20.- Pabellón de la Producción Valenciana




Croquis del Pabellón de la Producción Valenciana, fechado en julio de 1928. (Fundación Goerlich)

La región Valenciana, construyó dos instalaciones para estar presente en el certamen iberoamericano, la de carácter oficial y representativa de la región, llamado Pabellón Regional Valenciano, que es tratada en el apartado correspondientes a los pabellones regionales; y la exposición meramente industrial y comercial instalada en el llamado Palacio o Pabellón de la Producción Regional Valenciana, que es el que vamos a tratar en este estudio.

Gracias a las noticias aparecidas en periódicos locales, sobre todo valencianos, hemos podido reconstruir cronológicamente las diferentes etapas organizativas del pabellón, desde sus orígenes hasta la culminación del proyecto de la representación comercial de la región.[1]

Para llevar a cabo dichas representaciones, se habían organizado previamente unos Comités locales en cada una de las provincias,[2] creándose en marzo de 1928, una Junta de Enlace entre los tres Comités provinciales (Castellón, Valencia y Alicante), siendo su primera labor, precisamente, la de conseguir unir las tres representaciones en una sola, para una mejor acción conjunta, que estuvo presidida por el Gobernador Civil de Valencia, y como vocales se designaron a Domingo Mascarós por Valencia, José Lamaigniére por Alicante y Norberto Ferrer por Castellón, para que formulasen propuestas conjuntas encaminadas a la materialización del proyecto, y que serían elevadas al Comité Regional, designando a Juan Bautista Robert para que realizase las gestiones pertinentes para la obtención de los medios económicos necesarios.[3]

Para la organización de los pabellones representativos; en el caso del Palacio de la Producción Valenciana, el Comité Regional encargó esta tarea a las Cámaras Oficiales de Comercio, y a las Diputaciones de las tres provincias, asumiendo la labor ejecutiva José Grollo, diputado por Valencia; mientras que el llamado Pabellón Regional, estuvo bajo la responsabilidad de los Ayuntamiento, Gobiernos Civiles y Diputaciones provinciales respectivas, siendo el también diputado provincial por Valencia Juan Bautista Robert, el designado como Presidente de la Comisión Ejecutiva y encargado de todo lo relacionado con el Pabellón Regional.[4]

Para la obtención de fondos económicos para su concurrencia en Sevilla, el Gobernador Civil de Valencia, Bermúdez de Casto, expuso la conveniencia de que los ayuntamientos contribuyan como mínimo con el medio por ciento de sus presupuestos.[5] Propuesta ésta aprobada por el Comité Regional para las otras dos provincias, en el mes de julio, que además ampliarían con subvenciones de las Diputaciones, a fin de activar los trabajos de construcción tanto del pabellón Regional como del de la Producción Valenciana.[6]

El 13 de julio de 1928,[7] en la sesión celebrada por la Comisión Permanente de la E.I.A., se dio a conocer la petición formulada por el Gobernador Civil de Valencia, solicitando la cesión de 1.400 m2 para la construcción del Pabellón Regional y 7.000 m2 para el de la Producción, siendo aprobada la cesión de terreno para el Regional, quedando para su estudio por la Dirección de Obras y Proyectos, el de la Producción Valenciana a fin de procurar su acoplamiento entre otras peticiones que había de grandes edificios de industrias españolas.[8]

La parcela finalmente asignada, de 120 m. x 55 m., se situó en la avenida de la Raza, entre el Pabellón Industrial Catalano-Balear a la izquierda y el de Jerez a la derecha, con una extensión de 6.600 m2.

A pesar de ello, en un momento determinado, cuya fecha no ha queda recogida en los documentos, le es requerido a Cayetano Borso, a través de Vicente Traver, la necesidad de reducir en veinte metros la longitud del frente de la parcela, por ampliación de la parcela contigua, correspondiente al pabellón industrial Catalano-Balear, quedando el valenciano con cien metros de longitud. Tratado el tema por la junta regional, el encargado del pabellón José Grollo, comunica a Traver, la aceptación de la reducción propuesta,[9] por lo que la superficie final de la parcela asignada, debió rondar los 5.500 m2.

Plano con la situación de la parcela del pabellón de la Producción Valenciana en la avenida de la Raza, e indicación de la ampliación solicitada para la del pabellón Industrial Catalano-Balear. (Archivo Municipal de Sevilla)

En el mes de octubre, reunidas de urgencia en Valencia las Comités locales y Regional, así como el Ejecutivo y la Junta de Enlace, acuerdan elegir en principio y con las restricciones económicas necesarias, el proyecto que habían presentado en julio, para el Palacio de la Producción Regional Valenciana, los jóvenes arquitectos Cayetano Borso di Carminati González y Francisco Javier Goerlich Lleó, siendo éste último arquitecto municipal; facultando al Comité Ejecutivo para que gestionara con los autores cuantas modificaciones fueran necesarias para su ejecución además de la producción de una película que sería proyectada en el pabellón regional, y que diera idea del potencial productivo de la región, con la inclusión de monumentos artísticos e industriales de las tres provincias.[10]

Este acuerdo, fue ratificado de forma definitiva en el mes de diciembre por la Comisión Regional, reunida en la Diputación de Valencia, aprobando los proyectos tanto del Palacio de la Producción Valenciana como el Regional, quedando ultimada la contratación de las obras por el constructor Marcos Porta, para el de la Producción, y la aceptación de los terrenos donde se construirían ambas edificaciones.

También fue presentado y aprobado el proyecto de los jardineros valencianos, de hacer una instalación para flores, ramos, centros, canastillas y tapices hechos todos con flor. En dicha reunión, además fue creado un comité auxiliar con sede en Sevilla, e integrado por valencianos residentes en dicha capital.[11]
El equipo formado Borso y Goerlich, también había presentado un proyecto para la construcción del Pabellón Regional, en junio de 1928, que fue rechazado por sobrepasar el presupuesto inicialmente previsto.[12]

Proyecto para el Pabellón Regional Valenciano presentado por Borso y Goerlich, que fue rechazado. (Fundación Goerlich)

Ya en 1929, durante el mes de enero, se ejecuta el proyecto definitivo del pabellón por sus autores, sobre el que se habían realizado pequeñas modificaciones respecto al presentando seis meses antes, desplazándose a Sevilla el arquitecto Francisco Javier Goerlich y el contratista Marcos Porta, para iniciar la formalización de las escrituras de adjudicación y replanteo del solar designado, comenzando las obras de construcción del pabellón el 29 de dicho mes. Además aprovechan la ocasión para nombrar a los componentes del Comité Auxiliar.[13]

Primitivo proyecto del Pabellón de la Producción Valenciana, fechado en junio de 1928, sobre el que se realizarían pequeñas modificaciones. (Fundación Goerlich)

No obstante en un informe realizado por la Dirección de Obras y Proyectos, a instancias de Cruz Conde, con fecha 02 de marzo, para saber el estado en que se encontraban de las obras de los pabellones regionales y particulares del Sector Sur, se dice que el Pabellón de Industrias de Valencia, “Ha empezado muy recientemente y con poca intensidad”.[14]

El Comité Auxiliar o Subcomité destacado en Sevilla, estuvo formado por valencianos de reconocido prestigio residentes en ésta capital, y su misión era la de gestionar primero la construcción, y más tarde organizar todo lo relacionado con el funcionamiento de ambos pabellones; siendo su presidente el catedrático en medicina Javier Aguilar y secretario actuaba Ángel Martínez Tarín, delegado para el fomento del turismo. Los vocales fueron Vicente Traver, arquitecto general de la Exposición; José María Carbonell, Presidente del Círculo Mercantil; José Bellver del Mas, profesor de Bellas Artes; Urbano Planes Bou, comerciante y María Ramón, inspectora de trabajo. El delegado técnico en el apartado artístico fue el escultor Francisco Marco Días-Pintado, que ocupaba la cátedra de Composición Decorativa de la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla y el comerciante Adolfo Miró en el apartado comercial.[15]

Durante los siguientes meses, se desplazaron varias veces el Comité Ejecutivo valenciano formado por Juan Bautista Robert como presidente, José Grollo secretario, José Lamaigniére, presidente de la Cámara de Comercio de Alicante y el Coronel Manuel Lillo, Alcalde de Castellón, para inspeccionar la marcha de las obras de ambos pabellones.[16]

A pesar de encontrarse en fase de construcción desde primeros de año, el proyecto no es aprobado hasta la sesión celebrada por la Comisión Permanente del 26 de abril de 1929,[17] cuando fue presentado por Vicente Traver, como arquitecto general, con el visto bueno del Ingeniero Jefe, Eduardo Carvajal.

Estos retrasos en el cumplimiento de los plazos son muy significativos, pues curiosamente en una nota interna que se conserva en el expediente del pabellón, fechada el 21 de septiembre de 1928 dice textualmente “según me ha comunicado el Sr. Caravaca no querían remitir el proyecto hasta no tuvieran más adelantados los trabajos de recaudación de fondos. Conviene telegrafiar”

Miembros de la Comisión valenciana durante su estancia en Sevilla en el mes de febrero de 1929. (El Noticiero Sevillano, 21 de febrero de 1929, pág. 8)

Ya desde el mes de agosto de 1928, mediante carta de Vicente Traver dirigida a Manuel Lillo, alcalde de Castellón de la Plana y miembro del Comité Ejecutivo valenciano, le instaba acelerar los preparativos para la construcción del pabellón y la necesidad de activar la concurrencia de los expositores.[18]

La lentitud en la construcción de ambos pabellones, y la poca actividad en algunos momentos como se indica en ciertos informes, hacía presagiar que no estuviera terminado para la fecha de la inauguración. Esta situación fue justificada por parte del Comité valenciano, aduciendo razones económicas, ya que la Exposición tendría la duración de un año, y era muy costoso el mantenimiento de los pabellones, sobre todo el de la Producción, cuyo coste recaía en los comerciantes y expositores, por lo que se había preferido abrir sus puertas después del verano, ya en el mes de octubre.[19]

No obstante, si nos atenemos a la nota interna antes referida, parece que fue la recaudación de fondos por parte de los diferentes organismos, ayuntamientos, diputaciones y cámaras de comercio, así como la falta de respuesta por parte de comerciantes e industriales, como veremos más adelante, los motivos reales por lo que la marcha de las obras se ralentizaron, e incluso llegaron a detenerse en algunos momentos.

Mientras tanto el Gobernador Civil de Valencia, Bermúdez de Castro, y el Director General de la Exposición Cruz Conde, entablaron negociaciones para allanar una serie de asuntos como el canon de ocupación del pabellón de la Producción, que ascendía a 30.000 pts, y que dieron resultados negativos. Por lo que la Comisión local propuso una serie de fórmulas que economizara la participación valenciana en la Exposición,[20] consiguiendo una sustancial reducción pagando solo por los espacios ocupados por los expositores, que se calculó en 880 m2,[21] aplicándose el canon de 7 pts/m2, a propuesta del Director de la Exposición.[22]

Otros asuntos también de importancia, fueron la reducción del porcentaje de las ventas por consumos que se realizaran dentro del pabellón, que estaba establecida en el 10%, y la exención de tributar el 5 % de las operaciones mercantiles, como establecía el art. 46 del Reglamento General de la Exposición; y el de los anuncios y propaganda, que a pesar de haberse contratado por la organizadora la exclusiva con una empresa, se daba libertad dentro del pabellón para la colocación de carteles y letreros comerciales.[23]
Cayetano Borso di Carminati González,[24] era un joven arquitecto, que formó parte del grupo de profesionales que colaboran eventualmente con Francisco Javier Goerlich Lleó, entonces arquitecto municipal de Valencia. Borso fue considerado un hombre audaz, liberal, apasionado y polemista inagotable con una reputación de persona avanzada a su época, entre cuyas primeras obras se encuentra ésta del Pabellón de la Producción Valenciana, que la podemos situar entre un estilo clásico y regionalista. Fruto de la colaboración entre estos dos arquitectos lo encontramos también en los edificios Barrachina y Navarro en la calle Játiva, y en la Plaza del Ayuntamiento donde combina su repertorio decorativo clásico y casticista (pilastras, pináculos, frontones, volutas, etc) con detalles del Art Déco.

Por su parte Francisco Javier Goerlich,[25] debido a su cargo como arquitecto municipal de la capital del Turia, determinó como ningún otro la fisonomía de dicha ciudad, por el gran número de obras ejecutadas. En éste pabellón Goerlich demuestra que era uno de los principales representantes del "casticismo" valenciano. Vicente Traver colaboró con Goerlich, después de la Exposición, en la construcción de la sede central para el Banco de Valencia, en la esquina de la calle Pintor Sorolla con Don Juan de Austria.

El edificio diseñado por estos arquitectos para la Producción Valenciana, se componía de dos cuerpos; el correspondiente a la fachada constituido por una amplia galería de unos 70 m. de largo por 9,50 m. de ancho, tras la cual se insertaba una semi-rotonda de 43 m. de profundidad y 7,5 de ancho, dentro de la cual se encontraba inscrito un patio, con la misma planta de ésta.

La construcción era de una sola planta, excepto en la zona del vestíbulo y hall que tenía un piso superior y las dos esbeltas torres de la fachada de 27 m. de altura, con una superficie total construida de 1.925 m2.[26] Al no haberse hallado el proyecto del edificio, desconocemos el sistema constructivo del mismo, aunque con casi toda seguridad fue de carácter provisional en su mayor parte.


Proyectos del alzado (ilustración que decora la portada del Reglamento del Pabellón.) y planta definitiva fechada en enero de 1929. (Archivo Municipal de Sevilla)

La distribución del interiormente el pabellón se componía de un vestíbulo de planta rectangular que ocupaba el espacio existente entre las dos torres, en las cuales, se había situado la escalera de acceso a la planta superior, en la torre de la izquierda, y en la base de la derecha la portería.

Tras el vestíbulo, se situaba un amplio hall de forma cuadrada, donde se encontraban pequeñas dependencias de servicios, como los aseos, guardarropas y teléfonos. De este lugar partían dos salones a izquierda y derecha para exposiciones, de unos 200 m2 cada uno, rematados con una construcción a modo de ábside semicircular, a la que se les había inscrito unas pequeñas torrecillas en cada muro, que en su interior albergaban los servicios de vigilancia.

Adosado a este primer cuerpo, se encontraba una galería de planta curva, con una anchura de 7,5 m. y un desarrollo exterior de 90 m., cuyos accesos se encontraban situados en ambos lados de los salones de exposiciones. Desde el hall, se podía acceder al patio descubierto situado en el centro del edificio, de planta curva, que se encontraba totalmente rodeado por una pérgola de 3,75m. de anchura, que se apoyaba sobre columnas salomónicas decoradas con hojas de laurel, a modo de claustro descubierto.

Exteriormente el edificio era de estilo barroco levantino, con festones, columnas salomónicas y numerosos relieves con los escudos de las tres provincias levantinas, hornacinas y remates.

Fachada del Palacio de la Producción Valenciana. (Institut d’Estudis Fotografics de Catalunya.)

Vista de la fachada del Palacio de la Producción Valenciana. (Fototeca Municipal de Sevilla).

La puerta principal recuerda a la de iglesia de San Andrés de Valencia, entre columnas salomónicas con adornos de hojas de laurel en el fuste, que se apoyaban en altos pedestales. El entablamento estaba decorado con ménsulas y se coronaba con un frontón curvo partido. A diferencia de la portada de la iglesia, sobre el frontón se elevaba un segundo cuerpo compuesto por tres ventanas entre pilastras, la del centro con dintel curvo, todo ello rematado por el escudo de barras del reino de Valencia, rodeado de lambrequines.



Puerta principal del pabellón y pérgolas del patio central. (La Semana Gráfica nº 166, pág. 19)

Las altas torres de 27 m. de alturas, entre las que se encontraba situada la fachada principal, recuerdan en su remate a la torre de la iglesia valenciana de Santa Catalina, aunque la original es de planta hexagonal, y esta cuadrada. El cuerpo de campanas y el remate superior en su origen se le llamó campanar salomónico, por las columnas helicoidales que adornan esa parte alta. Destacaba asimismo por los resaltes a modo de pilastras que adornan sus ángulos y por la decoración de estilo barroco. Otro elemento que también destaca, es la ventana alargada, que recorre verticalmente la fachada principal de ellas, reminiscencias del Art Decó.

Inspirándose en la misma estética, se encuentran las cuatro torres más pequeñas, de unos 18 m. de altura, que se sitúan alrededor de los muros del cuerpo de la fachada.

Con las correspondientes salvedades de distancia en el tiempo, eliminación de la estética barroca, y adaptación de la rotonda trasera para los usos específicos, la simetría de la planta y algunos detalles art decó de la fachada del Colegio Mayor Luis Vives, de Valencia, nos recuerda a la del Palacio de Producción, diseñado por Goerlich, en 1935 y finalizado bastante años más tarde en 1954.[27]

Torres de acceso del pabellón de la Producción Valenciana. (Detalle. Hemeroteca Municipal de Sevilla)

La decoración del pabellón, fue confiada a Benedito, que pintó las paredes interiores de los salones, mediante el nuevo sistema de aerógrafo, con una entonación clara y delicada en tonos neutros, que favorecían a toda la instalación.[28]

Rematando los muros de la fachada, interrumpiendo la balaustrada, se encontraban cuatro hornacinas, dos a cada lado de la zona central, formadas por un arco de medio punto entre pilastras y rematadas con frontón curvo roto, que alojaba un jarrón. En el interior de estas hornacinas que estaban al aire, se instalaron cuatro esculturas alegóricas, que suponemos estaban relacionadas con el comercio y la industria.

Hornacinas en el remate de los muros de la fachada principal. (Detalle. Hemeroteca Municipal de Sevilla)

A finales de agosto de 1929, el escultor Francisco Marco, y el arquitecto Francisco Javier Goerlich, marcharon a Sevilla para hacerse cargo del pabellón que se estaba terminado, pendiente de rematar los últimos detalles. Siendo recepcionado provisionalmente por Vicente Traver y Javier Aguilar, como representantes del Comité regional valenciano en Sevilla, el 5 de septiembre,[29] y definitivamente a principios de abril de 1930, por Bernardo Prieto, como representante del Comité regional.[30]

El presupuesto ascendió a 270.000 pts., sin contar con el mobiliario, y fue cubierto en su mayor parte por las tres diputaciones.[31]

En aquellas fechas, el Comité regional facultó a José Grollo, Mingarro y José Lamaigniere para que intervinieran en la asignación y emplazamiento más adecuado de los stands para los expositores, además de aprobar la contratación del personal de vigilancia, y el proyecto de jardinería del Sr. Llopis para ambos pabellones.[32]

Para conseguir la participación de comerciantes e industriales que mostraran sus productos en el pabellón, durante el mes de agosto se inició una campaña propagandística de gran intensidad en la prensa valenciana, a través tanto del Comité regional como de las Cámaras Oficiales de Comercio y Agrícolas de Alicante, Valencia y Castellón, para que suscribieran los boletines de inscripción los expositores interesados, ya que la primera convocatoria que se había convocado y que había finalizado el 15 de junio, no había obtenido el respaldo deseados.

Incluso para dar mayor agilidad a éstos trámites, se facultó a dichas Cámaras para que fueran ellas las que tramitaran y recibirán los mencionados boletines y los importes a abonar por los participantes, comunicando posteriormente al Comité organizador las gestiones realizadas.[33]

Al mismo tiempo, el Gobernador Civil de Valencia, convocó a los representantes de los gremios de tejidos, maquinarias, orfebrería, juguetes, instrumentos musicales, curtidos, porcelanas, pastelería litografía, calzados y criadores de vinos, para que hicieran un llamamiento especial a sus afiliados al objeto de que concurrieran con sus productos.[34]

Sin embargo en las noticias se percibía un trasfondo que, sin mencionarlo, hacía pensar que la participación por parte de los productores e industriales valencianos en la Exposición Iberoamericana no estaba siendo un éxito, pues continuamente se esgrimía esta participación como un deber patriótico, más allá de los beneficios comerciales y económicos, e incluso creando fórmulas para que dicha concurrencia fuera lo menos gravosa posible a los intereses éstos, y así acudieran de forma masiva.[35] Continuos artículos en la prensa local, animaban a los potenciales expositores, a que no fueran remisos, incluso ya concluido el plazo para la presentación de inscripciones; ofreciendo las Cámaras importantes descuentos, tanto por ocupación de locales, como tarifas muy ventajosas para el transporte y seguro de las mercancías.[36]

Desde las Cámaras Agraria y de Comercio, se pidió que se facultaran a miembros del Comité para que visitaran personalmente a industriales y comerciantes que aún no habían suscrito los boletines, para que se les diera todo tipo de información y detalles sobre las instalaciones del pabellón.[37]

La Cámara de Comercio de Alicante, a finales de noviembre, con el pabellón ya inaugurado, acordó destinar una importante cantidad para la adquisición de una parte de la superficie del pabellón, para ofertarla gratuitamente a los productores de la provincia que quisieran exponer sus mercancías.[38]

Es difícil entender, cómo se construyó este grandioso pabellón, sin que tuviera el respaldo adecuado de agricultores, industriales y comerciantes. La razón la encontramos en que al parecer, antes de materializarse el proyecto de éste pabellón, se realizó una convocatoria previa para saber el alcance de los productores interesados, contestando afirmativamente entre cincuenta y sesenta de ellos, incluso algunos de ellos, ya indicó el número de metros cuadrados que necesitaban. Esto animó a los organizadores que continuaron con las labores de construcción.

El Pabellón de la Producción Valenciana, desde otro ángulo. (Postal de la época)

A pesar de que la Guía Oficial de la Exposición, dice que el pabellón albergó un centenar de expositores,[39] no conocemos con exactitud el número de estos. A una semana de terminar la fecha de inscripción, (15 de septiembre) sabemos que entre otras, las casas inscritas eran las siguientes:[40]

-Asociación de Fabricantes de Conservas.
-Unión Fabril de Asientos y Tableros de madera S.L.
-Serrano y Aguilar.
-Robillard y Cía (Perfumes y artículos de belleza).
-Francisco Bargues Ferrer (Fabrica de bolsas y esterillas).
-Viuda de Villena e hijos (Las Barracas. Fábrica de torcidos de algodón, puntillas y sedas).
-Laboratorios Dr. Trigo (Insecticidas para naranjos y esencias de naranja-Trinaranjus-).
-Salvador Plaja Busquets (Fábrica de galletas).
-Pons, Moreno y Cía. (Laboratorio Farmacéutico).
-Aurelio Gamir (Laboratorio Farmacéutico).
-Salvador Costa (Elaboración preparados alimenticios)? .
-Sociedad Fabricante de Abanicos (Fabricantes de abanicos).
-Salvador Ibáñez e hijos (Fabricante de guitarra española, bandurrias e instrumentos de cuerda).
-Justo Burillo (Fábrica de tejidos de seda y ornamentos sagrados).
-Simeón Durá (Fábrica de naipes y litografías).
-Martínez y Orts (Fábrica de lámparas y bronces).
-Siderúrgica del Mediterráneo (Fabricación de aceros).

Para la exhibición de los productos en el pabellón, se clasificaron éstos en 19 grupos, que iban desde los agrícolas, a los industriales de alimentación, textiles, eléctricas, gráficas, maderas, artísticos y del hierro; confecciones, minería, maquinarias y accesorios, cerámica-porcelana y cristal, productos químicos y materiales de construcción, etc.

Las normas aprobadas por el Comité Valenciano,[41] y por las que debían regirse los productores y exportadores en la ocupación de locales, establecía unas tarifas dependiendo de si lo hacían en instalaciones centrales, en este caso las casas solicitantes debía abonar la cantidad de 80 pts./m2; o si era adosada a la pared, con saliente máximo de 3 m., la tarifa sería de 70 pts./m2; y si fuera al aire libre, en terrenos descubiertos del pabellón, debería abonar el importe de 40 pts./m2. Para los anuncios colgados en la pared, se pedía el importe era de 40 pts. el metro cuadrado de pared. Sobre las cantidades indicadas en esta tarifa, las Cámaras de Comercios provinciales, aplicarían bonificaciones al objeto de favorecer la participación de los industriales y agricultores en la exhibición de sus productos en el pabellón.

Poseemos pocas noticias de los expositores que concurrieron, y de los productos expuestos, sabemos que se debió instalar una selección objetos de cerámica y de mayólica de Manises.[42]

También tenemos referencia que los Laboratorios Farmacéuticos Aurelio Gamir, tuvieron un stand en el pabellón diseñado por el artista-decorador Tadeo Villalba, en el que figuró una reproducción exacta de la farmacia del Hospital de San Juan de Tavera o de las Afueras de Toledo, realizada por el ceramista toledano Ángel Pedraza, y que reflejaba una farmacia hospitalaria del siglo XVII, con armario de boticario que contenía cajones policromado, estantes adornados con azulejos, colección de cajas de madera, botes de cerámica y recipientes de vidrio, con el escudo del cardenal Tavera.

Esta reproducción de la Farmacia del Hospital de Tavera, se encuentra actualmente en el Museo de la Farmacia Hispana, en la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, donde fue trasladada por donación de Aurelio Gamir.[43]

Reproducción de la Farmacia del Hospital de Tavera, que publicó la revista Blanco y Negro años más tarde en 1935. (Ilustración revista Blanco y Negro. 17 de marzo de 1935, pág. 80)

Estos mismos laboratorios, también tenían solicitados 49,50 m2, en la sala general del Pabellón de Industrias Generales, ignorando si se llegó a instalar este último stand.[44]

Otro de los expositores, Simón Durá, que tenía una fábrica de naipes e imprenta litográfica, había realizado el cartel promocional de la Exposición Regional Valenciana de 1909, evento para el que contó además con pabellón propio, y para ésta ocasión, también realizó la impresión el cartel oficial de la Exposición Iberoamericana de Gustavo Bacarisas.

A cuatro meses de la clausura de la Muestra, “La Marmolera Valenciana”, anuncia el envío de unos bloques de mármol con un peso de entre 5 y 10 toneladas, para ser expuesto; solicitando autorización para la entrada y transporte hasta el pabellón. La Jefatura de Servicios Técnico no autorizó el mencionado transporte, ya que produciría desperfectos no solo en el pavimento, sino incluso a las vías del ferrocarril que desnivelaría, debido al peso del material a trasladar, ofreciéndole como alternativa, el paso por la calle posterior del edificio, teniendo solo que desmontar un paño del cerramiento.[45] Desconocemos si se llevaron a exponer estos bloques de mármol, pues falta el resto de la documentación.

La inauguración del pabellón de la Producción Regional, junto con el pabellón Regional, estaba prevista tuviera lugar el 12 de octubre, día de la Raza, con la presencia de los monarcas, pero según una nota de prensa, fechada el 29 de octubre, el Gobernador de Valencia achacaba a problemas de índole económico, por haber superado lo presupuestado la construcción de ambos pabellones, el que se pospusiera dicho acto hasta el 2 de noviembre.[46]

Así, el sábado 2 de noviembre, con la asistencia de SS.MM. los reyes, autoridades locales y comisiones enviadas desde las tres provincias levantinas, fueron inaugurados ambos pabellones, aunque probablemente, en el de la Producción, aún no estarían terminados de instalar los stands.[47]

La rivalidad entre Valencia y Sevilla, estaba latente y no pocas acciones y comentarios tuvieron lugar durante esas fechas; así el Comité auxiliar residente en Sevilla, pidió al alcalde de Valencia, hiciera lo posible para que en los proyectos de las Fallas que se celebraron en 1929, no se hiciera alusión a la supuesta rivalidad de ambas ciudades,[48] obligándolo a suprimir varios proyectos de los presentados ese año “por aludir de modo poco prudente a esa fea y ridícula rivalidad que gente inculta y desconocedora de la realidad atribuye a Sevilla y Valencia”.[49]

Otro suceso que sí tuvo bastante trascendencia en la prensa, ocurrió precisamente días antes de la inauguración de Pabellón Regional, cuando el 23 de octubre, se estrenó en el Teatro Principal de Valencia la obra de los hermanos Álvarez Quintero “Los Duendes de Sevilla”, interpretada por la compañía de actriz sevillana Carmen Díaz. Según la crónica teatral, a partir del segundo acto el público asistente protestó ruidosamente debido al monólogo en el que ensalzaba los lugares más pintorescos de la ciudad de la Giralda, y que según el cronista, era “apropiadísima para un guía turístico”. El resto de la representación transcurrió entre frases y chistes del público, que interrumpía continuamente el desarrollo de la obra, juzgando a los autores de haber escrito una obra de muy baja calidad, “que se dejaron llevar esta vez y en esta obra por un vulgar espíritu de propaganda comercial de Sevilla”, apostillando el cronista que, “El fracaso fue porque la obra es mala, o mejor, porque no es obra. Tal vez pudiera denominarse folleto dialogado o como en las composiciones musicales; variaciones sobre el mismo tema”. [50]

La obra fue retirada del cartel del teatro al día siguiente por orden del Gobernador Civil, “para evitar altercado del orden público”, pero aún enfureció más las crónicas en los periódicos valencianos, la carta remitida por los hermanos Quintero a un periódico madrileño, en la que criticó la actitud del público, por considerar que existía una animadversión de Valencia hacia Sevilla,[51] concretada en “Posiblemente lo ocurrido, refleja un estado de opinión celosa de algún favor oficial que Sevilla alcanzó y que los valencianos hubieran querido para su ciudad”.[52]

A pesar de que la censura existente tamizó las críticas, y desde los diarios de Sevilla, se le quitaba importancia abogando por la fraternidad entre ambas ciudades, convocando como desagravio a todos los sevillanos a asistir a la inauguración del Pabellón Regional,[53] fue muy significativa las ausencias de las principales autoridades de la región valenciana a dicho acto, excusando su asistencia, los Gobernadores Civiles, Alcaldes y Presidentes de las Diputaciones de las tres provincias, delegando su representación en el Comité Ejecutivo y el auxiliar de los residente en Sevilla, nombrando una comisión compuesta por dos diputados y un concejal de cada una de las ciudades;[54] así como la nota insertada en el Libro de Oro Ibero-Americano, al referirse a Valencia, en la que se decía que, a pesar de las reiteradas gestiones, no ha sido posible obtener de los organismos oficiales valencianos, más información que la suministrada por la Cámara de Comercio.[55]

Los hermanos Álvarez Quintero, autores de “Los Duendes de Sevilla”, con la compañía de la actriz sevillana Carmen Díaz, el día del estreno, el 11 de octubre de 1929. (Archivo ABC)

Como colofón, solo nos queda decir, que a finales del mes de mayo de 1930, a escaso un mes de la clausura de la muestra, se publicitó en la prensa local, la venta de todo el mobiliario y enseres tanto del pabellón Regional, como del de la Producción;[56] y la Junta Superior de Recompensas de la Exposición, concedió el Gran Premio de Honor, la máxima distinción con que se podría premiar, a los dos pabellones valencianos, además de distinguir también, dicho Jurado, a los arquitectos de ambos pabellones.[57]

Al ser el edificio de construcción provisional, y estar situado en terrenos de la Junta de Obras del Puerto, debía ser derribado en los tres meses siguientes a la clausurada la muestra, el 21 de junio de 1930, sin embargo, existe constancia que, debido a un temporal que padeció Sevilla, durante los días 24 y 25 de octubre de 1931, que produjo numerosos daños en la ciudad y en el recinto de la Exposición, entre ellos una de las torres del pabellón de la Producción se hundió,[58] lo que provocaría el definitivo derribo del pabellón a partir de esa fecha.

NOTAS
[1] . Se han consultado los periódicos: Las Provincias y La Correspondencia de Valencia, de Valencia; El Pueblo, El Luchador y Diario de Alicante, de Alicante. El Liberal, El Noticiero Sevillano y El Correo de Andalucía, de Sevilla y La Vanguardia, de Barcelona.
[2] . De Alicante para la Exposición de Sevilla. En Las Provincias, de Valencia. 11 de febrero de 1928. Pág. 6.
[3] . Exposición Ibero-americana. En Las Provincias, de Valencia. 22 de marzo de 1928. Pág. 1.
[4] . Concurrencia de la región valenciana en el Certamen Ibero-Americana. En El Liberal, de Sevilla. 20 de febrero de 1929. Pág. 1.
“Componen esta comisión los señores Coronel don Manuel Lillo, Alcalde de Castellón; don José Lamaigniére, presidente de la Cámara de Comercio de Alicante; y los diputados provinciales de Valencia don José Grollo y don Juan Bautista Robert, presidente este último de la Comisión ejecutiva en la capital del Turia de la concurrencia de la región valenciana en la Exposición de Sevilla.”
[5] . El día en el Gobierno Civil. En Las Provincias, de Valencia. 08 de junio de 1928. Pág. 3.
[6] . La Exposición Ibero-americana de Sevilla. En Las Provincias, de Valencia. 19 de julio de 1928. Pág. 3.
[7] . Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII. Exposición Iberoamericana. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 4. Sesión del 13 de julio de 1928.
[8] . A.M.S. Sección XVIII. E.I.A. Expediente Pabellón de la Producción Valenciana. Caja 86 Rollo 712, Fotogramas del 541 al 572.
[9] . Ibídem.
Sin fecha
Telefonema.- madrugada
“Cayetano Borso- San Viciente 185. Valencia
Ruego conteste hoy mismo telegráficamente longitud mínima frente que necesita para Pabellón Industrial por precisar ampliar solar contiguo izquierda en cantidad no inferior a veinte metros quedando para industria valenciana cien metros longitud. TRAVER EXPOSICIÓN”
Sin fecha
Telegrama.- “Entregado telegrama Junta mañana resolverá y telegrafiará. BORSO”
Sin fecha
Telegrama.- “Conforme con su propuesta cien metros longitud saludale - José Grollo”
[10] . El Comité Valenciano de la Exposición Ibero-americana. En Las Provincias, de Valencia. 03 de octubre de 1928. Pág. 3.
[11] . Valencia en la Exposición de Sevilla. En La Vanguardia, de Barcelona. 14 de diciembre de 1928. Pág. 22
[12] . Información procedente de la página de Facebook de Fundación Goerlich.
[13] . Valencia en la Exposición Iberoamericana. En La Vanguardia, de Barcelona. 12 de enero de 1929. Pág. 28
Diputación Provincial. Han empezado las obras de los pabellones valencianos de la Exposición Ibero-americana de Sevilla. En La Correspondencia de Valencia, de Valencia. 29 de enero de 1929. Pág. 2.
[14] . A.M.S. Sección XVIII. E.I.A. Caja 99 Rollo 720. Fotogramas del 490 al 509.
[15] . Reglamento para la exhibición de productos en el Pabellón de la Producción Regional Valenciana. ADPV. Archivo General y Fotográfico, E.7.1. caja 9, exp. 188.
[16] . Valencia en la Exposición de Sevilla. En Las Provincias, de Valencia. 22 de febrero de 1929. Pág. 1
[17] . A.M.S. Sección XVIII. E.I.A. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 6. Sesión del 26 de abril de 1929.
[18] . A.M.S. Sección XVIII. E.I.A. Expediente del Pabellón de la Producción Valenciana. Caja 86 Rollo 712. Fotogramas del 541 al 572
[19] . Nuestros pabellones en la Exposición Iberoamericana. En Las Provincias, de Valencia. 13 de marzo de 1929. Pág. 3.
[20] . Ibídem.
[21] . A.M.S. Sección XVIII. E.I.A. Expediente del Pabellón de la Producción Valenciana. Caja 39 Rollo 661. Fotogramas del 542 y 543
Oficio de18 mayo 1929, dando cuenta de los acuerdos tomados en la sesión del 17 de mayo de 1929 por la Comisión Permanente del Comité:
Pabellón Propio Nacional
El presidente del Comité Valenciano Exposición Ibero-Americana. Valencia.- 880 m2 en el que se está construyendo el pabellón de la Producción.- Zona Sur.- Productos generales.
[22] . A.M.S. Sección XVIII. E.I.A. Expediente del Pabellón de la Producción Valenciana. Caja 86 Rollo 712. Fotogramas del 564 y 567
26 de abril de 1929. En la sesión celebrada ese día por la Comisión Permanente, -Señalamiento de canon para el pabellón de la Producción Valenciana-. “El Director propone se aplique el canon de 7 pts/m2 a los 880 m2 que ocuparía las instalaciones. Se acordó por unanimidad”.
[23] . Nuestros pabellones en la Exposición Iberoamericana. En Las Provincias, de Valencia. 13 de marzo de 1929. Pág. 3.
[24] . Cayetano Borso di Carminati, nacido en Valencia el 10 de diciembre de 1900, en el seno de una familia de alta sociedad valencianas, ya que estaban emparentados con el marqués de Villena.
Cayetano estudió arquitectura en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, obteniendo el título con apenas 25 años de edad, destacando entre sus compañeros Raimon Durán, Ricardo de Churruca y Germán Rodríguez Arias. El proyecto del pabellón de industrial valenciano, para la Exposición Iberoamericana, fue uno de sus primeros trabajos, entrando rápidamente a formar parte del equipo de arquitectos que colaboraron con el arquitecto municipal de Valencia.
[25] . Francisco Javier Goerlich Lleó, nació en la capital del Turia, el 30 de noviembre de 1886, siendo su padre cónsul del Imperio Austrohúngaro en Valencia. Estudió arquitectura en Barcelona obteniendo el título de arquitecto en Madrid en 1914.
Después de ejercer la profesión en Valencia, Huesca y Baleares consiguió la plaza de arquitecto municipal del Ayuntamiento de Valencia en 1924, llegando a ser uno de los arquitectos más decisivos en la configuración actual de aquella ciudad, por el gran número de obras ejecutadas. Goerlich es uno de los principales representantes del "casticismo" valenciano, y como arquitecto municipal fue un gran impulsor de las reformas urbanas del centro histórico.
[26] . Palacio de la Producción Regional Valenciana. En La Semana Gráfica, de Valencia, núm. 166. 14 de septiembre de 1929. Pág. 19.
[27] . Cuatro años del cierre del Colegio Mayor Luis Vives. Andrés Goerlich. En Las Provincias, de Valencia. 31 de julio de 2016.
[28] . El pabellón de productos valencianos. En Las Provincias, de Valencia. 18 de agosto de 1929. Pág. 5.
[29] . Noticias. En La Correspondencia Valenciana, de Valencia. 31 de agosto de 1929. Pág. 1
[30] . Valencia en la Exposición de Sevilla. En La Correspondencia de Valencia, de Valencia. 1 de abril de 1930.Pág. 1
[31] . La concurrencia al Pabellón Regional. En Las Provincias, de Valencia. 07 de septiembre de 1929. Pág. 5.
[32] . Valencia en Sevilla. En Las Provincias, de Valencia. 18 de septiembre de 1929. Pág. 1.
[33] . Exposición Iberoamericana de Sevilla. En Las Provincias, de Valencia. 21 de septiembre de 1929. Pág. 3.
[34] . Valencia en la Exposición Iberoamericana. En Las Provincias, de Valencia. 11 de agosto de 1929. Pág. 3.
[35] . Valencia en la Exposición de Sevilla. En La Correspondencia de Valencia, de Valencia. 10 de agosto de 1929. Pág. 1
[36] . Valencia en Sevilla. En Las Provincias, de Valencia. 17 de septiembre de 1929. Pág. 1
– Comité ejecutivo de la Exposición Ibero-americana en Valencia. En El Pueblo, de Alicante. 04 septiembre de 1929. Pág. 4.
[37] . Exposición Iberoamericana de Sevilla. En Las Provincias, de Valencia. 21 de septiembre de 1929. Pág. 3.
[38] . Cámara Oficial de Comercio. En Diario de Alicante, de Alicante. 30 de noviembre de 1929. Pág. 1.
[39] . Guía Oficial de la Exposición (1929) Editada por Negociado de Publicidad de la E.I.A. Rudolf Mosse Ibérica S.A. página 68.
[40] . La concurrencia al Pabellón Regional. En Las Provincias, de Valencia. 07 de septiembre de 1929. Pág. 5.
[41] . Normas. (1929). Comité Valenciano de la Exposición Ibero-Americana de Sevilla. Editado por la Secretaría General de la Diputación de Valencia. Tip. Moderna. Valencia.
[42] . La concurrencia al Pabellón Regional. En Las Provincias, de Valencia. 07 de septiembre de 1929. Pág. 5.
[43] . Ocaña Rodríguez, E. (1985) Toledo en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla de 1929. Edit. Caja de Ahorros de Toledo. Págs. 78 y 79.
[44] . A.M.S. Sección XVIII E.I.A. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 5. Sesión del 21 de diciembre de 1928.
[45] . A.M.S. Sección XVIII E.I.A. Expediente del Pabellón de la Producción Valenciana. Caja 86 Rollo 712. Fotogramas del 565 y 566.- Cartas fechadas el 14 y el 15 de febrero de 1930.
[46] . Valencia en Sevilla. En La Correspondencia de Valencia, de Valencia. 29 de octubre de 1929. Pág. 2.
[47] . La aportación valenciana en la Exposición. En El Liberal, de Sevilla. 05 de noviembre de 1929. Pág. 5.
[48] . Nuestros pabellones en la Exposición Iberoamericana. En Las Provincias, de Valencia. 13 de marzo de 1929. Pág. 3.
[49]. En Valencia suprimen unas fallas que aludían feamente a Sevilla. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 21 de febrero de 1929. Pág. 2.
[50] . El estreno de “Los duendes de Sevilla”. En El Pueblo, de Alicante. 24 de octubre de 1929. Pág. 7.
[51] . El fracaso en Valencia de “Los duendes de Sevilla” y los hermanos Álvarez Quintero. En Las Provincias, de Valencia. 30 de octubre de 1929. Pág. 1.
[52] . “El Heraldo” y “Los duendes de Sevilla”. En Las Provincias, de Valencia. 10 de noviembre de 1929. Pág. 6.
[53] . La inauguración del Pabellón de Valencia. En El Liberal, de Sevilla. 21 de octubre de 1929. Pág. 5.
[54] . En el pabellón de Valencia. En El Liberal, de Sevilla. 03 de noviembre de 1929. Pág. 8.
[55] . Libro de Oro Ibero-Americano. Catálogo Oficial y Monumental de la Exposición de Sevilla. (1930) Editado por Unión Ibero-Americana (Santander). Pág. 734.
[56] . Exposición Ibero-Americana. Pabellón de Valencia. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 25 de mayo de 1930. Pág. 5.
[57] . El Gran Premio de Honor. En La Correspondencia de Valenciana, de Valencia. 30 de mayo de 1930. Pág. 5.
[58] . El violento huracán que se desencadenó el sábado ha causado grandes daños en edificios, arbolado y líneas. En El Liberal, de Sevilla. 27 de octubre de 1931.

En concreto dice: “Del pabellón de Guatemala se desprendió una cornisa. Un torreón del pabellón de la Constructora de Barcelona (sic), vino a tierra causando grandes desperfectos, pero afortunadamente sin gravedad…… También destrozó una de las torres de iluminación de la Glorieta del Cid”.

2 comentarios:

  1. Me encantaría poder comprar este libro, llevo años queriendo conocer como eran los pabellones de la exposición y donde estaban situados.

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    1. Siento comunicarte que el libro no está disponible para su venta. No obstante el Distrito Sur, que es la entidad que lo ha editado, tiene ejemplares, por lo que no se si poniéndote en contacto con ellos pueden entregarle alguno.
      Por otro lado, si deseas conocer el emplazamiento de los pabellones que trato en el libro, me puedes escribir al correo que te indico acontinuación, y te haría llegar unos planos.
      Muchas gracias por leer mi blog.
      jujoca1340@gmail.com
      Atentamente.
      Juan José Cabrero

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