Kiosco y expositores ambulantes



Las expectativas de negocio que la Exposición despertaba a priori, atrajeron a pequeños comerciantes y vendedores tanto locales como nacionales, que quisieron estar presentes en la Muestra.

Sabedores del potencial económico que estas actividades de la pequeña industria podría aportar a las arcas de la Exposición, sus órganos gestores articularon una serie de normas reguladoras para encauzarlas, y proporcionaran sus correspondientes compensaciones económicas.

Estas actividades, que podían ser ejercidas tanto en pequeños kioscos para la venta de diversos productos y objetos como chocolates, emblemas oficiales de la Exposición, tarjetas postales, souvenirs, golosinas, bebidas y fiambres, etc.; como mediante la venta ambulante de diferentes servicios, como el alquiler se sillas, los fotógrafos al minuto, las barcas de la ría en la Plaza de España, betuneros, vendedores de postales, patatas fritas, agua, barquillos y pastelería, además de recreos infantiles de calesitas, borriquillo y cochecitos para niños, etc. 

Gracias a la recopilación de datos que hemos podido realizar de un libro contable en el que se encontraban asentados los mandamientos de ingresos de la caja de dicho Certamen, cuyas hojas se hallaban dispersas en varias cajas de la Sección XVIII, del Archivo Municipal de Sevilla, donde guardan los fondos documentales de la Exposición Iberoamericana; así como del Expediente de Solicitudes y Reclamaciones de Expositores, hemos podido dar forma a la información que a continuación se detalla.1

LOS EXPOSITORES AMBULANTES.

En este capítulo nos vamos a centrar en la actividad que, en los apuntes de ingresos contable se denominaban con el epígrafe de “Expositores Ambulantes”, que ejercieron su trabajo en los parques, jardines y en todo el recinto de la Exposición; antes, durante e incluso después de la celebración de la Muestra, pero sobre todo y principalmente en lo que se llamó Sector Norte, que ocupaba la zona de los Jardines de San Telmo, Plaza de España, Parque de María Luisa, Plaza de América y Jardines de las Delicias.

En los años previos a la Exposición Iberoamericana, en concreto en 1924, ya hay constancia de la concesión a Joaquín Real del alquiler de sillas para los jardines y Plaza de América; éste es sustituido en el mes de febrero de 1927, por Emilio Mellado hasta el 18 de abril de 1929, días antes de la inauguración de la Exposición, cuya actividad es recuperada por el Comité de la Muestra, para proceder a concederla en exclusividad a Francisco Abascal, que mientras dure ésta. Se incluía, además de las zonas antes citadas, todo el recinto exposicional sobre todo los alrededores de Plaza de los Conquistadores en el Sector Sur.2

Esta concesión consistía en el alquiler por unos 20 céntimos, de unas sillas metálicas situadas en lugares estratégicos como los jardines de San Telmo, la Glorieta de María Luisa, el Estanque de los Patos, la Fuente de las Ranas, la Plaza de las Estatuas (actual Glorieta de Covadonga), la avenida central de la Plaza de España, la Plaza de América, las explanadas de las Galerías Comerciales y de los pabellones de Tabaco y de la Seda, de cuya recaudación la organizadora se embolsaba el 50%. 

Estas miles de sillas se fabricaron en Vitoria, desde donde fueron traídas por el empresario que había ganado la adjudicación de la contrata de arriendo en todo el recinto. Cuentan que ni corto ni perezoso se trajo, desde dicha ciudad, una de ellas en una maleta para presentarla como modelo en el concurso.3

Según consta en las liquidaciones por ingresos realizadas a la caja de la Exposición, por parte de Francisco Abascal del 50% de la recaudación por el alquiler de las sillas, sumaban un importe total de 30.058,85 pts. Tan solo por el alquiler de las sillas para presenciar la Cabalgata Histórica el 1 de noviembre de 1929, que sirvió para sufragar los gastos de la misma, se llegó a recaudar 11.250 pts.4
Imagen de la Plaza de los Conquistadores en el Sector Sur, en primer plano las sillas metálicas alrededor del gran surtidor central de la plaza, y al fondo el Pabellón de Turismo. (Archivo ABC)

Explanada entre los dos pabellones de las Galerías Comerciales Nacionales, en la Plaza de los Conquistadores, donde se pueden apreciar cientos de sillas apiladas. (Arxiu Mas Fundació Institut Amatller d'Art Hispànic)
Una vez terminado el Certamen, quedaron en la ciudad en beneficio de ésta, como así obligaba el contrato, siendo muchas de ellas vendidas a particulares y empresas. Las restantes se instalaron en la Plaza de América, volviendo a serle asignada la concesión para el alquiler de las mismas a Joaquín Real, que las mantuvo durante unos cuantos de años. Pasado un tiempo fueron repartidas en jardines y parques, terminando las últimas que quedaban en los Jardines del Cristina y en la Plaza Nueva. A pesar de que hoy están desaparecidas, debido al paso del tiempo, los robos y la dejadez, las personas de mediana edad aún las pueden recordar.

Otras de las actividades ambulantes que fueron contratadas mediante concesiones incluso desde antes de la celebración de la Exposición, fueron las fotos al minuto y las lanchas o barcas de la ría de la Plaza de España.

De ambas se encuentran reflejados sus asientos en los libros contables desde 1924 los fotógrafos, y las lanchas desde 1926, aún sin estar terminada la Plaza de España. De estas últimas se tenían concedidas tres licencias con la obligación de pagar un canon para ejercer esta actividad de 15 pts. cada una, trimestralmente. 

Las licencias para las fotografías al minuto, llegaron hasta las diecinueve, teniendo que abonar para ejercer esta industria en los jardines, la cantidad de 12 pesetas al trimestre por licencia. Estos importes cambiaron al inaugurarse el Certamen, y a partir del 9 de mayo de 1929, aparecen concedidas 17 licencias a razón de 8,30 pts. al mes, permitiendo realizar su actividad en los jardines y dentro del recinto de la Exposición.5
Fotógrafo al minuto, en la Plaza de América, a la derecha también se aprecian las sillas metálicas de alquiler. (Archivo del autor)
Las concesiones de las lanchas también fueron recuperadas por el Comité al inaugurarse la Exposición, haciéndose cargo directamente de su explotación, al haber sido diseñado tanto las embarcaciones como la indumentaria del personal que las manejaba conforme la época del Descubrimiento. Todos los detalles sobre este extremo se puede encontrar en el apartado de la Plaza de España de este trabajo.6

No obstante este servicio, como el ascensor de la Torre Norte, no empezó a funcionar hasta octubre de 1929, con la denominación de servicio de góndolas, permaneciendo en funcionamiento hasta finales de agosto de 1930.7

Pero no es hasta el 26 de septiembre de 1931, cuando se reanuda el “servicio de lanchas de la ría de la Plaza de España” habiendo sido concedida por la Comisión Liquidadora la explotación de éste a Manuel Gordillo, previo pago de 150 pts. por trimestre adelantado.8

Una barca en la ría durante las obras de la Plaza de España. (Portada de 80 años de la Exposición Iberoamericana 1929). Y las góndolas navegando por ría durante la Exposición. (revista Nuevo Mundo)
Por este servicio, que a su vez era una atracción más de las que ofrecía la Exposición, recaudó durante todo el tiempo que duró ésta 1.811 pesetas.9

Con la apertura de la Muestra, además de continuar los servicios ya mencionados, se multiplicaron las solicitudes para ejercer distintas actividades ambulantes dentro del recinto de la Muestra y que a continuación nos referiremos de algunos de ellos. 

Días antes de la inauguración, José Soto solicitó a la Comisión Permanente la concesión del servicio de betuneros ambulantes en el recinto, tratada en la sesión celebrada el día 3 de mayo de 1929, es aprobada por unanimidad, siempre que el personal fuera el adecuado y vistiera el uniforme “análogo al que utilizaban los botones: gorro con las iniciales E.I.A. en color plata, chaqueta azul de paño con botonadura dorada, pantalón marrón oscuro, leguis de paño con botonadura dorada y botas negras enterizas”. Se limitaba el número de ellos en veinte como máximo, debiendo abonar como canon una peseta por individuo y día, facilitándole un carnet que acreditara la condición de pertenecer al servicio de betuneros. 10

A veinte también estaban se habían limitado el número de vendedores ambulantes de agua, al que se le estableció como único requisito el pago de la entrada a la Exposición, y cuya indumentaria, que había sido propuesta por ellos mismos, sería blusa blanca y pantalón negro.11

También le fue concedido permiso a Amparo Ariza para la venta de barquillos en el recinto, en iguales condiciones que los anteriores, debiendo abonar la entrada al mismo, estableciéndose como máximo 10 vendedores de este producto y que el ornato e higiene debían ajustarse a las normas establecidas. 

En esa misma fecha y con las mismas exigencias de higiene y presentación, se aprobó la petición formulada por Antonio Hernández Merino, para la venta ambulante de artículos de confitería en un carrito bicicleta, fijándose el canon para prestar este servicio en 5 pts. diarias en la que se incluía la entrada. 12

Pasado el verano del 29, los vendedores de agua Miguel Montero y Francisco del Val, solicitan autorización para poder vender también, de forma ambulante, artículos de confitería a los que se le fija un canon de 10 pts. mensuales.13

Tampoco podía faltar la venta ambulante de tarjetas postales y de patatas fritas, para la actividad de estas últimas fueron solicitados los permisos correspondientes Luis Amado y José Lafuente, a los que el Director de Explotación pidió como canon para esta actividad la cantidad de dos pesetas diarias, más la entrada al recinto. Esta propuesta fue considerada excesiva por el Director de la Exposición, solicitando éste que la aportación solo fuera de 10 pesetas mensuales y se le facilitara la autorización correspondiente para el acceso al recinto.14

Para la venta de tarjetas postales, Miguel García Sánchez solicitó en el mes de septiembre, licencia para tal fin, proponiendo aportar a las arcas de la Exposición el 20% de sus ventas, sin embargo debido a lo difícil que suponía el control de estas ventas, se aprobó que el canon mensual fuera de una peseta diaria, incluida la entrada, y pagadera por adelantado. Estableciendo el número máximo de licencias en seis. A pesar de esta resolución en el mes de junio, se aprobó la propuesta presentada por Gonzalo Hernández Arriba, para la venta de postales con vistas de lugares y hechos históricos de la vida de la reina Isabel la Católica, con la contribución del 20% del producto de las ventas.15

Cochecito y borriquillos, otras de las actividades de recreo infantil que fueron explotadas durante y después de la Exposición. (www.Todocoleccion.net)
También tuvo cabida el recreo infantil dentro de la Exposición, concediéndosele a Ricardo Lacalle, licencia para la explotación dentro del recinto de la atracción de borriquillos y coches para niños. Se inició esta actividad en el mes de octubre, y tenía distribuido por el recinto una serie de paradas para estos vehículos, anunciadas con postes, que se situaron en la Plaza de América, San Diego, Moliní y Sector Sur. Esta explotación ingresó a favor de la Exposición hasta su clausura 999 pts.16  Es decir estos fueron los predecesores de los cochecitos tirados por borriquillos que durante tantos años han estado girando, dentro de la Plaza de España y han hecho las delicias de tantos niños sevillanos.

En el mes de noviembre de 1931, Rafael Reina y Miguel Llanes, consiguieron la concesión de la Comisión Liquidadora, para la explotación de dos calesitas y fotografía al minuto en la Plaza de España por 50 pts. mensuales.17 

Para la obtención y venta de vistas fotográficas y cinematográficas de edificios y espacios tanto internos como externos de la Exposición, se confeccionó un proyecto de reglamento que regulara estos permisos.

Se dividieron en dos apartados. Por un lado la obtención de las vista que, dependiendo si el fotógrafo era aficionado, periodista o profesional, se le permitía la obtención de estas imágenes siempre que no fuera en lugares o espacios que ya tuvieran una concesión en exclusiva, como ocurría con el Parque de Atracciones, previa obtención de un carnet identificativo por el precio de 25 pts. por cada mes si era aficionado; de 100 pts. si era profesional y gratuito si era periodista. Para la grabación de imágenes cinematográficas, el carnet de aficionado le permitía obtenerla si más gasto, mientras que a los periodistas no les estaba permitido, y los profesionales debían abonar la cantidad de 100 pts. por día de grabación. Para la obtención de vistas en el interior de los edificios, y en determinados actos, necesitarían una concesión especial, no siendo de utilidad los carnets mencionados.

Por otro lado, la venta de fotografías tenía un gravamen de entre el 15 y el 25%, según los casos, que cobraría el Comité bien directamente al vendedor o mediante una cantidad alzada, dependiendo del procedimiento que eligiera la organización.

No obstante, cuando fue presentado el proyecto de este reglamento, el Director de la Exposición, Cruz Conde, propuso no aplicar la parte que se refería a los aficionados y periodistas, siendo aprobado por unanimidad.18 

A pesar de no ser una actividad ambulante, hemos encuadrado dentro de este apartado las concesiones realizadas a la Sociedad Española de Balanzas y Básculas “AVERY” y a Pelegrín Suárez Calzado, concesionario de la marca de básculas “TOLEDO”, para la explotación de básculas de pesar personas que se encontraban diseminadas por todo el recinto. En total se habían concedido autorización para la instalación de un total de veinte aparatos por cada una de estas empresas.

Estos aparatos de pesar, se encontraban situados en las estaciones del ferrocarril en miniatura de la Glorieta de Bécquer y de la Plaza de América, en la avenida de las Delicias; en las rotondas de los pabellones de Méjico, Colombia, Argentina, Estados Unidos y Sevilla, y en el Estanque de los Patos, frente al cabaret Plantación. En el Sector Sur se instalaron en las puertas del restaurante sucursal del Pasaje de Oriente, en la avenida de la Raza, y en el Barrio Moro en la avenida de Venezuela, hoy Reina Mercedes, así como en los dos edificios de las Galerías Comerciales; el resto distribuido en diferentes lugares entre los pabellones comercial de este Sector.19
Acceso principal al Barrio Moro, a la izquierda se aprecia donde se encontraba instalada una de las básculas. (Postal de la época)
Por los ingresos periódicos efectuados a la caja de la Exposición, sabemos que estos concesionarios tenían la obligación de abonar el 50% de lo recaudado por estos aparatos, de forma quincenal, 20 hasta que a finales de noviembre de 1929, a petición de Vocal Delegado de los Servicios de Hacienda, se aprobó la anulación de la concesión hecha a Pelegrín Suárez, para la instalación de las basculas TOLEDO, por haber tenido el citado concesionario “participación directa en actos que pudieran haber perjudicado los intereses de este Comité”, obligándole a retirar del recinto de la Exposición las básculas que tenía instaladas, previa liquidación de los correspondientes compromisos económicos que tuviera contraído.21 A partir de esa fecha, quedó solo la empresa AVERY como concesionaria de las básculas, haciendo lo ingresos en periodos mensuales.

La Sociedad Española de Balanzas y Básculas, era la concesionaria de la marca “AVERY”, y además de los aparatos que tenía distribuidos por el recinto, también instaló un stand propio en el primer pabellón de las Galerías Comerciales Nacionales. 
Entrada al restaurante Pase de Oriente, donde se pueden aprecian las básculas instaladas. (Ilustración Sevilla Exposición Iberoamericana)
Clausurada la Muestra, alquiló un espacio de 30 m2 en los almacenes de la Plaza de España, por 50 pts. mensuales, para alojar el material, hasta que en el mes de febrero de 1932, se le permitió volver a instalar cuatro balanzas, abonando un canon de 100 pts. trimestrales por ocupación de terreno.22

Según Eduardo Rodríguez Bernal en su obra “La Exposición Ibero-Americana de Sevilla”, en el balance que hace sobre los ingresos efectuados durante la celebración del Certamen, en el apartado correspondiente a las explotaciones directas e indirectas, en el caso de las industrias ambulantes, la cifra en 26.621 pesetas, sin incluir en ésta los ingresos correspondientes al alquiler de sillas, las góndolas y el ascensor de la Torre Norte y los borriquillos de alquiler.


Dentro de los llamados Pabellones Propios Nacionales, se encontraban incluidas una serie de instalaciones construidas principalmente por particulares para la venta de bebidas, refrescos, cafés, helados, fiambres, dulces, restaurantes y en general productos para consumo humano, así como fotografías, recuerdos, espectáculos, etc., cuyas actividades se enumeraban en los distintos apartados de los Arts. 6 y del 49 al 53 del Reglamento General de la Exposición. 

Estas instalaciones, tenían unas disposiciones especiales para el ejercicio de sus industrias, que se encontraban desarrolladas en un anexo aparte dentro del citado Reglamento. 

En esta normativa especial se contemplaba que, en el tiempo que durante de la celebración de la Exposición a efectos de ocupación de terreno por estas instalaciones, éstas tendrían la misma consideración que los expositores comerciales, es decir, se les aplicaba las mismas cláusulas que los pabellones levantados por firmas comerciales, obligándoles a presentar para su aprobación el correspondiente proyecto del edificio que pensaban construir.

La aportación económica con que tenían que tributar al Comité, y las tarifas por las que se regían, estos establecimiento en los terrenos situados en las parcelas indicadas en los planos del Sector Sur, comprendían el pago de 100 pts., por derechos de inscripción, más una tarifa por ocupación de terrenos, que iba desde los 10 a 25 m2 por 60 pts., el metro cuadrado, con un mínimo de 10 m2, a los más de 1.000 m2 a 5 pts. el m2, con un mínimo de 1.500 metros de superficie. Y si entorno a los kioscos existiera un espacio para la colocación de veladores y sillas, debían abonar 1 peseta por m2 ocupado y 2 pesetas por velador.

Si la instalación se situaba en el Parque de María Luisa ó en los Jardines de San Telmo, las tarifas correspondientes a la ocupación de terrenos e instalación de veladores, se incrementaba en un 50%.

Además del pago por la ocupación de terrenos, los expositores tenían que abonar en concepto de patente, entre 500 y 5.000 pts, dependiendo de la superficie de la instalación. A estas tarifas había que añadirles la contribución con el 10% de lo que se recaudara, o cantidad alzada, así como los gastos por la prestación de los servicios de vigilancia y guardería, incendios, y servicios sanitarios, con una peseta por m2, con un mínimo de 25 pts., con la obligación de contratar pólizas de seguros de incendios y robo.23

Dicho esto, es necesario aclarar que la diferencia que hemos adoptado para distinguir lo que en términos generales el Reglamento llama Pabellones Propios Nacionales, y los kioscos de venta de diferentes productos que vamos a tratar en este aparatado, es fundamentalmente las pequeñas dimensiones de estos y su eminentemente carácter de ventas de productos, excepto alguna excepción. 

En el Sector Norte, que comprendía los Jardines de San Telmo y el Parque de María Luisa, incluida la Plaza de América, se encontraban los siguientes kioscos: 

EMBLEMAS OFICIALES
Los Srs. Guerrero, Pérez y Ortiz, tenían del Comité de la E.I.A. la concesión en exclusiva para la venta y reproducción de emblemas oficiales de la Exposición. Estos emblemas se vendían en diferentes kioscos repartidos por el recinto exposicional, de los que tenemos referencia de la situación de dos de ellos, uno de los cuales se encontraba ubicado frente al Parque de Atracciones;24 y el otro dando frente a la Plaza de España, en la confluencia de las avenidas de Rodríguez Caso y Conde de Urbina.

Ignoramos las dimensiones de estos kioscos, pero suponemos que ocuparían pequeños espacios. Del último sabemos que se mantuvo en pie, hasta el mes de mayo de 1932, fecha en que fue autorizado por la Comisión Liquidadora, su derribo.25

Emblemas oficiales en metal para la solapa y de cartón. (Todocolección.net)

Los emblemas que se vendían en estas instalaciones, reproducían el escudo oficial de la Exposición compuesto por la Giralda sobre el globo terráqueo en el lugar geográfico que ocupa España, con una carabela de fondo, Sevilla 1929-30, y el lema EXPOSICIÓN IBERO AMERICANA, que fue diseñado por el pintor Santiago Martínez. Estaban confeccionados con diferentes materiales, como los de metal para ser colocados en el ojal de la solapa de las chaquetas, o de papel como estampillas, con el dorso engomados para ser adheridos a sobre como etiquetas.

VENTA DE POSTALES

Otra actividad que también tenía diseminada sus instalaciones en varios emplazamientos, era la dedicada a la venta de tarjetas postales y álbumes de vistas de la Exposición y de Sevilla, regentadas por Enrique Piñal, que solicitó al Comité a principios de julio de 1929, autorización para la construcción de kioscos en diferentes punto del recinto de la Exposición para la venta de fotografías tipo postal de recuerdo.

Enrique Piñal de Castilla, fue un empresario sevillano con domicilio social en la calle Granada, dedicado al mundo de la publicidad que, además de ser director propietario y editor de la publicación “Sevilla y la Exposición Hispano-Americana. Álbum Artístico” que servía como vehículo para promocionar la Muestra y a las empresas que se anunciaban en ella.

Uno de estos kioscos se situó en la Plaza de América, a la izquierda del Pabellón Real, por la imagen de ésta instalación realizada en madera, podemos comprobar la estética historicista de estos, con la mezcla de estilos mudéjar en las ventanas formadas por arcos de herradura y lobulados, y gótico en los ángulos de la construcción.

Uno de los kioscos para la venta de postales levantados por Enrique Piñal, situado en la Plaza de América, junto al Pabellón Real. (Archivo ABC)
Enrique Piñal, además de esta autorización para la venta de postales, también obtuvo diferentes concesiones para la venta de mantones bordados de Manila y álbumes de fotos en las tiendas de lujo de la avenida de María Luisa, y diversos stands distribuidos en la Galerías Comerciales Nacionales y en el Pabellón de Industrias Generales para la venta de recuerdos de Sevilla. Estas últimas autorizaciones estuvieron supeditadas a que no rozasen la exclusividad que ya tenía concedido el Comité a la reproducción y venta de los emblemas oficiales de la Exposición.

Las tarjetas postales nacieron como tal a finales del XIX, y se convirtieron rápidamente en el principal recuerdo para los viajeros de las primeas décadas del siglo XX, siendo el vehículo ideal y más popular, para mostrar la belleza artística y monumental de ciudades y países.

La Exposición Universal de París de 1900, fue el primero de estos acontecimientos internacionales en la que tuvo una importante repercusión el envío de imágenes de dicha Exposición a todo el mundo, a través de las postales que se editaron.

Cuando se celebró la Exposición Iberoamericana, estas tarjetas que al principio eran consideradas auténticos testigos de hechos irrepetibles, realizadas artesanalmente y con auténtico mimo, se habían convertido ya, en elementos hechos en serie realizadas rápidamente para su consumo inmediato.
Talonario de veinte postales coloreadas con vistas de la Exposición y del Parque de María Luisa. (Todocolección.net)
En los kioscos y stands donde se vendieron este tipo de producto, podíamos encontrar las tarjetas postales con imágenes de Sevilla o de su Exposición en distintos tipos, como las confeccionadas mediante soporte fotográfico, o entintadas en sepia o azul, e incluso iluminadas a color, y con el novedoso formado de talonarios o juegos de veinte postales distintas.

Todas ellas se editaron principalmente en tres lugares, Barcelona, Madrid y en la propia capital del Betis. De las primeras sobresalían las del editor y fotógrafo L. Roisin, perfectamente numeradas cuya colección alcanzaba casi las trescientas imágenes distintas, de los diferentes pabellones y espacios del recinto de la Exposición. Otros editores catalanes muy presentes con sus colecciones sobre el certamen y la ciudad, fueron Loty, Thomas y Mambrú, realizadas en huecograbado.

De Madrid estuvieron presentes con sus productos, los editores G.H. Alsina, del que existen unas magníficas postales fotográficas, de lugares bastantes desconocidos del recinto exposicional. La firma R.R. que editaba sus productos bajo la modalidad de “lujograbado”, Ediciones Unique con la publicación de imágenes tomadas por el fotógrafo Juan José Serrano. Y las editadas por la casa madrileña E. Ramos, que tuvo representación propia en una de las tiendas de lujo situadas en la avenida de María Luisa.

Por último los editores sevillanos, entre los que podemos destacar las firmadas como C.R. y C.R.S., debidas a Carlos Rudé, las de las casas Tomás Sans, Abelardo Linares y Manuel Barreiro, que realizaron tiradas con un gran número de ellas, iluminadas en vivos colores o mediante fototipias, basándose en las imágenes captadas por los fotógrafos del momento como Oña, Alfonso Espinosa, González Nieto, Serrano, Rafael Salas y Sánchez del Pando entre otros.26

KODAK S.A. 

Próximo a este kiosco de ventas de tarjetas postales, debió encontrarse el instalado por la casa de producto fotográficos Kodak S.A., que presentó una solicitud para construir su instalación de ventas de películas y aparatos de dicha marca, en una superficie de terreno en la Plaza de América, y que sería señalada por el arquitecto general,27 sin que hayamos podido encontrar la localización exacta de ella.

Carteles publicitarios de la casa fotográfica Kodak y de chocolates Nelia. (Todocolección.net)

CHOCOLATES NELIA

A la casa barcelonesa fabricante de chocolates “Nelia”, le fue aprobado el proyecto de su pabellón en la sesión de la Comisión Permanente celebrada el 7 de junio de 1929.28 Consistía éste en una construcción de 13,44 m2., situado en algún lugar sin determinar del Parque de María Luisa.29

El excéntrico empresario barcelonés Rafael Massó propietario de la fábrica de chocolate "Nelia" a raíz de un vuelo que realizó sobre Barcelona, tuvo sin duda la original idea de promocionar sus productos desde el aire, adquiriendo una avioneta para tal fin, siendo esta una de las primeras iniciativas de publicidad aérea de la historia de España.

La avioneta "Nelia" como se la conocía, se hizo muy pronto popular sobre los cielos de la Ciudad Condal, pues cargada con cajitas con chocolates sujetas a un pequeño paracaídas de papel de color naranja, descargaba su mercancía por las playas barcelonesas.30

Este medio publicitario resultó ser muy provechoso para los intereses de la empresa, pero no fue el único con este carácter innovador, pues la primera película publicitaria española de animación fue la realizada por esta casa en 1930,31 con una duración inferior a un minuto, cuyos dibujos fueron una creación del dibujante Arturo Moreno, gran dibujante que trabajó para revistas infantiles como TBO, o ilustrando la publicación Hogar y Moda.32

LA EQUITATIVA

Frente al Pabellón Domecq se instaló un kiosco que, quizás por su actividad, no debería tratarse en este capítulo, pero debido al reducido espacio de éste, solo 50 m2, hemos decidido incluirlo dentro de este apartado de kioscos comerciales. Se trata del stand que la Compañía de Seguros La Equitativa Fundación Rosillo S.A. solicitó ubicar en el lugar antes indicado, para mostrar sus productos comerciales, así como gráficos indicativos del avance de esta compañía en el área de los seguros. 

La Comisión Permanente del Comité Ejecutivo de la E.I.A, aprobó dicha petición en la sesión celebrada el 10 de agosto de 1929, haciéndoles constar que esta autorización estaba sujeta a la aceptación por parte de dicha entidad, del compromiso de tener terminado los trabajos de construcción para el 10 de octubre.33 

KIOSCOS ALFONSO Y BILINDO

Sin movernos de la Plaza de América, en las glorietas que se encuentran a ambos lado del acceso desde la avenida de las Delicias, se construyeron unos kioscos a modo de ambigú, para la venta de refrescos, bebidas y helados. 

El 31 de mayo de 1929, fue admitida y aprobada la solicitud formulada por Francisco Ruiz de los Ríos de establecerse en uno de estos kioscos para la venta de bebidas.34 El otro kiosco fue regentado por León Martinage empresario dedicado a la restauración y espectáculos, que tenía además la concesión de los restaurantes y cabarets situado en el Parque de María Luisa, como el Casino, el Plantación, el Ambassador, el Florida, el Florezco y el American Bar.

Estos ambigús estaban construidos en madera con cristaleras alrededor, eran de planta hexagonal y cubierta apuntada con una superficie de unos 30 m2.

Vista aérea con la indicación de los dos kioscos a ambos lados de la entrada de la Plaza de América por el Paseo de las Delicias. (Archivo Ejército del Aire)

Tras la clausura de la Exposición, el establecimiento concedido a Francisco Ruiz de los Ríos, continuó su actividad, incluso se podría pensar que también se hizo cargo, aunque por un corto periodo de tiempo, del vecino kiosco de Martinage, pues para las celebraciones del Carnaval de 1931, alquiló 1.000 sillas metálicas de la Comisión Liquidadora de la E.I.A., para utilizarlas “en los kioscos de la P. de América”.35

Esta posible utilización del que en los libros contables aparece como “kiosco antiguo Martinage”, debió ser puntual, pues en el mes de julio de 1931, aparece el primer pago realizado por Abilio Serna por ocupación de terreno de dicho kiosco con un canon de 150 pts. mensuales. Estos abonos mensuales constan en dichos libros, ininterrumpidamente hasta el mes de febrero de 1933, en que terminan estos documentos contables.36

No hemos podido establecer de forma definitiva, a que concesionario correspondió los actuales bares Bilindo y Alfonso, ni el momento en que se produce la adopción de estos nombres.

A nuestro parecer, el actual Bar Bilindo, podría corresponder al kiosco que tenía concedido el empresario Léon Martinage, que después ocupó Abilio Serna, pues éste último tuvo que abonar solo el canon de ocupación del terreno, como ya hemos comentado, en julio de 1931. Mientras el vecino kiosco, actual Bar Alfonso, debió ser el concedido durante la Exposición (el 31 de mayo de 1929) a Francisco Ruiz de los Ríos, pues éste terminado el Certamen, solo abonaba un tanto por ciento de las ventas, como así se establecía en el Reglamento General, no estando obligado a pagar ningún tipo de canon, al haber pagado en su momento la tarifa establecida por metro cuadrado para los pabellones propios.

Sobre el actual Bar Bilindo, la primera referencia que tenemos como tal, es en junio de 1933,37 desconociendo si el gerente seguía siendo Abilio Serna u otro empresario. En julio de 1940, si aparecen como los concesionaros del mismo los hermanos del Valle, Ángel, Eusebio y Francisco. 

Esta familia, regentaba este bar hasta los años 80 del pasado siglo, incluso desde 1946 hasta 1962, el vecino kiosco de Francisco Ruiz de los Ríos, entonces bautizado como Bar Gibraltar, estuvo bajo su dirección, siendo Eusebio el encargado del Bilindo y Francisco del Gibraltar.

El actual Bar Alfonso, estuvo dirigido por el mencionado Ruiz de los Ríos, desde su concesión en 1929, hasta al menos el mes de marzo de 1933, con la obligación de abonar el 10% de sus ventas primero a la Dirección de la E.I.A y más tarde a la Comisión Liquidadora hasta su desaparición.38 

La primera constancia que tenemos con el nuevo nombre con el que bautizó este establecimiento como Bar Gibraltar, la tenemos en 1934.39 y al igual que el Bilindo, desconocemos si su gerente continuaba siendo el primitivo concesionario. 
Publicidad Bar Bilindo (ABC Sevilla de 10 de julio de 1952)

Sabemos que durante la guerra, este kiosco estuvo atendido por Pilar García de Juliá, sirviendo como ambigú de los soldados italianos y alemanes, que estaban destacados en cerca de la avenida de la Palmeras, como era el campo de futbol del Betis, utilizado como cuartel de dichas tropas.40 

Esta situación continuó así, hasta el 4 de julio de 1946, que se volvía a abrir al público con una nueva dirección a cargo de los hermanos del Valle, en este caso de Francisco del Valle Pérez.41

Según cuenta Antonio Burgos en un artículo de ABC, el nombre de Gibraltar se debe a que al proclamarse la II República, la aristocracia y la gente adinerada, empezaron a abandonar Sevilla y el país en general, y en imitación de esta huída, los cursis decían que se iban a Gibraltar, pero en las noche del verano de 1931, los encontraba en el bar de la Plaza de América, de aquí que de broma se le conociera como el Bar Gibraltar.42

En 1962,43 se procede al cambio de titularidad de este establecimiento, pasando a gestionarlo Alfonso Maceda Rodríguez, y con ello quizás también el cambio de nombre, por el de Alfonso como el nombre del nuevo concesionario y como es conocido en la actualidad.

Los bares Bilindo y Alfonso en la actualidad. (Archivo del autor)

Tanto en el Bilindo como el Gibraltar, actuaron en las noches de veranos grandes artistas como Antonio Machín, Bonet de San Pedro, José Luis y su guitarra, etc. Los kioscos de madera y cristal fueron derribados en los años 60, construyéndose los edificios que actualmente existen, con pequeñas modificaciones desde entonces. El Bilindo tiene actualmente una superficios de 140 m2 en dos plantas, baja y sótano, mientras el Alfonso, tiene de 360 m2 también divididos en dos niveles.

KIOSCO ABILIO

Otro de los históricos kiosco-bar que aún se conservan de le época de la Exposición, es el conocido como Kiosco Abilio, que aunque de origen incierto, respecto a si éste se asentó en un puesto de agua construido durante el Certamen o no, lo que si hemos podido constatar es que, el 11 de abril de 1932 Abilio Jesús Cabrera, joven industrial oriundo del norte de Portugal,44 en la primavera de 1932, se dirige a la Comisión Liquidadora del Certamen, manifestando que “había adquirido un kiosco que perteneció a las instalaciones del Parque de Atracciones, donde aún está depositado, y deseando utilizarlo para explotar el negocio de la venta de refrescos, solicita autorización para instalarlo entre la Plaza de América y la puerta próxima a la avenida de Borbolla”.44 bis Por lo que a partir del 11 de abril de 1932 abonó como canon a la citada Comisión, 60 pts. al mes por la ocupación de un kiosco en la avenida de la Borbolla.45
Kiosco Abilio, años 40. (Foto gentileza familia González Jesús)

 Éste se ubicaba a la derecha de la llamada Puerta de la Plaza de América, situada en la citada avenida de la Borbolla, y estuvo regentado por Abilio Jesús hasta su fallecimiento en 1961, a la temprana edad de 51 años, siguió manteniendo el negocio su hijas Concha Jesús Pérez, hasta 2002 en que Daniel y Jesús González, la tercera generación, se hacen cargo del mismo.

Sirvió como vestuario para los jugadores de la Sociedad Sevilla Balómpié, después Real Bétis Balompié, cuando jugaban en el cercano campo de futbol de la Glorieta de la Virgen de los Reyes, a la espalda del Pabellón de Bellas Arte, actual Museo Arqueológico.46

Construido primitivamente, como un pequeño puesto de madera y cristal, poco a poco se fue transformando, pero sobre todo en dos reformas importantes, la primera en la década de los 50, construyéndolo de mampostería y con un aspecto muy similar al actual, y por último la realizada en el año 2000.

El Kiosco Abilio en la actualidad. (Archivo del autor)


RESTAURANTE-BAR LA RAZA

Para terminar con estos históricos establecimientos hosteleros situados en este Sector Norte de la Exposición, nos referiremos al actual restaurante La Raza, instalado en lo que fuera antiguo Pabellón de Informaciones (que se trata en el apartado correspondiente a los pabellones oficiales de esta obra) el cual una vez terminada la Muestra, le fue asignada su concesión a Manuel Sánchez Suarez por la Comisión Liquidadora, realizando el primer pago del canon de ocupación el 23 de febrero de 1931, por importe de 180 pts mensuales. Este industrial durante la exposición, también tuvo concedidas diversos espacios en las llamadas tiendas de lujo de la avenida de María Luisa, que ya hemos tratado anteriormente. 

Sin embargo esta concesión duraría poco, pues en el mes de mayo, Natividad Martínez, se hizo cargo de ella, abonando el mismo canon, hasta junio de 1932, que sería nuevamente concedida la gestión de la misma a Juan Córdoba, pero esta vez con una sensible reducción del canon, pasando a ser de solo 90 pts. al mes. Este industrial, con motivo del Carnaval de 1930, ocupó durante cuatro días, los terrenos próximos al Pabellón de la Cerveza El Águila en el Sector Sur.

Por los ingresos efectuados por distintos conceptos a la caja de la Comisión Liquidadora, sabemos que este concesionario estuvo gestionando este local como mínimo, hasta mediados de 1933.47
Publicidad publicada en ABC de Sevilla el 27 de abril de 1954


Hasta que en 1952, este kiosco de bebidas fue alquilado por el industrial hostelero José Rodríguez Cala, a su anterior gerente, José Montes Morgado.48 Hasta entonces había recibido distintos nombres, primero fue el de Bar Ginebra, más tarde en los años 40 el de Bar La Raza 49 y posteriormente fue conocido como Patio Andaluz, para rebautizándolo nuevamente Rodríguez Cala, como La Raza, cuyo nombre se inspira del cercano monumento a Rubén Darío, con terraza-bar, siendo su primer comedor una caseta de feria.


Aspecto del kiosco cuando fue traspasado a José Rodríguez Cala, aún con su anterior nombre de Patio Andaluz, y ya convertido en Restaurante La Raza. (Archivo Grupo La Raza)

En esas fechas José Rodríguez, también regentaba el restaurante Los Corrales y la Hostería del Prado, que con anterioridad había adquirido. Ya en 1955, construye la pérgola que aún existe, y el restaurante interior, ampliando el bar pero manteniendo la barra dentro de los límites del antiguo Pabellón de Informaciones, volviéndolo a ampliar y modernizar en 1964.50

 En la actualidad, aunque con dificultad, pueden observarse aún las características las torres cilíndricas de la fachada del antiguo Pabellón de Informaciones.
 
Publicidad de distintos bares publicado en el diario ABC de Sevilla, el 18 de julio de 1940

Los kioscos que se ubicaron en el Sector Central que abarcaba el Paseo y los Jardines de las Delicias, y la avenida de La Raza hasta la Plaza de los Conquistadores, se situaron principalmente en la zona comprendida por el Paseo de las Delicias, incluido sus jardines, y en alrededor de la entrada del Parque de Atracciones por la avenida de la Raza. Tanto de éste Sector Central como del Sur, tenemos poca información sobre los kioscos comerciales que en estas zonas se ubicaron. 

MIGUEL ACHEKAR

El Paseo y Jardines de la Delicias, fueron unos lugares muy codiciados para la construcción de estas instalaciones comerciales, así en un lugar próximo a la Estación de la Plaza de América, del ferrocarril en miniatura, se situó el pequeño kiosco de 8 m2, que le fue autorizado construir a Miguel Achekar el 06 de septiembre de 1929, para la venta y fabricación de productos de nevería y otros, a la vista del público. No debió gustar el lugar elegido, pues días más tarde, el 19 de septiembre, cambia de sito, abonado por ocupación del terreno un canon de 600 pts., lo mínimo que establecía el Reglamento, al no alcanzar los 10 m2. Aunque no se determina con exactitud el lugar de su ubicación, creemos que debió situarse en algún lugar del Pase de las Delicias. 

Ya en el mes de febrero de 1930, solicita una ampliación de su instalación, consistente en 4 metros de frente y 1,5 de fondo, siendo aprobada tal petición, con la condición que siga el mismo tipo de construcción. Como otros kioscos una vez clausurada la Exposición, continúa con su actividad comercial, al menos hasta abril de 1933, abonando el 10 % de sus ventas y el consumo de fluido eléctrico a la Comisión Liquidadora.51

KISCO-BAR LIBANO.

Cerca del local de Miguel Achekar, en los Jardines de las Delicias, le fue autorizada la instalación de un kiosco de 49 m2 para cervecería y venta de fiambres, al funcionario de la Diputación de Sevilla, Fernando Berraquero Ariza.52

Este establecimiento fue conocido durante la Exposición como Bar Delicias, y se situó en la actual avenida de Líbano, un bello rincón entre la Glorieta de Haití, rodeada por bancos de forma elíptica a los que flanquean pedestales barrocos, obra de Cayetano de Acosta, con bustos en mármol que procedían del palacio de verano del arzobispado de Sevilla en Umbrete, siendo colocados en este lugar en 1864. Y el conocido como Salón Alto, un basamento de formas rectangulares elevado, con cuatro pedestales de sus esquinas también de estilo barroco con motivos vegetales y rocalla. Sobre dichos pedestales, se situaron originariamente figuras de personajes mitológicos del siglo XVIII. En la rehabilitación del año 2007, se han colocado reproducciones en piedra artificial de los jarrones de los sevillanos Jardines de Cristina.53
Propaganda del Bar Delicias impresa al dorso de una postal de la Exposición.

En mes de diciembre de 1929, Fernando Berraquero solicita al Director de los Servicios Técnicos, autorización para ejecutar una construcción de cristales, que reservara al kiosco de las inclemencias del invierno.54

Al igual que otros kioscos de bebidas, mantuvo su actividad una vez pasado el Certamen, en marzo de 1932, ruega a la Comisión Liquidadora, utilizar un espacio cerca de la Estación del ferrocarril de la Plaza de América, donde se encuentra su establecimiento, para poner sillas y mesas a fin de paliar el mal invierno vivido en la ciudad con motivo de la crisis.55 

La primer referencia que se hace con el nombre de Bar Líbano, es en 1948, en una publicidad insertada en el periódico ABC de Sevilla, en la que se especifica que la empresa que lo gestiona es de José del Valle Pérez,56 hermano de Eusebio y Francisco, que regentaban en esas fechas los kioscos Bilindo y Gibraltar, que ya se han comentado.

Este pequeño kiosco-bar, estuvo muy concurrido durante décadas, siendo lugar de encuentro de muchos sevillanos, donde familias compartían el aperitivo o la merienda los domingos, y en las calurosas noches de verano, igual que ocurría en el Bilindo y el Gibraltar, actuaron grandes artistas del momento.


Dos imágenes del Kiosco Líbano, durante la nevada de 1954 (La Sevilla del ayer. Archivo Cubiles) y en la actualidad (Archivo del autor)
Pero al final de la década de los 70, a punto estuvo de ser derribado, para construir en dicho lugar un restaurante en acero y cristal de grandes dimensiones, pero gracias a estar declarado el Jardín, monumento histórico-artístico, pudo salvarse de su destrucción segura.57

Hoy día, el edificio construido del que ignoramos la fecha de su edificación, mantiene cierto parecido con el kiosco de Abilio, antes de su última reforma, por lo podríamos establecer la fecha de su ejecución a principios de la década de los años 50, manteniendo aún casi sin alteraciones, la misma fisonomía que se le dio en aquella época.

RAFAEL RUBIO CARRIÓN

Otra de las pequeñas instalaciones que se situaron en el Paseo de las Delicias, frente a la Plaza de Américas, fue la de un kiosco de tan solo 10 m2, para la venta de naipes históricos, que había sido solicitado por Rafael Rubio Carrión.58

A pesar de que la petición la realizó el 22 de junio de 1929, no fue hasta la sesión celebrada el 10 de agosto por la Comisión Permanente, que se autorizara la misma. Al parecer esta demora se debió a que tanto esta solicitud, como la formulada por otros expositores, fueron elevadas por la Dirección de Explotación a la consideración de la Jefatura de Obras para que diera su conformidad para la construcción de estos pabellones propios, como era preceptivo; la cual a su vez, consultó estos casos al Director de la Exposición, que estableció que a partir de ese momento no se volverían a conceder espacios para la construcción de kioscos de cualquier clase que fuera, en el Parque de María Luisa, pero entendemos, que al estar fuera de dichos Parque, fue autorizada esta instalación, aunque con bastante retraso.59 

Las barajas de carta que se vendían es este kiosco, suponemos debieron ser las fabricadas por la empresa “Viuda e Hijos de Heraclio Fournier” de Vitoria, llamadas naipes históricos ibero americanos, fabricados en exclusiva por dicha firma vasca, para las Exposiciones de Barcelona y Sevilla. 

Esta baraja de naipes, cuidadosamente editada, fue el resultado de un minucioso estudio en el que se reproducía de forma fidedigna monedas, vestimentas y escudos de personajes históricos relacionados con el descubrimiento y colonización del continente americano, durante los reinados de los Reyes Católicos, Carlos I y Felipe II. El reverso de los naipes reproducía el escudo del emperador Carlos I, rodeados de los escudos de Portugal y de los 22 estados americanos. Se incluía un folleto descriptivo de los personajes representados, siendo el precio de la baraja de 5 pts.
Publicidad del Catálogo Oficial de la Exposición Iberoamericana de Sevilla 1929-1930

Por otra parte, Rafael Rubio, fue un destacado miembro del Partido Republicano Radical y de la Unión Republicana, siendo amigo personal y colaborador de Diego Martínez Barrio, y de otras figuras políticas y culturales de la época.

Entre 1930 y 1931 fue nombrado Teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Sevilla, y más tarde gobernador civil de Tenerife, Segovia, Albacete y Castellón. Además de ser miembro de la masonería.60

EMBLEMAS OFICIALES

Uno de los kioscos que los Srs. Guerrero, Pérez y Ortiz, tenían para la venta de emblemas oficiales de la Exposición, se instaló en la glorieta existente, en la antes dicha avenida de la Raza, que daba acceso al Parque de Atracciones. De estos expositores ya nos hemos referido antes al tratar los situados en el Parque de María Luisa.

RICARDO GRAELLS

Cerca de este establecimiento para la venta de emblemas, se situó otro dedicado a la venta de caramelos y bombones de la marca Kisses, que se levantó delante de la puerta del Parque de Atracciones. Tenía este kiosco una superficie de 20 m2, y fue aprobaba la solicitud formulada por Ricardo Graells, comerciante de Barcelona, en el mes de agosto de 1929.61

Esta marca de chocolate fabricado por la Cía. Hershey's, consisten en pequeños trozos de chocolate que tienen la forma de una lágrimas con fondo plano, y se envolvían en papel de aluminio ligero. Se empezaron a fabricar en 1907, y se cree que el dulce se le puso el nombre de Kisses (o Besos en español) debido al sonido y el movimiento realizado por la máquina mientras depositaba el chocolate.62
Imagen de la entrada al Parque de Atracciones por la avenida de La Raza, donde se puede observar un kiosco, que bien pudiera ser el dedicado a la venta de emblemas oficiales, ó al de bombones y caramelos de la marca Kisses. (Ilustración Sevilla. Exposición Ibero-Americana, 1929-1930. Impreso Oliva de Vilanova)

RICARDO GRAELLS MARCO

Curiosamente, existe otra petición bajo este mismo nombre, Ricardo Graells Marco también de Barcelona, para instalar un pabellón propio de 16 m2, en algún lugar del Sector Sur, para la exhibición de “máquina envolvedora automática de caramelos”. Desconocemos si se trata de la misma persona. Sin embargo esta última solicitud fue aprobada por la Comisión bastante antes que la primera, en diciembre de 1928,63 destaca la coincidencia de que ambas actividades estaban relacionadas con los caramelos y bombones y que al principio, los Kisses se envolvían a mano, pero en 1921, se fabricó una máquina para que estos bombones se envolvieran de forma automática.64 

Conforme nos alejamos del Sector Norte y Central, y no vamos acercando al Sector Sur, que abarcaba los terrenos que rodeaban la Plaza de los Conquistadores, la Exposición de Ganado hasta el Stadium, la información sobre este tipo instalaciones es cada vez más escasa. 

CASA INFANTES Y CIA.

En enero de 1929 la fábrica “Infantes y Compañía” de Toledo, solicitó la instalación de un pabellón propio nacional de 8 m2, para la venta de mazapanes y albaricoques, sin especificar el lugar de su ubicación.65

Paralelamente a esta solicitud, Domingo Aguado Pérez de dicha fábrica de mazapanes, también pidió al Ayuntamiento de Toledo, una subvención al objeto de montar dicha instalación en el Certamen sevillano. A pesar de la oposición de algunos concejales toledanos que consideraban que, además de tener un fin industrial particular, este tipo de peticiones podían ser peligrosas por si otros industriales también tenían intención de concurrir en la Exposiciónal. Finalmente el Ayuntamiento de dicha ciudad le concedió una ayuda de 400 pts.66 

Fotografía aérea con la posible situación del kiosco de la casa de mazapanes toledana Infantes y Cía., (Archivo Ejército del Aire) y publicidad aparecida en la Guía Oficial de la Exposición.
Aunque no hemos podido encontrar ningún documento que nos aclare el lugar donde se ubicó este kiosco de la fábrica de mazapanes Infante y Cía., en la publicidad insertada por dicha empresa en la Guía Oficial de la Exposición, lo sitúa en el Sector Sur “junto al Pabellón de Cuba”, ofreciendo a los visitantes sus deliciosos productos incluso el envío a domicilio.67 Este fabricante fue proveedor de la Real Casa recibiendo la Medalla de la Exposición por sus elaboraciones.68

ANIS MATA-RATAS

La situación de este kiosco es difícil de determinar, ya que la solicitud formulada por Eduardo Jiménez Cruz, y que le fue autorizada por la Comisión Permanente el 09 de abril de 1929, era para construcción de un pabellón propio de 12 m2 en la parcela 106, para la venta de anisados y licores, la cual no hemos podido localizar en el plano, ya que la numeración de las parcelas llegaban hasta la número 104,69 por lo que ignoramos el lugar exacto que ocupó dicha instalación en el Sector Sur.

Eduardo Jiménez, procedía de una familia de Estepa, que se había dedicado a la destilación y fabricación de aguardientes. Pocos años antes de la Exposición, en 1927, se independizó de su hermano Rafael, que había creado su propia marca comercializa con el nombre de éste “Rafael Jiménez”. Por ello Eduardo se trasladó a vivir a Sevilla, instalando una fábrica de anisados bajo el nombre comercial de “Anís Mata-ratas”.70 
Presentación del anís Mata-ratas en 1929. (www.Panoramio.com)

Además de estas instalaciones, de las que tenemos algunas informaciones documentales, existieron otras de las que solo hemos conseguido algunas referencias en periódicos ó en algún documento suelto que trataba de otra instalación, pero que se refería a ellas de forma circunstancial.

Este es el caso de la construcción de kioscos solicitados por la Sociedad General Española de Librería, que participó en la Exposición con una serie de instalaciones menores diseminadas por el recinto de la Muestra.71

También tenemos noticias de que, Juan Sarabia tuvo varios kioscos repartidos por las estaciones del tren miniatura, ya que existe un oficio solicitando autorización para que se le conceda un pase de libre circulación en el ferrocarril, al objeto de inspeccionar al personal que tenía trabajando en dichos kioscos.72 

O la del expositor Francisco Serrano, que presentó su proyecto de pabellón, siéndole aprobado en la sesión del 25 de enero de 1929, pero ignorando el lugar y tipo de actividad, incluso si se llegó a construir.73 

Con estas aportaciones no queda cerrado éste capítulo, sobre los kioscos y expositores ambulantes que trabajaron durante y después de la Exposición, por el contrario solo es el inicio para que, futuros trabajos de investigación puedan ahondar más sobre este tema.


NOTAS

1.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Relación de Mandamientos de Ingresos (1924-1933). Distribuidos en varias cajas y rollos. Y Expediente de solicitudes y reclamaciones de expositores. Caja 39 rollo 661.
2.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Relación de Mandamientos de Ingresos (1924-1933). Distribuidos en varias cajas y rollos.
3.- Las sillas de la Exposición. Casco Antiguo. Abel Infanzón. ABC de Sevilla. 03 de mayo de 1979. Pág.
4.- Este importe es el resultado de la suma de las entregas realizadas por Francisco Abascal, que constan en los apuntes del libro contable relativo a mandamientos de ingresos. El importe pudiera que fuera mayor, pues faltan algunas hojas de este libro. Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII. Varias cajas y rollos.
La suma total a que me refiero, difiere de la indicada por Eduardo Rodríguez Bernal en su obra La Exposición Ibero-Americana de Sevilla, página 170, en la que aparece dentro de los conceptos del capítulo 4.- Ingresos por explotaciones directas o indirectas, correspondiente a Sillas Abascal el de 19.563 pts.
5.- Relación de Mandamientos de Ingresos y Pagos (1924-1933). Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Distribuidos en varias cajas y rollos.
6.- Ver en esta misma publicación el apartado -Contenidos de la Plaza de España.
7.- Relación de Mandamientos de Ingresos y Pagos (1924-1933). Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana, pág. 82. Con fecha 26 de octubre de 1929, aparecen los primeros asientos por los ingresos producidos el día 24 en los servicios de góndolas por 18 pts. y del ascensor de la Torre Norte por 31 pts.
8.- Ibidem, pág. 161. Asiento de fecha 05 de octubre de 1931: Manuel Gordillo, trimestre adelantado y correspondiente de 26 septiembre ppdo. a 26 diciembre próximo por la conexión que la C. Liquidadora hace a dicho señor para explotar el “servicio de lanchas en la ría de la Plaza de España”……150,00.
9.- Eduardo Rodríguez Bernal. La Exposición Ibero-Americana de Sevilla, página 170.
10.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Expediente de solicitudes y reclamaciones de expositores. Caja 39, rollo 662 fotograma 82
11.- Ibidem. Caja 39, rollo 662 fotogramas 48 y 49. Acuerdos sesión Comisión Permanente de 14 de junio de 1929.
12.- Ibidem. Caja 39, rollo 662 fotograma 30 y 24. Acuerdos sesión Comisión Permanente de 20 de julio de 1929.
13.- Ibidem. Caja 39 rollo 661 fotograma 574. Acuerdos sesión Comisión Permanente de 20 de septiembre de 1929.
14.- Ibidem. Caja 39 rollo 661 fotograma 627. Acuerdos sesión Comisión Permanente de 03 de agosto de 1929.
15.- Ibidem. Caja 39 rollo 661 fotograma 561. Acuerdos sesión Comisión Permanente de 05 de octubre de 1929. Y Caja 39 rollo 662 fotograma 52. Acuerdos sesión Comisión Permanente de 14 de junio de 1929.
16.- Ibidem. Caja 39 rollo 661 fotograma 553. Oficio del Ingeniero Jefe al Director de la Exposición de fecha 17 de septiembre de 1929.
Eduardo Rodríguez Bernal. La Exposición Ibero-Americana de Sevilla, página 170.
17.- Relación de Mandamientos de Ingresos y Pagos (1924-1933). Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Distribuidos en varias cajas y rollos. En algunos asientos Miguel Llanes aparece como Yanes y Janes.
18.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Expediente de solicitudes y reclamaciones de expositores. Caja 39 rollo 662 fotograma 121. Acuerdos sesión Comisión Permanente de 22 de marzo de 1929.
19.- Ibidem. Caja 39, rollo 662 fotograma 133 a 138. Correspondencia relativa a las básculas AVERY y TOLEDO.
20.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Relación de Mandamientos de Ingresos (1924-1933). Distribuidos en varias cajas y rollos.
21.- Ibidem. Expediente de solicitudes y reclamaciones de expositores. Caja 39, rollo 661 fotograma 548. Oficio de Secretario General de la E.I.A., al Ingeniero Jefe de Obras y Servicios, de fecha 25 de noviembre de 1929.
22.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Relación de Mandamientos de Ingresos (1924-1933). Distribuidos en varias cajas y rollos.
23.- Reglamento General de la Exposición Ibero-Americana. Tipografía A. Padura. Sevilla 1928.
24.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Rollo 732. Oficio de fecha 20 de marzo de 1930 del Servicio Técnico, dirigido a los Srs. Guerrero, Pérez y Ortiz, con el importe que debían por la instalación eléctrica de su kiosco.
25.- Ibidem. Rollo 735. Oficio de fecha 16 de mayo de 1932, del Secretario de la Comisión Liquidadora, dirigido al Arquitecto Jefe de Conservación, autorizando a los Srs. Guerrero, Pérez y Ortiz, para que puedan proceder al derribo de kiosco situado frente a la Plaza de España.
26.-Postales de la Eposición, Ángel Vela. Publicado en RECUERDOS DE LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA 1929-1930
27.- Ibidem. Caja 39, rollo 662, fotograma 198. Oficio de fecha10 de Diciembre de 1928, del Secretario General al Director de Obras y Proyectos de la E.I.A.
28.- Ibidem. Caja 39, rollo 661, fotograma 540. Oficio de fecha 08 de junio de 1929, del Secretario General al Director de Obras y Proyectos de la E.I.A.
29.- Ibidem. Caja 39, rollo 662, fotograma 21. Oficio de fecha 24 de julio de 1929, del Director de Explotación al Ingeniero Jefe de Obras de la E.I.A.
30.- 1928, la firma “CHOCOLATE NELIA” adquiere una avioneta como reclamo publicitario.
-Leandro Escorell. El bombardeo de Barcelona con chocolatinas. http://aeropinakes.com/-
31.- La publicidad y las imágenes en movimiento: primeros pasos del cine publicitario en España. María Begoña Sánchez Galán.
32.- Historia del dibujo animado español. José Mª Candel. Pág. 56
33.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Expediente de solicitudes y reclamaciones de expositores. Caja 39 rollo 661 fotograma 539. Acuerdos sesión Comisión Permanente de 10 de agosto de 1929.
34.- Ibidem. Caja 39, rollo 661, fotograma 541. Acuerdos sesión Comisión Permanente de 31 de mayo de 1929.
35.- Ibidem. Libro Contable. Asiento del 16 de febrero de 1931, pág. 152, por 350 pts. Caja 120, rollo 736 fotogramas 473 A 530 asientos desde 29/03/1930 a 19/05/1933.
36.- Ibidem. Libro Contable. Caja 120, rollo 736 fotogramas 473 A 530 asientos desde 29/03/1930 a 19/05/1933.
37.- Detención de los pistoleros. ABC Sevilla, 05 de agosto de 1933. Pág. 28
38.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Libro Contable. Caja 120 rollo 736 fotogramas 473 A 530 Asientos desde 29/03/1930 a 19/05/1933.
39.- Publicidad. ABC Sevilla, 25 de mayo de 1934. Pág. 18
40.- Sevilla, banquetes, tapas, cartas y menus. Isabel González Turmo. Pág. 108-109
41.- Publicidad. ABC Sevilla, 04 de julio de 1946. Pág. 11
42.- Sevilla al día – Gibraltar y la ironía – Antonio Burgos. ABC Sevilla, 28 de septiembre de 1982. Pág. 49.
43.- Información General. Perfil de autónomo.
44.- Apolo y Baco. La Gastronomía. Taberna del mes – Agosto 2013. Kiosco Abilio.
44 bis.- Acta de la Comisión Liquidadora del 06 de abril de 1932. Libro 1º de la Comisión Liquidadora. Rollo 628, fotograma 279.
45.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Libro Contable. Caja 120 rollo 736 fotogramas 473 A 530 Asientos desde 29/03/1930 a 19/05/1933.
46.- Apolo y Baco. La Gastronomía. Taberna del mes – Agosto 2013. Kiosco Abilio.
47.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Libro Contable. Caja 120 rollo 736 fotogramas 473 A 530 Asientos desde 29/03/1930 a 19/05/1933.
48.- Sevilla, banquetes, tapas, cartas y menús. Isabel González Turmo. Pág. 124
49.- Publicidad. ABC Sevilla, 18 de julio de 1940. Pág. 17.
50.- Sevilla, banquetes, tapas, cartas y menús. Isabel González Turmo. Pág. 124
51.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Expediente de solicitudes y reclamaciones de expositores. Caja 39 rollo 661 fotograma 582. Acuerdos sesión Comisión Permanente de 06 de septiembre de 1929, y fotogramas 522 y 525. Solicitud ampliación y autorización por parte de José Granados.
52.- Ibidem. Exp. Pabellón Longoria. Rollo 719 fotograma 347.
53.-http://www.unaventanadesdemadrid.com/otras-comunidades/sevilla-jardin-de-las-delicias.html
54.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Expediente de solicitudes y reclamaciones de expositores. Caja 39 rollo 661 fotograma 544. Solicitud firmada por Fernando Berraquero el 13 de diciembre de 1929.
55.- Ibidem. Expediente Contaduría. Rollo 736 fotograma 624.
56.- Publicidad. ABC Sevilla. 18 de abril de 1948.
57.- En las Delicias quieren construir un restaurante monstruoso. ABC Sevilla. 19 de febrero de 1978. Pag.37.
58.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Expediente de solicitudes y reclamaciones de expositores. Caja 39 rollo 661 fotograma 539. Acuerdos sesión Comisión Permanente de 10 de agosto 1929.
59.- Ibidem. Caja 39 rollo 661 fotograma 639 y rollo 662 fotograma 21.
60.- Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Rafael_Rubio_Carri%C3%B3n
61.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Expediente de solicitudes y reclamaciones de expositores. Caja 39 rollo 661 fotograma 539. Acuerdos sesión Comisión Permanente de 10 de agosto de 1929.
62.- https://es.wikipedia.org/wiki/Hershey's_Kisses.
63.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Expediente de solicitudes y reclamaciones de expositores. Caja 39 rollo 661 fotograma 191. Acuerdos sesión Comisión Permanente de 15 de diciembre de 1928.
64.- https://es.wikipedia.org/wiki/Hershey's_Kisses.
65.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Expediente de solicitudes y reclamaciones de expositores. Caja 39 rollo 662 fotograma 178. Acuerdos sesión Comisión Permanente de 11 de enero de 1929.
66.- Toledo en la Exposición-Ibero-Americana de Sevilla de 1929. Estrella Ocaña Rodríguez. Pág. 52.
67.- Publicidad. Sevilla. Exposición Ibero-Americana 1929-1930- Guía Oficial. Pág. 290.
68.- Publicidad. La Bandera Profesional. Año Número 926. 05 de enero de 1931.
69.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Expediente de solicitudes y reclamaciones de expositores. Caja 39 rollo 662 fotograma 101. Acuerdos sesión Comisión Permanente de 09 de abril de 1929.
70.- ANISES DE ESTEPA. Blog MANTECADOS DE ESTEPA.
71.- Sesión de la Comisión Permanente de la Exposición Ibero Americana celebrado el 13 de julio de 1928. EL LIBERAL. 14 de julio de 1928 pág. 4 - La Exposición Iberoamericana a través de la prensa 1923-1929. Encarnación Lemus López. Pág. 210.
72.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Ibero-Americana. Expediente de solicitudes y reclamaciones de expositores. Caja 39 rollo 662 fotograma 101. Oficio de 20 de septiembre de 1929 del Director de Explotación dirigido al Ingeniero Jefe de Obras.
73.- Sesión de la Comisión Permanente de la Exposición Ibero Americana celebrada el 25 de enero de 1929. EL LIBERAL. 26 de Enero de 1929. Pág. 4.

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