2.-Pabellón Espuñes y Joyería Reyes

Pabellón de M. Espuñes y Joyería Reye. (Postal de la época)

En la sesión celebrada por la Comisión Permanente del Comité de la Exposición Iberoamericana del 5 de agosto de 1927,[1] se leyó un oficio de la Dirección de Obras y Proyectos que traía el visto bueno del Vocal Delegado de Obras, sobre la solicitud de terrenos formulada por Joyería Reyes, de Sevilla, “el cual está próximo al pabellón Sevilla”, para la construcción por parte de esta firma de un pabellón particular.

Sometido este asunto a la consideración de la Permanente, y tras la intervención del Comisario Regio, Cruz Conde, por lo preferente del lugar al estar situado en unos terrenos que a priori no se permitían la ubicación de instalación comerciales, este “manifestó que le parecía muy oportuno dicho emplazamiento, el cual debía aprobarse”, como así ocurrió por unanimidad.

Con posterioridad, el 9 de diciembre,[2] la Comisión aprobó las dos solicitudes presentadas, una de José Trevijano Ruiz-Clavijo, propietario de la casa “Trevijano e hijos” de Logroño, dedicada a las conservas, para la instalación de un stand en el Pabellón Nacional de Productos para la Exportación; y la de la Compañía M. Espuñes, con sede en Madrid, para instalar un pabellón propio nacional, sin que se especificara el lugar elegido para la edificación de dicha representación.

La Casa Espuñes era una empresa fabricante de objetos de plata, que había sido fundada en el año 1840 por Ramón Espuñes, situándose como líder en el sector de la platería de diseño, por su alta calidad y gran profesionalidad.

Sin embargo es su hijo Luis, el que introduce las mejoras en los métodos de fabricación y los últimos adelantos apenas se producen en el mundo industrial, llegando a distribuir sus productos no solo en España, sino incluso fuera de nuestras fronteras.

Para ello no tuvo reparos en fabricar desde el más vulgar objeto plateado, como sus populares cuberterías para las clases más modestas, hasta auténticas joyas, como el célebre centro de mesa, que la reina Isabel II mandó construir, representando a Colón a su vuelta del descubrimiento de América. También son dignos de mención diferentes enseres de culto para iglesias tanto españolas como americanas, y numerosos objetos en metal, utilizados por la realeza, la aristocracia y la alta burguesía.[3]

Matilde Espuñes y Bagués, aprendió el oficio junto a su padre, Luis Espuñes, y a la muerte de éste su hija se estableció por su cuenta, creando su propia marca M. ESPUÑES, instalando su fábrica en la calle O´Donnell de Madrid, llegando a tener una importante plantilla de orfebres y una elevada producción. Su actividad como M. ESPUÑES se desarrolló entre 1909 y 1950. Después de la guerra civil, se asoció con la firma Meneses y forman lo que se conoció como Unión de Orfebres, aunque mantenía su propia marca. Además de la fábrica en la calle O’Donell, también tenía tienda en la madrileña calle Sevilla, y disponía de depósitos en Barcelona, Sevilla, La Habana y ciudad de Méjico.

Los más de 170 años de actividad de esta empresa, la convirtieron en especialista en todo tipo de piezas realizadas en plata de ley, con un completo catálogo de orfebrería, cuberterías, trofeos deportivos, objetos religiosos, etc., además de poseer un departamento de restauración y conservación que le hicieron ser merecedores del título de plateros de la Real Casa.[4]

No ha quedado constancia de cómo se produjo la participación de ambas empresas en un solo edificio en el certamen, impulsa posiblemente por las buenas relaciones existentes entre los hermanos Juan y José de los Reyes, propietarios de la Joyería Reyes, con la familia Espuñes, como lo demuestra la carta dirigida a Juan por la firma platera Espuñes,[5] para que éste realizara gestiones cerca de la dirección de la Exposición, con objeto de que le proporcionaran una buena situación para el pabellón de la Sociedad Hidroeléctrica Española, como así ocurrió, ubicándose en el Parque de María Luisa, cerca de la Plaza de América, siendo precisamente por aquella época, cuando se designa, a la Joyería Reyes, como depósito de la firma platera en Sevilla, por lo que el acuerdo de presentarse las dos firmas comerciales juntas debió realizarse durante los primeros meses de 1928.

Queda evidenciado, por las situaciones tan preferentes conseguidas tanto para el pabellón de la Joyería como de la Hidroeléctrica, que Juan de los Reyes debió tener mucha influencia en el seno Comité, incluso posiblemente con el Comisario Regio, siendo habitual que la reina Victoria Eugenia, visitara la joyería, durante sus estancias en Sevilla, para adquirir regalos para sus amistades, porque, según decían, era el lugar donde encontraba estos objetos que imperaban en las grandes ciudades europeas.[6]

La parcela concedida por la Comisión, a la Joyería Reyes, se situaba en los terrenos de los Jardines de San Telmo, en la avenida de María Luisa, entre la terraza del restaurante del Casino y el Pabellón de Perú, donde se construiría el pabellón que acogería a ambas firmas, la platera M. Espuñes y la Joyería Reyes.

Indicación en el plano de la Exposición, la ubicación del Pabellón Espuñes y Joyería Reyes en la avenida de María Luisa.

Nada sabemos de la autoría del pabellón, ni de las características de este, salvo el dibujo del boceto de éste aparecido en la publicidad de un anuario,[7] y en una postal comercial de la época.

Apoyándonos en estas imágenes, podríamos describirlo como un edificio de planta rectangular y cubierta plana, de marcado estilo neo-clásico, cuyo acceso principal estaba precedido por un pequeño pórtico soportado por dos columnas sobre gradas para salvar la diferencia de altura con el rasante de la calle. Las columnas del acceso, de capiteles toscanos, simulando jaspeados, se repetían alrededor del edificio, siendo éste el único elemento decorativo, pues los paramentos del cerramiento estaban constituidos por amplias vidrieras que las ocupaban totalmente. Estas características compositivas le conferían el aspecto de una construcción clásica y diáfano, quedando el espacio interior perfectamente visible desde el exterior, como si de un gran escaparate se tratara.
Boceto del pabellón en una de las páginas publicitarias de la publicación “Comercio internacional: anuario seleccionado de la producción mundial” correspondiente al año 1928.

Por las ilustraciones se deduce, que en el interior del edificio se alinearon diferentes vitrinas y expositores, que mostraban diferentes joyas y objetos de plata, y sobre el dintel de la puerta, aparecía, como si de una lápida se tratara, los nombres de M. Espuñes y Cía. S. en C. y Joyería Reyes.

De los pocos datos que conocemos, sabemos con certeza que la carpintería mecánica de las vitrinas, fueron realizadas por José Gutiérrez Gutiérrez, con taller en la calle Alejo Fernández, y al que Vicente Traver también le confió todo el portaje y decoración del Teatro de la Exposición, además de intervenir en los pabellones Zotal, del Reino de Murcia y el Stadium, entre otros.[8]

También sabemos que la casa Espuñes, realizó para la Exposición, una placa circular conmemorativa de la Exposición, consistente en el escudo de Sevilla, con San Fernando sentado en su trono, portando en la mano derecha una espada y en la izquierda la bola del mundo. A los lados San Isidoro y San Leandro. Alrededor inscripción: MCMXXIX: SEVILLA: MCMXXX, debajo M. ESPUÑES y arriba marca de ley de plata 916 y contraste;[9] así como una pequeña bandeja, en cuyo fondo se apreciaba la Plaza de España de la Exposición, con igual marca de ley y contraste. Y la Joyería Reyes, suministró la cubertería y el menaje del Hotel Alfonso XIII, que aún hoy se conserva, y del restaurante del Casino.


Placa conmemorativa acuñada por la casa Espuñes con motivo de la Exposición Iberoamericana. ©Museo Nacional del Romanticismo. Y pequeña bandeja con la imagen de la Plaza de España.

La falta de documentación nos impide saber cómo funcionó este pabellón comercial; solo contamos con unos apuntes realizados en los libros contables de la Comisión, por José Martínez Tristán, cobrador del Comité, en los que relacionan las empresas y casas comerciales, con pabellón propio o stand en pabellones oficiales, que efectuaron pago por consumo eléctrico, entre los que aparecen tanto la Joyería Reyes, como José de los Reyes, desde el 11 de diciembre de 1929, hasta el 30 de julio de 1930.[10]

Fotografía aérea de la zona de los Jardines de San Telmo, con indicación de la situación del Pabellón Espuñes y Joyería Reyes. (Archivo del autor)

Pudiera ser, y es solo una conjetura que, Juan de los Reyes tomara parte en su diseño y ejecución, ya que era maestro de obras,[11] y a este se debe el proyecto del magnífico inmueble que la joyería tiene en la calle Álvarez Quintero, y su hermano José, fuera el encargado de la organización y gestión del referido pabellón.

Los hermanos Juan y José de los Reyes Catueso heredaron en 1900, la joyería que su tío José de los Reyes Gómez había abierto veinte años antes, al fallecer sin dejar descendientes, trasladando la tienda a su actual emplazamiento en la calle Álvarez Quintero, en un renovado edificio que tanto por su continente como por su contenido es una perfecta muestra de estilo modernista puro, cuyo diseño se debe a Juan de los Reyes.

El esplendido salón-recibidor modernista fue obra de un decorador francés que lo diseñó con exclusivos muebles, lámparas y telas pintadas para las paredes con exóticos dibujos al estilo de la época. Este importante patrimonio mobiliario, se combina perfectamente con dos vitrinas metálicas procedentes de la Exposición, con casi toda seguridad del pabellón de la firma platera.[12]

Recibidor de Joyería Reyes, con decoración modernista e indicación de la vitrina procedente de la Exposición. (Fotos y Postales de Sevilla)

Una vez clausurada la muestra el pabellón fue cedido a Manuel Álamo Luna, para la instalación de “un puesto de cafés económicos y refrescos”, teniendo conocimiento de ello la Comisión Liquidadora del certamen, en la sesión del 22 de noviembre de 1930,[13] acordándose informar al interesado que la autorización, para la instalación de dicho negocio, debía ser solicitada al Ayuntamiento, ya que el edificio estaba construido en terrenos de propiedad municipal.

Incoado en el Consistorio el correspondiente expediente, volvió a la Comisión Liquidadora el 14 de febrero de 1931,[14] para que esta diera su aprobación a la referida solicitud, y poder así quedar resuelto el expediente, acordando esta acceder a los solicitado, autorizando las obras de adaptación y seguridad del edificio, previa conformidad del Arquitecto Conservador de la Comisión, y la fijación de un canon de ocupación, por parte de la Dirección de Hacienda de la misma, que el arrendatario debía tributar a dicha Comisión por importe de 30 pts. mensuales, iniciándose el pago de este canon el 18 de abril.

Estos apuntes correspondientes a los ingresos por el canon de ocupación de terreno, aparecen en los libros contables desde esa fecha hasta el mes febrero de 1933, última fecha de anotaciones por la desaparición de los posteriores libros,[15] y por consumo eléctrico hasta junio de ese mismo año.

Desconocemos, si Manuel Álamo, era aún el inquilino de este kiosco, que con el paso del tiempo se convertiría en Bar Manolo. En la década de los 50, además contaba con salón restaurante, en el que se amenizaba sus veladas con actuaciones de reconocidos artistas, como fue el caso del cantante Antonio Machín.[16] Durante esa década y posteriores, el local se convirtió en referente para celebraciones familiares de bodas y bautizos, además de ver multiplicados los actos de homenajes y reconocimientos públicos a conocidos personajes de la vida social del momento.

Esquela publicitaria del Bar Manolo, anunciando la actuación del cantante Antonio Machín. (ABC de Sevilla, 15 de agosto de 1952, p.6)

A mediados de los años 60 del pasado siglo se traspasó a Francisco Rodríguez Domínguez,[17] que dio un importante impulso al restaurante, con continuas recepciones y celebraciones de acontecimientos sociales de toda índole, como la elección de Miss Andalucía, en el cercano Casino, al que éste empresario se encargada de dar servicio, ó las cenas del Ateneo con ocasión de la Feria del Libro y la entrega del premio "Platero", al autor sevillano más vendido, durante varios años.

Durante esa época, se renovaron las instalaciones, desconociendo el alcance de las actuaciones que hasta ese momento se habían llevado a cabo en la transformación del primitivo edificio.

El sábado 29 de marzo de 1969, se reabrió como restaurante "Luna Parque",[18] ahora regentado por Enrique Becerra en sociedad con Jamaica, La Isla y Senra,[19] continuando la misma trayectoria de su antecesor Bar Manolo, con la celebraron de incontables actos sociales, así como infinidad de bodas, bautizos y todo tipo de celebraciones, ampliando el servicio con la instalación de una terraza de verano en la contigua Glorieta de Perú.


Instantánea de los concurrentes a la comida-homenaje a Perico Chicote el 21 de marzo de 1967, en la puerta principal del Bar Manolo. Y entrega de los Premios del Ateneo Platero el 15 de abril de 1969, en el restaurante ya convertido Luna Parque (Archivo ABC)

Cerrado éste en 1990, fue traspasado su uso a Jesús Quintero en 1991, permaneciendo siempre como propiedad municipal. El Loco de la Colina, lo proyectó como restaurante y café-teatro bajo el nombre de “Montpensier”. Nada mas iniciadas las obras, son paralizadas, en febrero de 1992, por la Gerencia de Urbanismo por haber afectado a buena parte del antiguo restaurante Luna Parque, del que solo quedan en pié las fachadas y el sótano, además de ocupar más terreno que el local primitivo.[20]

Posteriormente, en junio de 1992, el Ayuntamiento concede licencia para la remodelación del Luna Parque con un proyecto de Rafael Manzano, según el cual la actuación prevista era la de forrar con una galería desmontable de metal y cristal, de forma semejante al Crystal Palace de Londres, la fachada del edificio anterior.[21] Es decir bajo la actual estructura de hierro y cristal, se encontraría lo que las diferentes intervenciones realizadas durante el paso de los tiempos y sus diferentes usos, queda del antiguo pabellón Espuñes, después Bar Manolo y más tarde Luna Parque.

Cerrado el restaurante Montpensier, se convertiría en discoteca Apandau, para más adelante, en 2010, denominándose Bandalai.


Imagen de la paralización del derribo del Luna Parque, (izquierda), y la reanudación de las obras para convertirlo en Montpensier (derecha). En ésta se puede apreciar cómo se mantiene en su interior la edificación pre-existente. (Archivo ABC)

Fachada lateral de la discoteca Bandalai, donde se puede apreciar la galería de hierro y cristal que cubre el antiguo edificio. (Archivo del autor)

Cerrada en 2017 la discoteca Bandalai, y abandonado el edifico, se han producido saqueos, incendios y ocupación, estando en estado total de degradación, siendo el Ayuntamiento el responsable de esta situación.

Ante este lamentable estado, la junta de gobierno municipal aprobó el 9 de julio de 2021, a propuesta de la delegación municipal de Patrimonio, declarar de interés general el proyecto de la Fundación SSG (Servicios Socio-sanitarios Generales) para convertir este edificio en un centro de formación, investigación y divulgación de la salud vinculado específicamente a los procesos y equipos de recuperación cardiopulmonar, así como la atención en situaciones de urgencias y emergencias, aprobándose la concesión demanial directa a dicha fundación, cuyo proyecto de rehabilitación y adaptación de este edificio a los nuevos usos, han sido encargados por la Fundación SSG a la arquitecta María Luisa Álvarez.[22]

NOTAS:

[1]. Archivo Municipal de Sevilla. Sección XVIII Exposición Iberoamericana. Libro de Actas de la Comisión Permanente núm. 3. Sesión del 5 de agosto de 1927.
[2]. A.M.S. Secc. XVIII E.I.A. Libro de Actas de la Comisión Permanente núm. 4. Sesión del 9 de diciembre de 1927.
[3]. Valero de Tornos, J. España en fin de siglo. 1894 Madrid. La platería Espuñes, pp. 215 y 216.
[4] . http://www.espunyes.com/index.asp. Consultado el 23 de junio de 2013.
[5]. A.M.S. Secc. XVIII E.I.A. Caja 96. Exp. Pabellón Sociedad Eléctrica. Rollo 719 (fotogramas 337 y 338). Carta de M. Espuñes y Cía., dirigida a Juan de los Reyes, el 2 de noviembre de 1928.
[6]. Reyes: Oro y piedras preciosas en un escenario modernista. En ABC de Sevilla, 29 de diciembre de 1986, p.23.
[7]. En revista Comercio Internacional: Anuario seleccionado de la producción mundial 1928.
[8]. En revista La Esfera, de 8 de junio de 1929. Carpintería Mecánica, p. 46
[9]. Museo del Romanticismo http://hispana.mcu.es/es/registros/registro.cmd?tipoRegistro=MTD&idBib=16339673. Consultado el 25 de abril de 2015.
[10]. A.M.S. Secc. XVIII E.I.A. Expediente Alumbrado General-Gastos. Caja 25. Rollo 650 (fotogramas 484 a 655). José de los Reyes: Facturas por acometida de instalación eléctrica realizada, entre el 14 de junio al 17 de septiembre de 1929 y cobradas el 10 de enero de 1930.
Joyería Reyes: Pagos por consumo eléctrico realizados el
-14 de febrero de 1930
-02 de abril de 1930
-13 de mayo de 1930
-10 de junio de 1930
[11]. Villar Movellán, A. Arquitectura del regionalismo en Sevilla (1900-1935). 1979. Sevilla. Edita Excmo. Diputación de Sevilla, p. 543.
[12] . Salón modernista de la Joyería Reyes. Base de datos del Patrimonio Inmueble de Andalucía. Consultada el 18 de mayo de 2016.
[13]. A.M.S. Secc. XVIII E.I.A. Libro de Actas de la Comisión Liquidadora núm. 1. Sesión del 22 de noviembre de 1930.
[14]. A.M.S. Secc. XVIII E.I.A. Libro de Actas de la Comisión Liquidadora núm. 1. Sesión del 14 de febrero de 1931.
[15]. A.M.S. Secc. XVIII E.I.A. Libros de Contaduría. Caja 120. Rollo 736 (fotogramas 473 a 530)
[16]. Esquela publicitaria Bar Manolo. En ABC de Sevilla, 15 de agosto de 1952, p.6.
[17]. Ante la elección de Miss España. En ABC de Sevilla, 12 de mayo de 1968. p. 87
[18]. Esquela publicitaria. En ABC de Sevilla, 29 de marzo de 1969. p. 78
[19]. González Turmo, I. SEVILLA, BANQUETES, TAPAS Y MENUS, (1863-1995). 1996, Sevilla, Edita Área de Cultura, Ayuntamiento de Sevilla, pp 151 a 154.
[20]. Urbanismo ha paralizado las obras de reforma que Jesús Quintero realizaba en el Luna Parque. En ABC de Sevilla, 28 de febrero de 1992, p. 49.
[21]. El Ayuntamiento concede finalmente a Jesús Quintero la licencia de obras del Luna Parque. En ABC de Sevilla, 6 de junio de 1992, p. 43
[22]. Comienzan los trabajos de limpieza y saneamiento de la antigua discoteca Bandalai tras años de abandono. En Diario de Sevilla, de Sevilla. 03 de agosto de 2021. https://www.diariodesevilla.es/sevilla/Comienzan-trabajos-limpieza-saneamiento-discoteca-Bandalai-anos-abandono_0_1598240982.html


1 comentario:

  1. Es mi intención realizar una entrada del Pabellón de Espuñes y me gustaría utilizar algunas imagenes de su blog, logicamente con la correspondiente mención de la fuente. Por ello le pido el pertinente autorizacion para ello.
    Gracias anticipadamente,por su respuesta, que espero no sea tácita.
    este es mi blog http://curiosasevilla.blogspot.com.es/
    este es mi correo benignoram@gmail.com

    ResponderEliminar