- Pabellón del Reino de Murcia (Murcia y Albacete)


Fachada principal de pabellón y zona trasera correspondientes a Murcia y Albacete respectivamente. (Ilustración de la revista Sevilla y la Exposición-Álbum Artístico. Enrique Piñal)

La provincia de Murcia, tomó pronto y de forma decidida la determinación de participar en el Certamen Iberoamericano, para lo cual el Comité local que se constituyó, designó a la Junta del Patronato del Museo de Bellas Artes de dicha provincia, para que convocara un concurso de bocetos de edificaciones típicas murcianas, en el que se excluían las barracas, siendo publicada sus bases en mayo de 1926. [1]

En dicho concurso, se pedía que los bocetos representaran la torres vivienda murciana de una o varias plantas. Dejaba a la libre elección la clase de fábrica que debía de emplearse, aunque se recomendaba el uso del ladrillo visto tan característicos en las edificaciones de los siglos XVII y XVIII, debiendo tenerse en cuenta, que se trataba de una edificación provisional que habría de destruirse cuando se clausurase la Exposición.

Las características y detalles de los bocetos que se presentaran, debían tomarse de las construcciones típicas de la región murciana, además, debía figurar al menos en la entrada su tinajero típico, la cocina-comedor, alcoba y habitaciones para criar seda y preparación del pimentón.

Sin embargo, no fueron presentados ningún boceto, declarándose desierto el concurso, por lo que convocó nuevamente un nuevo concurso con las mismas bases el 15 de julio, [2] estando previsto se produjera el fallo en la primera quincena del mes de octubre. Al parecer solo fue presentado un único boceto que por ser el único, y tener algo aprovechable, tuvieron que aceptar, pero quedó pendiente de que el intelectual murciano José Alegría Nicolás hiciera otro “de líneas verdaderamente típicas” en que los arquitectos premiados se inspiraran para hacerlo de estilo típico de la región.[3]

En septiembre de 1927, el Comité local Pro-Exposición de Albacete, decide incorporase al proyecto ya en marcha de Murcia, produciéndose la fusión en una misma representación, presupuestándose el importe para llevarla a cabo ésta en 300.000 pts., se acordó sufragar entre ambas Diputaciones el importe que se había presupuestado para la construcción de edificio correspondiente, contribuyendo con un tercio de los gastos Albacete y con los dos tercios restantes la de Murcia.[4] Es decir 100.000 pts. serían aportadas por la provincia de Albacete y el resto por Murcia. En la reunión por ambos comités celebrada el 03 de septiembre de dicho año, se presentaron tres perspectivas del proyecto del pabellón realizadas por José Alegría, como base para el futuro diseño definitivo.[5]


Boceto de la Casa Murciana y alzado de una de las fachadas laterales, realizados por José Alegría como base del proyecto definitivo. (Archivo General de Murcia)

Ha de tenerse en cuenta, que las provincias de Murcia y Albacete, durante mucho tiempo habían constituido el Reino de Murcia,[6] por lo que es acordó que el pabellón se conociera con este nombre.

Una vez determinado por los respectivos Comités locales concurrir de forma conjunta, en febrero de 1928, fue solicitado al Comité de la Exposición una parcela de 1.500 m2,[7] de los cuales 450 serían para la edificación del pabellón, y el resto para “jardines, patios y cobertizos”,[8] además de ser nombrado como Comisario General de los Comités de Murcia y Albacete, al exministro Isidoro de la Cierva y Peñafiel, y los presidentes de las diputaciones de ambas provincias como comisionados; también fue nombrada una Comisión delegada en Sevilla, formada por el médico Miguel Royo, Joaquín Novalla, Francisco Rosas, Emilio Ramírez, y como Presidente el cartagenero Francisco Hidalgo, Gobernador Militar de la plaza, todos ellos residentes en Sevilla.[9]

En el mes junio,[10] es aceptada la parcela más reducida asignada por el Comité de la Exposición, de 1.000 m2, en la intersección de las avenidas de Panamá con la del Salvador, junto a las parcelas de los pabellones de Córdoba y Valencia;[11] y presentado por la Comisión Ejecutiva creada por ambas provincias, del proyecto definitivo del pabellón, que incluía la reforma de éste para dar cabida a la provincia de Albacete, con un presupuesto general de la obra de 108.000 pts.,[12] que fue aprobado por la Permanente en la sesión del 15 de dicho mes.[13]

A primeros de septiembre de 1928, se contrató para la construcción del pabellón a la empresa de los hermanos los José y Eduardo Anduiza de Bilbao, que habían ganado el concurso,[14] e iniciaron los trabajos en octubre, estando prevista su finalización para el mes de marzo del siguiente año.[15]

El proyecto definitivo fue realizado por los arquitectos madrileños Manuel Martínez Chumillas, músico y crítico de arte, y Ramón Aníbal Álvarez, consistiendo éste en un casa señorial murciana, del siglo XVII con torre, siendo la construcción anexa la que le daba sabor manchego inspirándose en las típicas aldeas de Albacete. La morfología de este tipo de viviendas, se caracterizaba, por una planta rectangular con los muros de mampostería trabada con cal ó técnica mixta con ladrillo. Los ángulos y huecos estaban subrayados con ladrillo visto o piedra, rematando el conjunto una cornisa enlucida con yeso y alero tipo aragonés.[16] Presentaba aperturas en los cuatro frentes, con distribución simétrica. Sobre la puerta principal aparecía el escudo familiar,[17] en lo que se refiero a la zona de vivienda. Con respecto a las construcciones anexas, como el patio, el corral para animales domésticos y los almacenes para los aperos de labranza y grano, son los elementos que integran la torre en el medio agrario, y se instalan en uno de los laterales o adosados a la parte posterior de la casa.


Bocetos del pabellón de Murcia también llamada casa de Murcia. (Archivo General de Murcia)

Las casas-torres son las viviendas representativas del paisaje murciano, no obstante, este término engloba a las casas de labor que preside una finca, y que aglutina por un lado la vivienda con vínculo urbanístico y por otro los anexos, que en la mayoría de los casos tienen tanta importancia como el espacio habitable, y que sirve para la ganadería y el cultivo. “La denominación de estas casas solariegas como “torres” no tiene nada que ver con su forma específica como tal; el nombre se le adjudicó en función en la escala y valor social, de este modo a partir del siglo XVI todas las casonas grandes con o sin torre, que fueran centro de una propiedad y que perteneciera a una familia principal, llevarían esta denominación”.[18]

La torre como construcción estaba adaptada a una doble actividad, la sedera y la agrícola. Y su espacio más representativo es la cámara o “andana”, ubicada en el piso superior, donde se criaban los gusanos de seda y se guardaba la cosecha.[19] Esta actividad fue la principal fuente de ingreso de las familias hasta mediados del siglo XIX.

Alzado de la fachada principal y esquema de la planta baja del pabellón. (Revista Arquitectura, nº 134. junio 1930.)

Con respecto a las características del pabellón murciano, su fachada de 16 X 14 m, aproximadamente de ladrillo visto, se situaba en la avd. de San Salvador, y se organizaba con esquema barroco 3 X 2 y ático de arcos ciegos pinjantes, entre los que se alojaban ventana cuadradas.[20] En el edificio se diferencian perfectamente dos espacios, uno correspondiente a la casa-torre, descrita antes, delimitado por las zonas de ladrillo visto donde se encuadraba la fachada principal, de mayor altura con tres plantas y torreón adosado, con una altura de unos 12 metros el edificio, y 14 el torreón y, otro correspondiente a los anexos, cuya altura era más baja, de solo una planta en casi todo su desarrollo, con paredes blancas a modo de arquería, alrededor de un patio interior, que divide ambos espacios, y que se situaba en la parte trasera del edifico, con acceso independiente a través de la llamada fachada de Albacete, frente al Pabellón de Maquinaria, Metalurgia y Derivados, que se encontraba coronado por un frontón mixtilíneo con una hornacina que cobijaba la imagen de la Virgen de los Llanos, patrona de Albacete, realizada por el escultor valenciano Ignacio Pinazo Martínez.[21] Esta zona se inspiraba en las construcciones rurales manchegas, y la otra representaba una típica casa de labor murciana, situando en la fachada lateral izquierda, a los pies de la torre, una hornacina con imagen de la Virgen de la Fuensanta,[22] siendo en total de la superficie construida de 636 m2, con un coste aproximado de 120.000 pts.[23]


Vista aérea de la fachada posterior del edificio donde se aprecia la construcción anexa correspondiente a Albacete, en cuya puerta se hallaba la Virgen de los Llanos, patrona de Albacete en una hornacina sobre el dintel. (Imágenes del Boletín del Patronato del Museo de Bellas Artes de Murcia. Año 1928-1929)


Fachada izquierda, donde se instaló la Virgen de la Fuensanta, a los pies del torreón (Postal de la época) y detalle de la hornacina con la Patrona de Murcia. (Arxiu Mas Fundació Institut Amatller d'Art Hispànic)

El interior se decoró con los muebles típicos de la región, y en la planta baja se instalaron las habitaciones propias de la huerta murciana. La puerta principal con bellas yeserías daba acceso a un amplio salón que hacía las veces de zaguán, en el que se expusieron muestras agrícolas y minerales, en vitrinas, al igual que productos en conservas. En los ángulos se mostraban objetos arqueológicos, entre ellos estatuas romanas y neolíticas. También se mostraba en esta sala, candelabros de metal dorado, y una interesante colección de fotografías de lugares de la región, así como del autogiro de la Cierva, y cuadros con retratos de personajes ilustres nacido en esa región, como Floridablanca, Saavedra, Peral, Villamartín, Romea, etc.[24]

Salón de ingreso del pabellón murciano, con los productos y objetos que se expusieron. (Postal de la época)

A continuación, se encontraba un espacio de distribución, desde el que arrancaba la escalera de subida a la planta alta, bajo la cual se ubicaba el tinajero murciano y la puerta de acceso al patio. En este mismo lugar también se situó una cocina típica manchega con campana para la chimenea y las clásicas sillas de enea, las tinajas y la vajilla de cerámica de colores, y junto a esta la alcoba, todo ello decorado con sabor murciano y albaceteño.

En la primera planta se instaló el salón principal, donde se exhibió una de las muestras más comentadas y que más éxito tuvieron durante la Exposición. En diferentes vitrinas, la localidad de Lorca, expuso piezas bordadas de incalculable valor, como los magníficos y monumentales mantos de la Virgen de la Amargura, de los Dolores y de la Fuensanta, pertenecientes a las cofradías Azul y Blanca, así como solios y estandartes.[25]

En otras tres vitrinas se exhibió una colección de doce trajes bordados en sedas de colores y oro, de personajes bíblicos del Paso Blanco de las procesiones de Lorca, sobre maniquíes realizados por el escultor murciano Planes. Además del Cristo de Limpias, de Cayuela, y los paños llamados “de las flores” y “de Felices”. [26]


Recreación de una cocina de la provincia de Albacete. (Centro de Estudios de Castilla la Mancha)



Vistas del arranque de la escalera y típico tinajero murciano bajo ésta. (Imágenes del Boletín del Patronato del Museo de Bellas Artes de Murcia. Año 1928-1929) y de la cocina desde dicho lugar. (Arxiu Mas Fundació Institut Amatller d'Art Hispànic)

También se instaló en otra sala, un estudio de la cría del gusano de seda, en la que se mostraba una reproducción de la industria de la seda, donde se podían ver los gusanos, y la seda en bruto, en madeja y labrada. Esta actividad era, en la región de Murcia, una de las principales fuentes de ingresos familiares, marcó esencialmente la estructura de esta vivienda en cualquiera de sus tipos.

En la segunda planta se instaló una oficina, una exposición de muebles antiguos y una biblioteca, donde figuraban todos los periódicos que se editaban en ambas provincias.[27] Del artista cubano Guillermo Campo-Hermoso, director de la Escuela Municipal de Dibujo y Pintura de Villarrobledo (Albacete), se expusieron varias obras, entre ellas un óleo con la figura ecuestre de Alfonzo XIII, a tamaño natural.[28]
Cuadro de Alfonso XIII del pintor cubano Guillermo Campo-Hermoso. (Ilustración de El Imparcial)

En otra de las salas, se exhibió la antigua imagen románica de Ntra. Sra. de la Arrixaca, de la iglesia de San Andrés de Murcia, y que debido a que la fiesta en su honor se celebraba a mediados de mayo, ese año fue trasladada dicha festividad al 28 de abril, a fin de que cuando se inaugurara la Exposición, se hallara la imagen instalada en el pabellón.[29]

Virgen de la Arrixaca, del siglo XII. (Ilustración Flores y Naranjos)


Dos vistas del interior del patio albaceteño (Ilustraciones Revista Arquitectura y Arxiu Mas Fundació Institut Amatller d'Art Hispànic)

Al patio se accedía por la fachada de Albacete en la trasera del edificio, sobre cuyo acceso se encontraba en una hornacina una imagen de la Virgen de los Llanos, patrona de dicha ciudad. Estaba éste rodeado por una galería con grandes arcadas y fuente central, donde se exhibieron unos magníficos ejemplares de ganado cabrío y bovino, que habían obtenido premio en la exposición de ganado, así como carros y aperos de labranza. En unas dependencias anexas al patio se instaló un molino para moler pimentón y un diorama de una vista panorámica de Murcia.[30]

Además de las muestras de carácter etnográficos que se repartían por todo el edificio, también se exhibían productos de la huerta murciana, conservas, pimentón, etc. Según el catálogo tomaron parte diez y nueve expositores, entre ellos el Gremio de exportadores de Pimentón que presentó un extenso recetario de platos regionales españoles con pimentón incluido y la Escuela Industrial de Cartagena, así mimo se publicó una obra sobre las procesiones de Semana Santa de Lorca.

La participación de los comités tanto de Albacete como de Murcia fue muy activa, y su aportación al Certamen sevillano no solo consistió en la edificación de su pabellón representativo, sino que se complementó con una exhibición cultural de gran importancia en la sala denominada del Reino de Murcia en el Pabellón de Arte Antiguo, donde se mostraron más de cien obras de artes, entre ellas un San Jerónimo penitente ó el San Juan de la Cofradía de Jesús y figuras del Belén todos ellos de Francisco Salzillo, ornamentos litúrgicos y orfebrería así como pinturas en tela y tabla. Esta muestra de arte se trata con más detalle en el apartado del Pabellón de Arte Antiguo e Industrias Artísticas ó Mudéjar de la Plaza de América de esta obra.



Recetario del pimentón y folleto de las procesiones de Lorca que se editaron (todocolección), y vista de la sala del Reino de Murcia en el Pabellón Mudéjar. (Boletín Patronato Bellas Artes)

También fueron aportados documentos históricos de gran valor, entre los que destacaban el Repartimiento de Jácome Ruiz y un magnifico ejemplar de Fuero Juzgo del Ayuntamiento de Murcia, que fueron expuestos en la Sección del Libro de la Plaza de España; y en las Galerías Comerciales tuvo su sección especial, donde diversas empresas murcianas presentaban sus productos.

Alrededor del pabellón, y en una parcela contigua que la separaba del de Córdoba, se situó un jardín, sembrado de plantas y árboles traídos expresamente desde dicha región, encargándose de su diseño el jardinero mayor del Ayuntamiento de Murcia, enviado expresamente para ello,[31] donde de forma complementaria se levantó una construcción realizada con cañas, en forma de cenador, denominada casa de cañas murciana.

Situación de la casa de cañas murciana.

En 1928, en plena efervescencia para los preparativos de la representación regional en la Exposición Iberoamericana, Juan de la Cierva presentó a la Comisión Ejecutiva del pabellón presidida por Isidoro de la Cierva, la propuesta de convocar un concurso de cañiceros, que fue publicado el 9 de febrero de 1929,[32] resultando elegido el proyecto de Francisco Matás, siendo acogido favorablemente y autorizada su construcción,[33] y aprobado el proyecto por la Comisión Permanente del certamen a primeros de marzo.[34]

El autor del proyecto de esta construcción era Francisco Matás Costa, natural de Aljucer, agricultor con grandes cualidades para el dibujo, que trabajaba la caña de forma magistral con unos resultados de gran belleza, por lo que las familias acomodadas le encargaban cenadores, casetas para piscinas, bodegas de cañas y cerramientos de jardines, para adornar sus viviendas del campo y de la huerta.

Proyecto de casa de cañas presentado por Francisco Matás. (Ilustración de la obra Aljucer -Ensayo Histórico-)

Durante meses trabajaron afanosamente para la realización de esta obra, en la que además de su autor Francisco Matás, como maestro, también participaron los artesanos aljucereños, Manuel Matás Costa su hermano y Ramón Barquero como oficiales, además de varios peones.

Esta instalación de planta cuadrada y dos pisos de altura, tenía cuatro pilares de 35 X 35 ctms., que sustentaban la cubierta a cuatro aguas, abriéndose en cada uno de sus lados, puertas con arco de medio punto, coronadas dos de ellas por los monumentales escudos de las dos provincias representativas del Reino de Murcia, Albacete y Murcia. Los paramentos verticales estaban constituidos por bandas horizontales con variados motivos de dibujos geométricos. Se completaba esta casa de cañas con un cerramiento del jardín realizado con el mismo material y misma composición decorativa.

Para su construcción fue necesaria la utilización de varios miles de kilos de cañas, y cientos de kilos de alambres de distintos grosores. Siendo trasladada en tren a Sevilla desmontada mediante paneles, que fueron nuevamente montados en su lugar de ubicación por el mismo personal que trabajó en su construcción.[35]

Vista de la casa de cañas murciana situada en la zona ajardinada entre los pabellones de Murcia y Córdoba. (Imágenes del Boletín del Patronato del Museo de Bellas Artes de Murcia. Año 1928-1929)

El Pabellón del Reino de Murcia, fue inaugurado el 12 de mayo de 1929, en la visita que el rey Alfonso XIII, su esposa Victoria Eugenia y los infantes D. Alfonso, Dª Beatriz y Dª Cristina, junto al Presidente del Consejo de Ministros y algunos miembros del gobierno, realizaron al pabellón que recorrieron con gran detenimiento.[36] Como curiosidad decir que el pabellón era atendido por unas parejas de murcianos y manchegos vestidos con sus los trajes típicos.

Paralelamente, la Cámara Oficial de Comercio en Industria de Murcia, solicitó a la Permanente del Comité el 15 de marzo de 1929, los veintiocho stand de la sección 5º del Pabellón de Industrias Generales, para que los industriales de la región pudieran mostrar sus productos en dicho espacio.[37]

Días antes de la clausura de le Exposición, el Comité local de Murcia y Albacete, acordaron enviar un embalador que se hiciera cargo de todos los objetos expuestos, para su remisión primero a Murcia y desde allí a los distintos lugares de procedencia, cesando, el 21 de junio de 1930, los responsables del pabellón y procediéndose al cierre de éste. Quedaba pendiente para posteriores reuniones el destino definitivo que se le daría al edificio.[38]

La Reina Victoria Eugenia saliendo del pabellón tras su inauguración. (Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Serrano)

No sabemos qué acuerdo se tomaría en su momento, y si fue cedido o no a la ciudad de Sevilla como lo fueron otros edificios regionales, lo que si tenemos constancia es que en un informe realizado por la Oficina Técnica para el Secretario General de la Exposición,[39] días antes de la clausura de ésta, aparece el pabellón junto a los también regionales de Cataluña, Navarra, Castilla la Nueva y Vascongadas, así como a su vecino de Córdoba, propone que aunque construidos con carácter provisional, por su forma de construcción, podían quedar como permanente. El inconveniente de todos ellos, era encontrarse situados en los terrenos particulares de los Hermanos Camino, que habían sido arrendados por el Ayuntamiento mientras durara la Exposición.

Tras el cierre del pabellón, la imagen de la Virgen de los Llanos, fue trasladada a Albacete, donde, el 8 de septiembre, con motivo de la feria de dicha ciudad, fue entronizada en una hornacina dentro del recinto ferial,[40] siendo destruida en 1936 después de diversas vicisitudes.[41]


Las parejas de murcianos y manchegos que atendían el pabellón del Reino de Murcia. (Postales de la época)

Sin embargo, el edificio no fue derribado a la clausura del Certamen, existiendo al menos hasta 1956 como se puede comprobar en las fotografías aéreas tomadas para el Centro Nacional de Información Geográfica,[42] al igual que el vecino pabellón de Córdoba, pudiéndose aventurar que quizás formaran parte los dos de una instalación militar, sede del Grupo de Automovilismo del II Cuerpo del Ejército “Sector Sur”, al igual que lo ocurrido con los pabellones Vasco y de Barcelona, que también se mantuvieron en pie.

Vista cenital de la zona de la Plaza de los Conquistadores, y la actual avd. Reina Mercedes en Sector Sur, con indicación de la situación del Pabellón de Murcia, junto al de Córdoba, tomada en 1956 (Imagen del Centro Nacional de Información Geográfica, procedente del Ministerio de Defensa-Ejército del Aire)

Autoridades de Murcia y Albacete en la puerta del pabellón junto a las señoritas que atendían el mismo, entre ellas Miss Albacete. (Ilustración de la revista Flores y Naranjos 16-06-1929)

LA FILMOTECA ESPAÑOLA HA EDITADO UNA OBRA TITULADA "LAS EXPOSICIONES DE 1929", EN LA QUE SE RECOGEN IMÁGENES DE LA EXPOSICIÓN IBEROAMERICANA DE SEVILLA Y LA INTERNACIONAL DE BARCELONA

A CONTINUACIÓN SE HA INSERTADO UNA RECOPILACIÓN DE DISTINTOS CORTES RELACIONADOS CON ESTE PABELLÓN QUE APARECEN EN DICHA OBRA




NOTAS
[1] . Concurso de bocetos para la Casa Murciana. En El Liberal, de Murcia. 08 de mayo de 1926. p. 1
-Concurso de bocetos para la Casa Murciana. En El Tiempo, de Murcia. 08 de mayo de 1926, p. 1.
[2] . Concurso de bocetos para la Casa Murciana. En Levante Agrario, de Murcia. 23 de julio de 1926, p. 2.
[3] . La Casa de Murcia en la Exposición de Sevilla. En El Liberal, de Murcia. 28 de junio de 1927, p. 2.
[4] . El Pabellón de Murcia en la Exposición de Sevilla. En Levante Agrario, de Murcia. 27 de junio de 1928, p. 4.
[5] . Reunión del Comité provincial de la Exposición Ibero-Americana. En El Liberal, de Murcia. 04 de septiembre de 1927, p. 3.
[6] . El Reino de Murcia, fue una jurisdicción territorial de la Corona de Castilla desde su reconquista en el siglo XIII, hasta la división provincial de 1833, acometida por Javier de Burgos. Se extendía aproximadamente por el territorio de la actual Región de Murcia, la parte sur-este de la provincia de Albacete, Villena y Sax en Alicante y por algunas localidades de la actual provincia de Jaén. https://es.wikipedia.org/wiki/Reino_de_Murcia_(Corona_de_Castilla)
[7] . El reino de Murcia en la Exposición Ibero-Ameriana. En El Liberal, de Murcia. 7 de febrero de 1928, p. 1.
- Reunión de los Comités de Albacete y Murcia para la Exposición de Sevilla. En El Tiempo, de Murcia. 07 de febrero de 1928, p. 2.
[8] . Archivo Municipal de Sevilla, Sección XVIII, Exposición Iberoamericana. Libro de Actas de la Comisión Permanente núm. 4. Sesión del 10 de febrero de 1928.
[9] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 4, sesión del 02 de marzo de 1928.
El general Francisco Hidalgo, fue sustituido en el mes de octubre, por haber trasladado su residencia a Cartagena, por el Juez de Primera Instancia e Instrucción Mariano Luján, y como Vicepresidente al médico Miguel Royo. A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 5, sesión del 19 de octubre de 1928.
[10] . Los Comités de Murcia y Albacete, toman posesión de los terrenos asignados para la construcción e instalación del Pabellón del Reino de Murcia. En El Tiempo, de Murcia. 13 de junio de 1928, p. 1.
[11] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 4, sesión del 15 de junio de 1928.
[12] . La reunión del Comité inter-provincial. En El Liberal, de Murcia. 12 de junio de1928, p. 1.
[13] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 4, sesión del 15 de junio de 1928.
[14] . El reino de Murcia en la Exposición Ibero-Americana. En El Tiempo, de Murcia. 08 de septiembre de 1928, p. 1.
[15] . La Exposición Ibero-Americana de Sevilla. En Levante Agrario, de Murcia. 11de noviembre de 1928, p. 1.
- Reunión del Comité Ejecutivo. En El Liberal, de Murcia. 12 de diciembre de 1928, p. 1.
[16] . Boti Espinosa, María Victoria y Cachorro Sánchez, María Jesús. Estudios sobre vivienda popular murciana: las torres de la huerta. En IMAFRONTE núm. 2- 1986, pp. 197-205.
[17] . Soldevilla Iniesta, Francisca. Casas-Torre: Vivienda popular murciana.
[18] . Ibídem.
[19] . Boti Espinosa, María Victoria y Cachorro Sánchez, María Jesús. Estudios sobre vivienda popular murciana: las torres de la huerta. En IMAFRONTE núm. 2- 1986, pp. 197-205.
[20] . Villar Movellán, Alberto. Arquitectura del Regionalismo en Sevilla (1900-1935). (Sevilla) 1979. Edita Excmo. Diputación de Sevilla, pp. 444 – 447.
[21] . Información ofrecida por gentileza de Antonio R. Fernández-Pacheco Sánchez. Presidente Real Asociación de Ntra. Sra. María Santísima de Los Llanos, Patrona de Albacete y su Diócesis.
[22] . Exposición Ibero Americana. En Flores y Naranjos, de Murcia.16 de junio de 1929, p. 20.
[23] . Mora Arenas, Vicente. El avance de la provincia de Sevilla desde el 13 de septiembre de 1923. (Sevilla) 1929. Editorial: Gómez Hnos. p. 160.
[24] . El triunfo de Murcia. En La Verdad, de Murcia. 15 de mayo de 1929, p. 1.
España: sus Exposiciones Barcelona-Sevilla 1929-30. (Barcelona) 1930. Edita Revista Laboratorio, p. 199.
[25] . Lorca en Sevilla. En La Tarde de Lorca, de Lorca. 14 de mayo de 1929, p. 1.
El manto de la Virgen de la Fuensanta a la E.I.A. En El Correo de Andalucía, de Sevilla. 03 de mayo de 1929, p. 1.
[26] . El pabellón de Murcia. En La Tarde de Lorca, de Lorca. 10 de mayo de 1929, p. 3.
Lorca en Sevilla. En La Tarde de Lorca, de Lorca. 14 de mayo de 1929, p. 1.
[27] . En la Exposición de Sevilla. En La Verdad, de Murcia. 14 de mayo de 1929, p. 1.
[28] . Reseña. En El Imparcial, de Madrid. 27 de diciembre de 1929, p. 3.
[29] . Asociación de Nuestra Señora de la Arrixaca. En El Tiempo, de Murcia. 25 de abril de 1929, p. 4.
[30] . España: sus Exposiciones Barcelona-Sevilla 1929-30. (Barcelona) 1930. Edita Revista Laboratorio, p. 199.
[31] . Las regiones españolas y la Exposición de Sevilla. En La Gaceta de Tenerife, de Sta. Cruz de Tenerife. 4 de enero de 1929, p. 1.
[32] . Concurso de cañiceros. En Levante Agrario, de Murcia. 10 de febrero de 1929, p. 1.
[33] . Mateo Carnicer, José. Aljucer (Ensayo Histórico). (Murcia) 1976. Edita Asociación de Padres de Alumnos, pp. 172- 176.
[34] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 6, sesión del 08 de marzo de 1929.
[35] . Mateo Carnicer, José. Aljucer (Ensayo Histórico). (Murcia) 1976. Edita Asociación de Padres de Alumnos, pp. 172- 176.
[36] . En el pabellón de Murcia. En El Noticiero Sevillano, de Sevilla. 14 de mayo de 1929, p. 7.
Lorca en Sevilla. En La Tarde de Lorca, de Lorca. 13 de mayo de 1929, p. 1
[37] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A. Libro de actas de la Comisión Permanente núm. 6, sesión del 15 de marzo de 1929.
[38] . La Exposición de Sevilla. En La Verdad, de Murcia. 17 de junio de 1930, p. 4.
[39] . A.M.S. Secc. XVIII. E.I.A Documentos Varios. Caja 100. Rollo 720 fotogramas del 490 a 506.
[40] . La feria de Albacete. En El Debate, de Madrid. 9 de septiembre de 1930, p. 1.
[41] . La actual imagen de la Virgen de los Llanos que se encuentra en el Ayuntamiento de Albacete, fue realizada en 1939 en el taller del escultor albaceteño Ramiro Undabeytia Lorenzana y, según afirma el historiador Vicente Carrión Iñiguez en un reciente estudio, fue labrada por uno de sus discípulos, Benito Soriano Cabañero.
Información ofrecida por gentileza de Antonio R. Fernández-Pacheco Sánchez. Presidente Real Asociación de Ntra. Sra. María Santísima de Los Llanos, Patrona de Albacete y su Diócesis.
[42] . Centro Nacional de Información Geográfica, procedente del Ministerio de Defensa-Ejército del Aire. Fecha de vuelo del fotograma: 03-11-1956.
























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