4.- La Quinta de Goya y el Bar Citröen.


Postal publicitaria del pabellón “La Quinta de Goya” (Archivo del autor)

El Coronel de Caballería Julio Riudavets y Ferreiro,1 presentó solicitud para construir un pabellón propio nacional en la Exposición Iberoamericana, siendo aprobada por la Comisión Permanente del Comité de dicha Exposición, en la sesión celebrada el 26 de octubre de 1926. Previamente había alcanzado un acuerdo con el Director de Explotación del Certamne, Romualdo Alvargonzález, para que se le concediera una parcela de 400 m2 al precio de 15 pts. m2, próximo al pabellón de la Cía. Telefónica Nacional de España.2

Debido al significado artístico del pabellón, por tratarse de “un templo del arte” en el que se debía recordar al genio de la pinturas Francisco de Goya y Lucientes, como aseguraban los organizadores del proyecto, el Comité Ejecutivo del Certamen, asignó una parcela de forma rectangular con la superficie indicada, en el triángulo formado por la Torre Norte de la Plaza de España, la Glorieta de San Diego, y la Avd. de Isabel la Católica.3 A la espalda del Pabellón de Macao, colonia lusa, dependiente de la representación portuguesa, que se estaba construyendo,  muy próximo a la entrada principal del recinto, y sitio preeminente, solo justificable por el carácter cultural y reivindicativo de la figura del insigne pintor de aragonés.

Pocos días más tarde, el 9 de noviembre, fue aprobada por la misma Comisión de la Exposición el proyecto del edificio que corrió a cargo de Julio Riudavets, con un presupuesto de 200.000 pts., encargándose de la ejecución de la obra el arquitecto zaragozano Manuel Muñoz Casayús.4

En este artístico pabellón se pretendía, según la propaganda del mismo, recordar la vida y obra pictórica del famoso pintor Goya, siendo ésta empresa, el resultado el proyecto de unos de amigos que se constituyeron como Sociedad Quinta de Goya, y que se definirían como “grupo de amigos del arte pictórico” “que habían concebido la idea de instalar en su recinto (de la Exposición) que sea verdadero templo del arte, y en el que se rememore cuanto tenga relación con la vida y obra del famoso pintor, gloria de España D. Francisco de Goya Lucientes”.5

La Quinta del Sordo en 1900, antes de su derribo en 1909. (Fotografía de Asenjo, publicada en la revista La Ilustración Española y Americana, el 15 de julio de 1909).

En la prensa y en el folleto-guía del pabellón, se decía que el edificio recordaba, a menor escala, la llamada “Quinta del Sordo” que habitó Goya a orillas del Manzanares; a pesar de ello y aun no conservándose en el Archivo Municipal, ningún documento del edificio tales como planos o memorias descriptivas, podemos asegurar, que el pabellón llamado La Quinta de Goya, nada tiene que ver con el sobrio edificio en el que el pintor vivió en Madrid.

Ante la falta de confirmación fehaciente, y aún a riesgo de ser errónea, creemos que la imagen de la Fototeca de la Universidad de Sevilla titulada La Quinta de Goya, que la sitúa en Madrid,6 fue realmente el pabellón de la E.I.A., y no la Quinta del Sordo en Madrid, y que las columnas que se aprecian en el pórtico, son las que actualmente enmarcan la entrada a la Glorieta de Goya. Siendo precisamente el lugar de la glorieta donde estuvo levantado este artístico pabellón.

Para corroborar esta afirmación, podemos cotejarla con el dibujo de la fachada que aparece en la portada del folleto explicativo que se repartía a los visitantes de la Quinta, y que resulta de gran similitud con la de la fotografía.



La imagen superior corresponde a un archivo fotográfico de la Fototeca de la Universidad de Sevilla titulado “La Quinta de Goya”. La siguiente es el dibujo de la portada del folleto explicativo que se repartía a los visitantes del pabellón. Y por último, la Casita del Pescador del Retiro madrileño, (Archivo del autor) donde se aprecia su gran semejanza entre ellas.
Es más se aprecia una enorme parecido con la llamada Casita del Pescador, situada en el Parque del Buen Retiro madrileño, que encaja perfectamente con la idea romántica con la que fue diseñada, muy al gusto de la época goyesca, que tenían sus antecedentes en los pabellones que durante el siglo XVIII se construían en jardines ingleses y franceses. A finales del siglo XVIII y durante el XIX esta costumbre se extiende por nuestro país. Fernando VII realizó pabellones exóticos y románticos como el Salón Oriental o el Salón Persa, y otros rústicos y bucólicos como la Casa del Pobre, la Casa de Vacas, la Casita del Pescador, la Casa del Contrabandista, la Montaña Artificial, el Baño de la Elefanta o la Casa de Fieras. La Casita del Pescador es por tanto uno de los pocos ejemplos que quedan de las construcciones que adornaron los jardines privados de la realeza, cuando el Parque del Retiro pertenecía a la corona.

En este lugar gustaba pescar Fernando VII y sus sucesivas esposas, su disposición es cruz griega rematada por el tradicional chapitel de plomo. Tanto en el exterior como en su interior había decorados con hornacinas adornadas con bustos, así como motivos renacentistas pintados al fresco. El interior estaba ornamentado con mobiliario y ricas telas. 7

La planta del edificio construido para la Exposición, según se aprecia en las fotografías aéreas y en el plano de Padura, tenía forma de cruz griega inscrita en un cuadrado. Al existir pocas referencias gráficas del mismo solo podemos atrevernos a describir su morfología de forma general. El acceso al pabellón parece que se hacía a través de un porche con techumbre a cuatro aguas, con remate de aguja, que era sostenido por las dos columnas de cuatro metros y medio de altura, procedentes del Palacio de la Inquisición de Madrid, derribado cuando se construye el tercer tramo de la Gran Vía.8 instaladas en los jardines de entrada a la hoy glorieta de Goya.

A ambos lados de la entrada, también parece apreciarse, dos cuerpos cubiertos por tejados a modo de chapiteles con elevados pináculos. La decoración exterior al igual que la Casita del Pescador del Retiro, se componía de motivos renacentistas pintados al fresco sobre panelas, con hornacinas adornadas con jarrones posiblemente de cerámica.


Indicación de la situación del Pabellón Quinta de Goya en el plano oficial y en una fotografía aérea. Fototeca Municipal de Sevilla. Archivo Sánchez del Pando.
Una vez accedido al interior del Pabellón, en la sala-recibidor, y dentro de una hornacina cavada en el muro se encontraba una maqueta que representaba San Antonio de la Florida, donde se haya enterrado el pintor, en una sepultura delante del altar mayor, bajo los espléndidos murales que él pintó en la bóveda del ábside que simboliza la Adoración de la Trinidad. Sobre la cornisa recorren los paramentos del templo querubines y ángeles femeninos que sostienen cortinajes. Pero sin duda, la parte más espectacular son las pinturas de la cúpula, donde figura uno de los milagros que realizó de San Antonio de Padua.

En el vestíbulo también se podían contemplar en los intercolumnios sobre pedestales, una serie de bustos de Goya realizados por distintos artistas como Mariano Benlliure, Juan Antonio, Juan Cristóbal González de Quesada y otros escultores. Esta sala-recibidor, parece ser que se dividió en ochavas y por los arcos de la mitad de ella se accedía a las salas donde se reproducían famosos cuadros o autenticas escenografías goyescas.


Diorama representativo de la ermita de San Antonio de la Florida. (Fototeca Universidad de Sevilla) Y busto en escayola de Goya que realizó Juan Cristóbal, para el vestíbulo del pabellón. (Foto colección Juan Cristobal)
Los contenidos que se mostraban en el pabellón, se realizaban mediante figuras a tamaño natural, queriendo representar escenas reales del ambiente que rodeó a la vida del artista.

Según se hallaba distribuida el área expositiva, en la primera ochava, se encontraba una reproducción mediante diorama de la “Romería en la pradera de San Isidro” en el que en primer plano aparece un grupo de personajes goyescos en un prado, teniendo como fondo el río Manzanares y la Villa de Madrid, recortándose en le horizonte el Palacio Real y la cúpula de San Francisco el Grande.
Diorama de la Romería de San Isidro. (Fototeca Universidad de Sevilla)
En la siguiente sala, se encarnaba mediante una interesante escenografía, una escena de la vida cotidiana del pintor de Fuendetodos, en ella se podía apreciar a Goya trabajando sobre su escritorio, mientras su nieto Marianito, jugaba tirando de un carro. Idea tomada del cuadro “El niño del carricoche”, la estancia esta decorada con objetos de la época y cuadros, copias de la producción del pintor, como el boceto de un cartón para tapiz y lienzos como el autorretrato de Goya y el retrato de su esposa Josefa Bayeu.
Diorama con la escena del pintor y su nieto Marianito. . (Fototeca Universidad de Sevilla)
En la tercera ochava que llevaba por título “Estudio de Goya”, se representaba también mediante escenografía, el estudio del pintor y más concretamente en el momento que pintaba la “La Maja desnuda”. Parece ser que fue una autentica réplica del estudio, en ella se mostraba a Goya de pié pintando a la maja, que se recostaba en un diván, sus ropas se hallan sobre un sillón, al fondo un pesado cortinaje suponía la división del estudio y delante de éste, un espejo que reflejaba la imagen frontal del pintor, que quedaba de espaldas al espectador.
Representaciones a tamaño natural de una escena de la vida del artista cuando pintaba “La maja desnuda”. (Fototeca Universidad de Sevilla)
Siguiendo el itinerario de la exposición en la cuarta sala se podía apreciar una magnífica recreación mediante un diorama de la obra titulada “Nocturno Goyesco” en la que se personificaba a Goya caminando por una solitaria calle del viejo Madrid, en la que a través de sus muros, esquinas y jambas de las puertas, aparecen seres fantásticos, fantasmas, brujas y monstruos como una alucinación. Los desconchados de los muros adoptaban formas semi-humanas plasmadas en los caprichos. Para aumentar la sorpresa del espectador, esta escena podía ser contemplada desde un espejo situado frente a ella, al otro lado del salón. Este diorama, como el comentado anteriormente de San Antonio de la Florida y el que veremos colocado al final del recorrido, fueron ejecutados por el pintor y magnífico escenógrafo Martínez Garí de forma magistral.
Diorama “Nocturno Goyesco”. (Fototeca Universidad de Sevilla)
En otro salón se encontraban expuestas algunas pinturas realizadas por Goya, y que habían sido cedidas tanto por el Museo del Prado como por colecciones particulares, como “grupo en el balcón” y algunos retratos, junto a muebles de la época. Antes de llegar a esta sala, se encontraba una pequeña tienda de recuerdos, en la que se vendían copias de cuadros de Goya y objetos como arquetas , bandejas, azulejos, joyas, etc., elaborados por prestigiosos artistas con motivos goyescos.
Sala museo de la Quinta de Goya con cuadros cedidos por el Museo del Prado y particulares. (Fototeca Universidad de Sevilla)
En la última sala se exhibían las series de grabados originales de “Los Caprichos”, “Los desastres de la Guerra”, “La Tauromaquia” y “Los Proverbios” así como algunos trabajos realizados como grabador que Goya copiando cuadros de Velázquez.

Antes de llegar nuevamente al vestíbulo se encontraba la última maqueta que hacía juego con la de San Antonio de la Florida, representado el lugar de nacimiento del aragonés universal en Fuendetodos. En ella se podía ver en primer término la iglesia donde fue bautizado Goya y al fondo el caserío del lugar.9

Dos grabados de la serie “Los desastres de la Guerra” que fueron expuestos.
La dirección artística del pabellón, corrió a cargo del pintor Julio Moisés Fernández de Villasante, que realizó todos los decorados interiores. También trabajaron el escultor Juan Cristóbal González de Quesada reproduciendo el busto de Goya, el escultor Mariano Benlliure, el escenógrafo Martinez Gari 10 y el ceramista Juan Ruiz de Luna Arroyo. 11

Estas escenas estaban representadas mediante figuras talladas en madera por Juan Cristóbal González de Quesada y policromadas por Julio Moisés Fernández de Villasante.

Este sistema de crear “la ilusión de la realidad”, estuvo muy extendido y en boga en aquella época; así la podemos ver como también se instalan en la Plaza de España en la sección de Historia del Descubrimiento y Colonización de América, La Casa Romántica sevillana, ó en el Museo del Libro con las representaciones del Scriptorium o la Pergaminería medieval, y que ya hemos tratado cuando se describió dicha exposición. Muchos pabellones tanto internacionales, como regionales y provinciales, también utilizaron este sistema, entre ellos el Pabellón de la Diputación de Barcelona, el de Extremadura, Asturias, Galicia, Brasil, Colombia, Perú etc.

Lo negativo de esta técnica, es que primaba más agradar al público, con un claro resultado efectista sobre el espectador, que una rigurosa investigación científica o histórica.

A pesar de ser advertido el concesionario del pabellón por el Comité Ejecutivo de la E.I.A., de que era totalmente necesario que estas instalaciones estuvieran completamente terminadas, antes de la inauguración de la Exposición, debido al sitio preferente que en el recinto de la Muestra ocupaba la Quinta de Goya, que hacía inevitable la visita al mismo por parte del gobierno y autoridades que asistieran a la inauguración, esto no llegó a cumplirse, y en una carta de fecha 6 de mayo de 1929, se ordena que a partir del día 9, fecha de la inauguración oficial, debería organizar los trabajos de tal manera que solo se realicen hasta las 12 de medio día, en la que cesará la actividad constructiva. 12

No obstante los trabajos deberían estar ya muy avanzados, y solo deberían quedar por terminar algunos detalles de la decoración interior, pues dentro de los actos de apertura de la Exposición Ibero Americana, se encuadró la inauguración de este pabellón por SS.MM. los Reyes D. Alfonso XIII y Dña. Victoria Eugenia el 14 de mayo de 1929.

El 17 de Noviembre de 1929, fue recibida la Infanta Dña. Isabel, que realizó una detallada visita a la Exposición,13 y el 13 de Junio de 1930, se celebró, según la prensa local, una animadísima verbena goyesca.14

Durante los días 15, 16 y 17 de Junio de 1930, se vendieron tanto en el Pabellón de la Quinta de Goya como en las Expendedurías de Tabacos de la Plaza de España y en el Pabellón de la Cía. Arrendataria de Tabacos, una serie especial de sellos denominada Quinta de Goya, que la Sociedad de este pabellón, obtuvo del Estado la concesión oficial de la emisión. Esta serie estaba compuesta por treinta y dos efectos postales (18 para correo ordinario y 14 por avión) con distintos valores y motivos, como “La maja desnuda”, el retrato de Goya realizado por Vicente López y algunos grabados del pintor de Fuendetodos. 15
Sellos y sobre conmemorativo dedicados a Goya, con el matasellos de la Quinta.
Los sellos fueron grabados con gran celeridad por José Luís Sánchez Toda, grabador de la Casa de la moneda, quien los improvisó en su habitación del hotel londinense donde se alojó cuando coordinaba el proceso de estampación de la emisión, a cargo de la prestigiosa imprenta Waterlow & Sons por encargo del comerciante madrileño Manuel Gálvez.

Como curiosidad decir que, el Post Office Departament de Estados Unidos estimó el sello que llevaba “la maja desnuda” como obsceno, y dictó una circular por la cual todas las cartas procedentes de España que vinieran franqueadas con dicho sello, fueran devueltas a su origen.16

Existe la creencia errónea, muy extendido entre el público en general, de que el edificio que actualmente comparten el Bar Citröen y la Oficina Municipal de Información al Consumidor, era el edificio que ocupó la Quinta de Goya durante la Exposición Ibero Americana.

Pero es fácil desmontar tal creencia, al observar simplemente los planos oficiales del Certamen y las fotografías aéreas existentes, para comprobar que el edificio que actualmente ocupan bar y el servicio municipal antes mencionado, se sitúan justo tras la verja de la Glorieta del Cid, y el Pabellón Quinta de Goya se situó fronterizo con la Torre Norte de la Plaza de España, teniendo en la fachada trasera la parcela del Pabellón de Macao.

Abundando más en el asunto, parece que el actual Bar Citroen tuvo su origen en una pequeña instalación donde tenían sus oficinas le empresa “Taxis Citröen S.A.S”., que prestaba sus servicios dentro del recinto de la Exposición;17 estos vehículos estaban pintados totalmente de amarillo,18 y el importe por trayecto era el mismo que estaba establecido para los recorridos por ciudad.19

Hasta el cierre del Certamen, este servicio generó unos ingresos para la Exposición de 1.500 pts., 20 aunque desconocemos si este importe era por un porcentaje sobre el bruto de los ingresos totales por el uso de los taxis por los visitantes a la Muestra, ó fue un canon establecido específicamente para ello.

Una vez clausurado el Certamen, esta instalación ó el lugar que ocupaba ella, se convirtió en kiosco de bebidas, como otros que se encontraban repartidos por todo el recinto de la Exposición, adoptando el nombre de la marca francesa de automóviles.21

En julio de 1940, ya se publicitaba éste local como Bar Citröen. En la década de los 50 se anunciaba el local como “Andalucía de noche” donde se celebran fiestas típicamente andaluzas, con actuaciones de cuadros flamencos, grupos como el “Trío de oro”, ó “ Trío ABC”, y de artistas como Marujita Rodríguez, Anita Mayorga y 22 Antonio Machín. 23 
Aspecto del Bar Citroen en los años 40 del pasado siglo. (Foto: Pinterest.com)
En 1961 consta que existía un construcción anexa al Bar Citroen, que fue utilizada como oficina de la Comisión de Asistencia Social de los damnificados por el desbordamiento del Tamarguillo. 24  Éste local se adecuó posteriormente para alojar dependencias municipales.25 En concreto fue utilizado como sede de los servicios municipales de la Secretaría de la Vivienda y Refugios, y más tarde para Oficina Municipal de Información al Consumidor. También fue utilizada la azotea de éste anexo, para instalar una caseta durante la Feria de abril de 1972, en la último año que se celebró en el Prado de San Sebastián, y la primera vez en la historia de la Feria, que se hacía en una azotea.26
Azotea de las oficinas municipales del Servicio de la Vivienda y Refugios, convertida en caseta durante la Feria de abril de 1972. (Ilustración de la revista Aparejadores, núm. 40, 1º semestre 1992)
Por último diremos, que el precio de la entrada para visitar el pabellón era de una peseta, pero en marzo de 1929, el Sr. Riudavets como concesionario de “La Quinta de Goya”, solicitó a la Comisión Permanente autorización para cobrar por la entrada al pabellón dos pesetas. La Comisión, aunque autorizó en principio su propuesta, estimó y así se lo hizo saber, que era una cifra muy elevada, y que si hubiera poca afluencia de visitantes, perjudicaría al concesionario. A la vez se interesaba al citado concesionario, que debía entregar inmediatamente el proyecto detallado de los contenidos de la instalación al Comité de la Exposición, para que la Dirección Artística informara si estos eran interesantes y por consiguiente se le pudiera exigir al público la entrada correspondiente, con lo cual la autorización para el cobro de la misma sería definitiva.

Al mismo tiempo Julio Riudavets, también requirió se le aplicara un tanto alzado sobre los ingresos por los conceptos de entradas y ventas de objetos, aduciendo la necesidad de resarcirse de los gastos abonados a la Exposición por el alquiler de los terrenos, acometidas de luz, alcantarillado, etc, abonados por el concesionario.

La Comisión Permanente del Comité Ejecutivo, no accedió a tales pretensiones, haciéndole saber que según se fijaba en el Reglamento General de la Exposición, éste organismo solo recibiría el 5% de los ingresos de las entradas, hasta que los concesionarios se hayan reintegrados los gastos aducidos, siendo a partir de ese momento cuando el Comité percibiría el 50% de los ingresos brutos por entradas. Y respecto a los conceptos por las ventas que se realicen en el pabellón, el citado Reglamento fija concretamente el 5 % a favor de la Exposición, de los ingresos brutos que se obtengan por esas ventas.27

En los ingresos registrados durante la Exposición hasta su clausura el 21 de junio de 1930, se contabilizan unas partidas por ingresos por explotaciones directas e indirectas, en las que aparece la Quinta de Goya de 952 por ventas y 1.830 por entradas los que nos da una idea del volumen total de los ingresos recaudados por dicho pabellón.28 Si tenemos en cuenta que el Comité solo recibía el 5% de estos ingresos, y el precio final de la entrada fue de una peseta, se deduce que los ingresos por ventas alcanzó la suma de 19.040 pts., y se realizaron un total de 36.600 visitas al pabellón. Al parecer con estos ingresos, el negocio que tenía previsto la Sociedad Quinta de Goya, no se llegó a cumplirse, produciéndose impagos, como ya veremos más adelante.

Con estos datos es fácil deducir que este proyecto, al ser privado y sustentarse de las entradas de los visitantes, fracasó, y el pabellón creemos fue cedido.

Según José María Cabeza, en su trabajo monográfico sobre este pabellón, asevera que “antes de la clausura de la Exposición se había transformado el pabellón de la casa de vehículos franceses Citroen, debido a la poca afluencia de visitantes”.29

Sin embargo, la verbena goyesca, y la venta de la serie especial de sellos denominada Quinta de Goya, celebradas durante los día 13 y del 15 al 17 del mes de Junio de 1930, respectivamente, a pocos días de la clausura del Certamen, que ya se ha indicado con anterioridad, hace tambalear esta afirmación.

Quizás la hipótesis más acertada sea que el Pabellón fue cedido a alguna persona de confianza del Sr. Riudavets, así en los libros de Contaduría de la E.I.A., aparecen apuntes de ingresos realizados por R. Martí Fabra, a partir del 20 de noviembre de 1929, por entradas y ventas realizadas en la Quinta de Goya. Al parecer Rafael Martí Fabra era Comandante de Estado Mayor, y pudiera ser persona cercana al concesionario del pabellón.30

De tal manera que cuando el 23 de diciembre de 1930, Aurelio Álamo Luna, solicitó a la Comisión Liquidadora del Certamen, autorización para proceder al derribo del pabellón, como sucedería con la mayoría de las edificaciones no permanentes del Certamen, autorizado previamente por el concesionario de la Quinta de Goya, que le había sido cedido los derechos sobre el edificio. Haciendo constar que para tal fin se hacía cargo de las deudas que el expositor tenía con la organizadora. La Comisión acuerda acceder a la solicitud, previo abono de los importes pendientes de liquidación, así como las garantías aduaneras pendientes de cancelación. 31

Solo nos queda de éste pabellón ”templo del arte”, las dos columnas de acceso a la glorieta del insigne pintor aragonés precursor de impresionismo.
Columnas del Palacio de la Inquisición de Madrid, que dan acceso a la Glorieta de Goya, son el único testimonio que queda del Pabellón de la Quinta de Goya de la Exposición Iberoamericana. (Archivo del autor)

NOTAS
1.- La familia real y la corte. Audiencia Militar.ABC Madrid, 01 de noviembre de 1930. Pág 16

2.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII. Exp. El Águila. Rollo 719 fotograma 40. Extracto del Acta de la Comisión Permanente del Comité de dicha Exposición, en la sesión celebrada el 26 de octubre de 1926.

3.- El pabellón Quinta de Goya, El Liberal. 10 de noviembre de 1928. Pág. 4

4.- Ibidem

5.- Quinta de Goya. Memoria- Guía del Pabellón

6.- Fototeca Universidad de Sevilla. Ficha Imagen: Nº Registro 015226

7.- http://www.cabanadelretiro.com/2012/03/la-casita-del-pescador.html

8.- El pabellón Quinta de Goya, El Liberal. 10 de Noviembre de 1928. Pág. 4


9.- La Quinta de Goya en la Exposición Iberoamericana. ABC Sevilla 28 de agosto de 1988. Pág. 30.
Al final de su artículo, el autor Ramón Ayza, Barón de Tormoye, hace una reflexión sobre el paradero de las piezas expuestas, y la necesidad de promover por parte municipal, la recuperación de éstos con el fin de devolver a la ciudad la Quinta de Goya.

10.- La Quinta de Goya en la Exposición Iberoamericana. ABC Sevilla 28 de agosto de 1988. Pág. 30


11.- http://www.retabloceramico.net/bio_ruizdelunaarroyojuan.htm

12.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII. Rollo 720 fotogramas 490 a 506

13.- La estancia de la Infanta Dña. Isabel a Sevilla. ABC Sevilla, 19 de noviembre de 1929. Pág. 17

14.- Sevilla al día. ABC Sevilla, 14 de junio de 1930. Pág. 19.

15.-– Los sellos de la Quinta de Goya. ABC Sevilla. 15 de Junio de 1930. Pág. 44
– Sellos de Goya. ABC Sevilla. 18 de Junio de 1930 Pág. 30

16.- Goya en los sellos. Luis María Lorente. ABC Madrid. 06 de Agosto de 1978. Pág. 112

17.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII. Exp. Alumbrado General – Gastos- Rollo 650 fotogramas 485 a 500.
Relación de ingresos realizados por José Martínez Tristán por el cobro a expositores por acometida de la instalación eléctrica realizada del 14 de junio al 17 de septiembre de 1929 y cobrados el 10 de enero de 1930, entre los que aparece Taxis Citröen S.A.S.

18.- La Quinta de Goya. ABC de Sevilla, 22 de Octubre de 1988. Pág. 18

19.- Guía Oficial de la Exposición Ibero-Americana. 1929-1930. Pág. 88.

20.- La Exposición Ibero-Americana de Sevilla. Eduardo Rodríguez Bernal. Págs. 167 a 170
En su obra el autor indica que los ingresos por explotación directa ó indirecta por este servicio fue de 1.500 pts.

21.- La Quinta de Goya. ABC Sevilla, 08 de Septiembre de 1988. Pág. 10

22.- Cartelera. ABC Sevilla, 01 de junio de 1950. Pág. 14.

23.- El Bilindo y el Gibraltar. ABC Sevilla, 19 de septiembre de 1982. Pág. 29.

24.- Llega a nuestra ciudad el primer envío de ajuares donados por el Ministerio de la Vivienda. ABC Sevilla, 02 de diciembre de 1961. Pág. 33.

25.- Reunión de la Comisión Municipal Permanente. ABC Sevilla, 10 de abril de 1962. Págs. 47 y 48.

26.- Original caseta de Feria. ABC Sevilla. 07 de marzo de 1972. Pág. 36.

27.- Acta de la sesión del 15 de marzo de 1929. Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII. Libros de Actas. Caja 4 bis. Rollo 631 fotogramas 132 a 135.

28.- La Exposición Ibero-Americana de Sevilla. Eduardo Rodríguez Bernal. Págs. 167 a 170.

29.- La quinta de Goya. (Pabellón Citroen). Revista Aparejadores. 1º trimestre 1992. Nº 40. Págs. 13 a 15.

30.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII. Contaduría. Rollo 736. Fotogramas 473 a 530

LIBRO CON LA RELACIÓN DE MANDAMIENTOS DE INGRESOS DESDE 1924 A 1933
Caja  9   Rollo 634 Fotogramas 625 A 698 desde 10/05/1924 a 14/09/1929
Caja  9   Rollo 635 Fotogramas 15 A 51 desde 14/09/1929 a 07/03/1930

Caja 120 Rollo 736 Fotogramas 473 A 530 desde 29/03/1930 a 19/05/1933

31.- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII. Expedientes de Derribos. Rollo 735 fotogramas 133 a 425


FUENTES

- Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII
- Fototeca Universidad de Sevilla
- Eduardo Rodríguez Bernal. La Exposición Ibero-Americana de Sevilla.
- La quinta de Goya (Pabellón Citroen) de José María Cabeza Méndez
Revista APAREJADORES Núm. 49 /1º Trimestre 1992
- www.sevilla21.com
- www.cabanadelretiro.com
- www.retabloceramico.net
- Guía Oficial de la Exposición Ibero-Americana. 1929-1930
- INFORMACIONES Y NOTICIAS VARIAS. ABC Madrid- años 1929 a 1930
- INFORMACIONES Y NOTICIAS VARIAS. ABC Sevilla - años 1929 a 2016
- PERIÓDICO EL LIBERAL AÑOS 1928 Y 1929
- Memoria- Guía del Pabellón La Quinta de Goya.










2 comentarios:

  1. Muy, muy interesante, enhorabuena por su trabajo.

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  2. Magnifica explicación de lo que fue La Casa de Goya. Gracias por su publicación.

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