LA PLAZA DE AMÉRICA




El Comité Ejecutivo había acordado que los Jardines de San Telmo, el Huerto de Mariana y el Parque de María Luisa, fueran el emplazamiento definitivo de la Exposición. En el primer plano de emplazamiento de los pabellones, se aprecia (mediante un gran espacio en blanco) como aún estaba pendiente de la urbanización del Parque de María Luisa, que Jean Claude Nicolás Forestier proyectara en 1911, situando en el Huerto de Mariana el Stadium y los pabellones de Artes Decorativas (Mudéjar) y Bellas Artes (Renacimiento), dando sus fachadas al Paseo de las Delicias.

Indicación en el plano de 1911, la situación del Huerto de Mariana y la ubicación de los pabellones y el Stadium en el mismo. (Ilustración revista La Exposición)

En 1912 se reforma el primer proyecto, y Aníbal González dispuso en el lugar que se encontraba el Stadium, una gran plaza que llamó de Honor, de planta rectangular, en la que coloca tres pabellones; el de Bellas Artes al sur, y enfrentado a éste el de Manufacturas y Artes Decorativas (Pabellón Mudéjar), y en uno de los lados menores el Pabellón Real, este último de carácter provisional, quedando así abierta la plaza al Paseo de las Delicias por el otro lado menor, siendo aprobado el proyecto el 16 de mayo de 1913.

Su estructura quedó configurada por una plaza de forma rectangular, completándose este conjunto con un gran estanque central y zonas ajardinadas, quedando así conformada la Plaza de Honor, como se llamó en un principio, germen de lo que sería Plaza de América.

El autor urbaniza la plaza con un rectángulo central ajardinado, contorneado por una calzada y un paño de jardín ante cada construcción. En medio de todo, una terraza con estanque y fuente, en los que el hierro forjado es el protagonista ornamental.
Modificación del primitivo proyecto de emplazamiento, fechado en 1912, donde Aníbal González sitúa la Plaza de Honor donde se encontraba el Stadium. (Ilustración revista La Exposición)

Plano de la Plaza de Honor diseñada por Aníbal González en 1912, que después se convertiría en Plaza de América. (Archivo Municipal de Sevilla)

En estas edificaciones, primeras de la Exposición, el autor quiso reunir los tres estilos históricos, considerados como básicos por el arquitecto; el Palacio de Bellas Artes, renacentista; el de Industrias y Artes Decorativas, mudéjar; y el Pabellón Real, gótico. Los estilos en que se inspiran los tres pabellones hacen de la plaza una manifestación excelsa del historicismo buscado por Aníbal González, convirtiendo en un pequeño muestrario que se tendría presente para el establecimiento del anhelado nuevo estilo nacional

Si media raíz de Sevilla era popular y artesana (mudéjar), la otra mitad esa culta y artista (romana). Por ello el arquitecto se basa en estos conceptos para realizar los dos principales edificios. Por un lado el Palacio de Industrias y Artes Decorativas, dedicado a la habilidad artesanal, lo configura dentro de la estética del arte anónimo, menudo y medieval del Islam, con una dualidad de sentimientos, por un lado en libertad, con claras referencias a la Alhambra y por otro bajo el dominio cristiano con referencias al Alcázar sevillano del Rey Don Pedro, sabiendo conjugar en esta simbiosis lo islámico con lo plateresco, añadiendo un poderosísimo efecto pictórico. El cromatismo atrayente del edificio, hizo que se convirtiera pronto en el protagonista estético de la Plaza, llamándolo en seguida el pueblo llano Pabellón Mudéjar.

El otro edificio, el Pabellón de Bellas Artes, lo basa en la estética Renacentista, estilo éste, que lo inspira todo, con referencias a las Universidades de Salamanca y Alcalá, y a las torres palaciegas de la ciudad del Tormes, así como al Museo del Prado. Pensado desde un principio como museo, el arquitecto estudia los principales edificios europeos dedicados a este cometido, y lo articula para esta función, destacando el sistema cenital de iluminación, toda una novedad para la época, y la buena circulación de sus salas.

Entusiasmado el Comité con la idea de la plaza, por la grandiosidad de su concepto, decidió hacer permanente el Pabellón Real, atendiendo así a la sugerencia de la Real Academia de Bellas Artes. El autor erige un bello edificio, como si de un cofre pequeño de ladrillo y cerámica se tratara; una cruz inscrita en un cuadrado, que simboliza el triunfo de la cristiandad sobre el Islam y la propia Roma, bajo la monarquía de los Reyes Católicos.

Para el acceso a estos pabellones, la Sección de Arte Antiguo confeccionó una entrada conjunta al precio de una peseta, que daba derecho a la entrada de los tres palacios donde se exhibían una extraordinaria muestra de cuadros, esculturas y objetos artísticos.

Billete de entrada a los pabellones de la Plaza.

También había diseñado el arquitecto para esta plaza, el monumento a la lengua castellana representada por Miguel de Cervantes, como tributo y homenaje a la Lengua Española, vehículo de transmisión cultural y unión permanente con América; ubicándolo en el lado menor que quedaba abierto al Paseo de las Delicias, y enfrentado al Pabellón Real. El proyecto de grandes proporciones, fue confeccionado por Lorenzo Coullant, con un importe de 300.000 pts. Consistía en un templete de estilo plateresco en cuyo centro aparecía Cervantes, y a sus pies dos perros jugando como recuerdo del “Coloquio”. Sobre la cornisa del templete aparecen Don Quijote y Sancho corriendo tras la aventura, y ambos lados las figuras de Dulcinea tal como la soñaron cada uno de ellos. En el frente del monumento y en la trasera del mismo, diferentes grupos alegóricos de la obra cervantina como “El celoso impertinente”, “El rufián fingido” y “Rinconete”.


Anverso y reverso del boceto del monumento a Cervantes realizado por Coullaut Varela. (La Exposición 15.04.1913)

El Comité lo consideró excesivo dicho importe, habida cuenta que la reforma del Parque de María Luisa, estaba presupuestado con una cantidad ligeramente superior. Desechado el proyecto, le fue encargado a Aníbal González el diseño de una glorieta a Cervantes, en los jardines de la Plaza, justo delante del Pabellón Real. El boceto desechado de Lorenzo Coullaut, sirvió como base para erigir en Madrid el de la Plaza de España.

Para el exorno de la Plaza, el Comité acordó convocar un segundo concurso para la realización de elementos de carácter artístico, presentándose un total de 14 proyectos, fallándose en enero de 1914 a favor de Lorenzo Coullaut Valera y Manuel Delgado Brackenbury consistentes en 16 diosas Niké o victorias aladas con elementos alegóricos sobre columnas.

Victorias aladas Delgado Brackenbury, “España recibiendo a los héroes” y “Descubrimiento de América”. (Ilustración revista Mundo Gráfico)

Otro de los elementos decorativos fueron las farolas de hierro forjado de la fundición de Juan Miró, así como un sabio diseño de jardines, fuentes y glorietas.



Farolas de hierro forjado de la fundición de Juan Miró (fotos del autor)

La fuente o estanque central diseñado por el arquitecto de la Exposición, tenía una función centralizadora y de acercamiento visual entre los edificios que constituían la Plaza. En el primer proyecto Aníbal González el estanque era de forma alargada, instalándose unas terrazas elevadas de planta semicircular en los lados mayores, con acceso mediante unas escalinatas; iniciada su construcción, se apreció que dificultaba la visión de los edificios laterales, corrigiéndose el proyecto demoliendo estas terrazas quedando el estanque elevado levemente sobre el ras del suelo del andén central, para evitar esta falta de comunicación entre los pabellones.

Situada en la calzada central elevada que atraviesa la zona ajardinada de la plaza, está construida en ladrillo y tiene planta de forma mixtilínea, flanqueadas por pedestales de ladrillo tallado y cerámica, entre los cuales se sitúan unas rejas balaustradas de hierro forjado. Del mismo material también realizó Juan Miró las cuatro farolas de sus ángulos, que están consideradas como las más artísticas de la Exposición y donde los artesanos demostraron el magistral conocimiento de su oficio, realizando estas obras con la calidad de la orfebrería.

Se completa el estanque, con un surtidor en forma de balaustre realizado en bronce, encargo personal de Aníbal González a la fundición de Rafael Gallo, que originariamente lanzaba un único caño de forma vertical.



Planta y corte transversal del primitivo proyecto de Aníbal González para el estanque de la Plaza de América fechado en mayo de 1914. (Archivo Municipal de Sevilla)


Imagen de la construcción del estanque según el primer proyecto. (Revista La Exposición)

Los jardines de la plaza, fueron reformados en varias ocasiones, y están compuestos principalmente por un trazado de parterres geométricos, enmarcados por setos de evónimo, dentro de los cuales se plantan diversas variedades de rosales. Por último, altas y esbeltas palmeras completan el conjunto.

Si durante el día la belleza de esta plaza es cautivadora, en las noches, durante la Exposición, estuvo también artísticamente iluminada, así los tres edificios de la Plaza de América aparecían silueteados por miles de pequeñas bombillas y una luz difusa los bañaba, surgiendo de la oscuridad como filigranas fantásticas, mientras potentes proyectores iluminaban las fachadas redimensionándolas. El de las Bellas Artes en tono blanco resaltando la piedra de este bello edificio, el Pabellón Mudéjar y Real se adornaban con bombillas multicolores poniendo una guirnalda de luz en las líneas de su afiligranado contorno, actuando también en la iluminación de las altas palmeras.



Los pabellones de Bellas Artes, Mudéjar y Real con iluminaciones artísticas durante la Exposición. (Postales de la época)

Antes de llegar a la explanada de acceso al Pabellón Real, a ambos lados existen dos glorietas; a la izquierda erigida en honor a Francisco Rodríguez Marín y a la derecha a Cervantes a través de su universal obra de El Quijote. Y en el extremo de acceso a través del Paseo de las Delicias, las palomas blancas, internacionalmente conocidas, se concentran ante cualquiera que le facilite comida, así como otras dos pequeñas glorietas una con un mapa del Parque de María Luisa y Plaza de América y otra con un reloj solar.

Estas glorietas y otras, así como las victorias aladas son tratadas en otro apartado.

Postal de la época de la Exposición. Muestra la glorieta del Reloj Solar.

Y así, esta plaza que fue inaugurada por S.M. el Rey Alfonso XIII, el 25 de abril de 1916, pero que no se concluyó definitivamente hasta cuatro años mas tarde, siendo Comisario el Conde de Urbina; es fiel exponente del espíritu profundamente sevillano, dominado por la Monarquía y la Lengua, símbolo y signo de la exposición española y americana, que recibió el nombre de Plaza de América.

Durante los años 2002, 2003 y sucesivos hasta 2021, han sido restaurados distintos elementos arquitectónicos decorativos de la plaza, como las glorietas de Cervantes, de Rodríguez Marín y la del reloj de Sol según proyecto del arquitecto D. Francisco González de Canales, las fuentes de la Glorieta de las Palomas y las Victorias Aladas, y la rehabilitación de la Glorieta de la Virgen de los Reyes.


VIDEOS DE CANAL DE LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA EN YouTube  SOBRE LA PLAZA DE AMÉRICA







FUENTES

- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII. Exposición Iberoamericana.

- ARQUITECTURA DEL REGIONALISMO EN SEVILLA 1900-1935. Alberto Villar Movellán.

-La escultura sevillana en la época de la Exposición Ibero-Americana de 1929: 1900-1930. Fausto Blázquez Sánchez.

- La Exposición Ibero Americana y los Aparejadores. José María Cabeza Méndez.
Revista APAREJADORES núm. 16.

- ABC, edición Sevilla, Coleccionable BARRIO A BARRIO

- HISTORIA DE LA EXPOSICION IBEROAMERICANA DE SEVILLA DE 1929, Eduardo Rodríguez Bernal

- www.sevilla.org

- www.sevillasigloxx.com

-EL ESCULTOR LORENZO COULLAUT VALERA, SUS TRABAJOS PARA LA EXPOSICION IBERAMRICANA DE SEVILLA (1929). Juan Manuel Covelo López.

-Las Fuentes monumentales de la Exposición de Sevilla 1090-1929. Alberto Villar Movellán, En HOMENAJE AL PROFESOR DR. HERNANDEZ DIAZ.

3 comentarios:

  1. Estoy buscando alguna foto y faximil de alguna publicación sevillana de la expo donde se muestre, detalle o apenas mencione las piezas tres cerámicas reliazadas en conjunto por el escultor Luis Perlotti, el ceramista V. Cavalieri y Germán Bianco como realizador de la originales bases de marmol para estos tres artículos. Fueron llevadas desde Argentina y expuestos en su pabellón. Gracias a quien pueda ayudarme. Roberto Benyacar desde Buenos Aires, Argentina. Preparando un estudio de la cerámica Argentina.

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    1. Si me das una dirección de correo electrónico, te puedo mandar algo de información sobre estos autores.
      mi correo es jujoca1340@gmail,com
      Un saludo
      Juan José Cabrero Nieves

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  2. Y la Plaza de América no solo es una maravilla del arte, también es perfecta para hacer viaje con niños http://www.viajesaristocraticos.com/2013/10/sevilla-con-ninos-un-paseo-por-la-plaza.html ¡Muchas gracias por esta iniciativa! También estoy en Sevilla

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