Las carretillas eléctricas


Para disfrutar de un agradable paseo tanto por las calles del Parque de María Luisa, como de las amplia avenidas del Sector Sur, y de otros lugares que constituían el vasto espacio del recinto de la Exposición, el visitante disponía, además del auto-taxímetros[1] servicio que prestaba la empresa Taxis Citröen S.A. sólo por el interior del recinto, y del popular e inolvidable tren miniatura, de las carretillas o vehículos eléctricos de la casa Fenwick, para el transporte de personas.

Consistía este vehículo, en una plataforma instalada sobre una carretilla eléctrica, movida por baterías de acumuladores Tudor, a la que se le había instalado una carrocería con unos asientos, a modo de banco corrido, que era manejada mediante palancas, por un conductor que también iba sentado.

Para presar este servicio, se firmó un contrato entre Alfonso Lagoma Allue, representante de la Casa Fenwick S.A.M, y el Director de la Exposición Cruz Conde, el tres de diciembre de 1928,[2] siendo aprobada por la Comisión Permanente en la sesión celebrada el 14 de febrero de 1929.[3]

La Sociedad Anónima Mercantil Fenwick, era una empresa que había fundado Noël Fenwick en París en 1862 para la venta de recuerdos turísticos, muebles e instrumentos musicales, exportando principalmente estos productos a Estados Unidos. Años más tarde se dedicó plenamente a la importación de productos y maquinarias procedentes de Norte América como bicicletas, maquinas corta pelos y de escribir, fresadoras, etc., obteniendo la representación de las principales empresas productoras de máquinas y herramientas de aquel país, e importando la primera carretilla elevadora eléctrica Yale, en 1918. En 1927, consigue la licencia para la fabricación de carretillas Yale en sus talleres, iniciando así la actividad industrial de dicha casa.[4]

Carretillas eléctricas para transporte de mercancías. (Todocolección.net)

En aquel momento, ésta Sociedad tenía en España su sede en la calle Bruch 96 y Aragón 314 de Barcelona, y sucursal en la Plaza de la Estación de Bilbao, poseyendo un capital social de un millón de pesetas. Su actividad se centraba en maquinarias y herramientas en general para talleres mecánicos, además de forjas, fundiciones, carpinterías, obras públicas y aparatos diversos.[5]

En éste acuerdo, la casa Fenwick se comprometía en tener un máximo de 30 y un mínimo de 12 carretillas para presar este servicio, dependiendo de su demanda, siendo al menos diez de ellas de construcción nacional, y el resto de las que se necesiten, procedentes de París, consignándolas al Comité para que fueran eximidas de los aranceles correspondientes, ya que solo se utilizarían mientras durara la Exposición siendo devueltas a su origen, una vez clausurada ésta.

Este servicio de carretillas para transporte de pasajeros, discurriría por un itinerario prefijado, aunque por motivos de necesidad o mejora del servicio, podría ser modificado previo acuerdo con el Comité. Desconocemos cual era el recorrido y solo intuimos, por algunas fotografías, que una de las paradas se encontraba al inicio de la avenida de La Raza, frente al Pabellón Nestlé.

El precio se había fijado en 50 céntimos, por persona y kilometro recorrido. Esta cantidad se basaba en los importes que se cobraba en otras explotaciones que la casa Fenwick tenía en celebraciones de este tipo, por lo que suponemos que en la Exposición de Barcelona, también prestaría este servicio. El Comité recibiría como beneficio el 25% de la recaudación.

Billetes para el servicio de auto-carretillas. (Todocolección.net)

En el acuerdo se recogía, que esta casa también se hacía cargo de todos los materiales, trabajos de mantenimiento y conservación, así como de la recarga de las baterías con que estaban dotadas, y del personal necesario para su manipulación, así como del control de la explotación.

El Comité solo se obligaba a ceder un local para la custodia de estos vehículos y para poder realizar las recargar. El local utilizado, debió ser uno de los almacenes de la planta de basamento de la Plaza de España, pues una vez clausurada la Muestra, continuó utilizando.

Éste servicio se inició el 15 de septiembre de 1929, pues a esta fecha corresponde el primer ingreso que hemos hallado en los libros contables, que realizó A. Porta, del 25% sobre lo recaudado dicho día, por el uso de las auto-carretillas.[6] A partir del 7 de diciembre de dicho año, estos ingresos empieza a realizarlos Ángel Callejón encargado por la empresa en Sevilla, los cuales se suceden hasta el último contabilizado el 27 de junio de 1930.[7] Habiendo arrojado un beneficio esta exploración para las arcas de la Exposición, de 13.844 pts., según Eduardo Rodríguez Bernal.[8]

A partir del mes de agosto de 1930, la empresa Fenwikc, empieza a abonar a la Comisión Liquidadora, 150 pts. de canon, por la ocupación de los sótanos de la Plaza de España, por el local que debió serle asignad por el Comité para el almacenaje de las carretilla durante la Exposición, así como abonos por consumo de fluido eléctrico durante diferentes meses.[9] La ocupación de estos locales se realizaron hasta el mes de noviembre de 1931, fecha que deja de abonar el correspondiente canon.[10]
Una carretilla eléctrica estacionada frente al Pabellón de Nestlé. (Archivo fotográfico de Nestlé)
Estas carretillas eléctricas Fenwick se pudieron ver en distintas Ferias de Muestras de nuestro país, hasta finales de los años 60, en cuyos asientos se pasearon tanto las autoridades como los visitantes a ellas.


NOTAS

[1]. GUIA OFICIAL EIA 1929-1930 Página 88

[2]. Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII, Exposición Iberoamericana, Caja 29, rollo 662, fotogramas del 199 al 201.

[3]. La Comisión Permanente de la Exposición Ibero Americana. La Concurrencia de Bolivia. El Liberal (Sevilla), 15 de febrero de 1929. Pág. 4.

[4]. Página web Fenwick Ibérica, S.A. Nuestra Historia. Consultada el 08 de julio de 2017.

[5]. Membrete de carta comercial fechada en Barcelona el 15 de junio de 1929.

[6]. El ingreso se realizó el 17 de septiembre de 1929. A.M. S. Relación de mandamientos de ingresos realizados del 14 de Septiembre de 1929 al 07 de marzo de 1930. Caja 9. Rollo 635, fotogramas 15 a 51

[7]. A.M. S. Relación de mandamientos de ingresos realizados del 29 de marzo de 1930 al 19 de mayo de 1933. Caja 120. Rollo 736, fotogramas 473 a 530

[8]. Rodríguez Bernal, E. La Exposición Ibero-Americana de Sevilla. (2006) Sevilla. Editado ICAS. Instituto de la Cultura y de las Artes de Sevilla. Pág. 170

[9]. A.M. S. Expediente de Alumbrado General. Caja 27. Rollo 650, fotogramas 484 a 655

[10]. El ingreso se realizó el 9 de febrero de 1932. A.M.S. Relación de mandamientos de ingresos realizados del 29 de marzo de 1930 al 19 de mayo de 1933. Caja 120. Rollo 736, fotogramas 473 a 530.


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