos.

La puerta de acceso situada en la fachada principal, cuenta con una portada compuesta de pilastras y jarrones con flores y frutos, rematada por el escudo de la ciudad y frontón mixtilíneo. 


A la derecha de la portada, se encuentra una original torre a modo de campanario, coronado por una pequeña cúpula semiesférica sobre un tambor octogonal. Éste, presenta secciones de columnas con capiteles corintios y fuste liso, sobre éstas, un entablamento individual. Las columnas sobresalen del tambor creando zonas que se adelantan y otras que se retraen y que se rematan con jarrones. En los intercolumnios vemos vanos formados por arcos de medio punto. La cúpula remarca su verticalidad con sus nervios, las cuales siguen la línea de las columnas del tambor antes mencionado. En la cima, una linterna constituida por ménsulas, corona el conjunto.

Vista desde uno de los ángulos del Pabellón de Cádiz. (ilustración Exposición Iberoamericana. Album Artístico)

La torre de planta cuadrada, no practicable al público estaba apoyada sobre la cubierta de la primera planta, se guarnecen en sus esquinas con pilastras lisas de orden jónico coronadas por bolas; entre ellas se sitúa una hornacina vacía, bajo un frontón partido cuyas cornisas laterales se enrollan en volutas para acoger un jarrón con frutos.


Esta composición de la fachada es muy semejante a la que utilizaría el arquitecto gaditano Antonio Sánchez Esteve para el Colegio Campo del Sur, edificado en 1.930, he inaugurado ocho años mas tarde.



A la izquierda de la fachada se abre hueco de ventana apaisada enmarcada por cornisas formando ángulos y rentada por un elemento barroco.



En las fachadas laterales se instalaron amplios ventanales, en la parte abombada de éstas, soportados por dos columnas corintias y baranda metálica a modo de balcón.



Las cubiertas estaban resueltas a la andaluza, situando una montera, que junto a los ventanales que circundaban la planta alta del segundo cuerpo, proporcionaban iluminación natural a este salón central.




La Adoración de los Reyes de la Viuda de Cervera. (Fototeca Universidad de Sevilla)



La Adoración y la Anunciación de la Catedral de Cádiz. (Fototeca Universidad de Sevilla)

Según la prensa, en una de las salas del pabellón, se había recreado uno de los elegantísimos salones con que contaba el Casino de la ciudad, y entre las obras expuestas se podían destacar, algunas piezas romanas y pinturas del Museo de Bellas Artes y del Museo Iconográfico, también tenía una sección dedicada a Cádiz de 1812 y otra con fotografías de la provincia. En artísticas vitrinas se mostraron un ejemplar del sainete de Castillo “El Café de Cádiz”, y unas cartas escritas por el beato fray Diego de Cádiz, entre otros documentos y condecoraciones de otras épocas.



También se mostraba artístico y rico mobiliario realizado en los talleres Campe, así como objetos y tapices procedentes de Larache y Arcila en Marruecos, mármoles y jaspes de Arcos, y una exhibición de los importantes cultivos algodoneros de la provincia.


Como curiosidad, se había montado una sala con el mobiliario del saloncito de damasco amarillo de la Casa de la Aduana, residencia de Fernando VII durante su estancia en Cádiz en 1823, cuando esperaba del duque de Angulema la reintegración del absolutismo.


Crucifijo y San Vicente Ferrer del Convento de los Dominicos.(Fototeca Universidad de Sevilla)


LA FILMOTECA ESPAÑOLA HA EDITADO UNA OBRA TITULADA "LAS EXPOSICIONES DE 1929", EN LA QUE SE RECOGEN IMAGENES DE LA EXPOSICION IBEROAMERICANA DE SEVILLA Y LA INTERNACIONAL DE BARCELONA.


A CONTINUACIÓN SE HA INSERTADO UNA RECOPILACION DE DISTINTOS CORTES RELACIONADOS CON ESTE PABELLON QUE APARECEN EN DICHA OBRA







FONDOS

- LA EXPOSICION IBEROAMERICANA A TRAVES DE LA PRENSA (1923-1929). Encarnación Lemus López

- VIVIR EN SEVILLA, Nicolás Salas. Diario de Sevilla 28 de Marzo de 2004

- HISTORIA DE LA EXPOSICIÓN IBERO AMERICANA DE SEVILLA. Eduardo Rodríguez Bernal.

-Para la Exposición de Sevilla. El Iris, 18 de marzo de 1929 

-En el Pabellón de Cádiz. El Noticiero Gaditano. 13 de mayo de 1929 

-Paginario de la Exposición. HUELVA Y CADIZ. La Libertad. 9 de junio de 1929, página 3.


-Marruecos en Sevilla. La Libertad. 14 de marzo de 1929.

- Lo que fue la Exposición Iberoamericana. Fernando Real. El Correo de Andalucía. Agosto 1963

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