15.- Pabellón de la Marina Mercante.


Pabellón de la Marina Mercante. (Postal de la época. Institut d’Estudis Fotografics de Cataluya. Colección Roisin)
Según informó el Comisario Regio, Cruz Conde a la Comisión Permanente en abril de 1927, existía un proyecto concreto y en vías de realización, por el cual el Ministerio de Marina concurría al Certamen en una especie de agrupación donde participarían la industria y la construcción naval tanto civil como militar. Para lo cual el citado Ministerio, levantaría un edificio en el recinto que quedaría después para Sevilla, donde se instalaría la futura Comandancia de María del Puerto.1

Previamente la Comandancia de Marina de Sevilla, había solicitado fecha y hora para el señalamiento y demarcación de los terrenos necesarios, haciendo constar, que ya había solicitado a la Junta de Obras del Puerto, la cesión con carácter definitivo, de 1.000 m2 de superficie para la construcción del pabellón permanente; solicitando al Comité la concesión de 2.500 m2 de terrenos con carácter provisional y gratuito para las instalaciones provisionales.2 En el mes de septiembre de 1927, la Comisión Permanente accede en principio a los terrenos solicitado por la Comandancia de Marina para ser ofrecidos a las industrias navales y de navegación, quedando supeditada la concesión definitiva a la presentación del plan conjunto y detallado de la construcción de estas instalaciones provisionales.3

Aunque el proyecto del Ministerio de Marina al final no cristalizó completamente, pues solo se construyó el edificio permanente del Pabellón de la Marina de Guerra, los terrenos próximos a esta representación oficial quedaron vacantes, por lo que el empresario sevillano José María Ybarra a la sazón vocal del Comité Permanente de la Exposición, y presidente de la Cía. Naviera Ybarra, hizo suya la idea de presentar reunidas en el Certamen a las distintas empresas navieras españolas, que tan fuerte y significativos lazos comerciales y espirituales habían tendido con las naciones iberoamericanas, además de servir de escaparate donde mostrara los avances alcanzados durante aquellos años en este sector de la industria nacional y su proyección internacional.4 

Por las compañías navieras fue nombrado para que actuara como delegado para llevar a cabo las gestiones necesarias para la realización del pabellón, su impulsor y alma del proyecto; así en la sesión celebrada el 08 de marzo de 1929 por la Comisión Permanente, fue aprobada la solicitud presentada por José María Ybarra, en nombre de la Marina Mercante, concediéndosele una parcela de 4.290 m2,5 situada en la avenida de la Raza, entre el pabellón de la Cruz Roja a la derecha y el comercial de La Maquinista Terrestre y Marítima a la izquierda.

También gestionó el encargo realizado al arquitecto Antonio Illanes del Río, para el diseño del edificio, estando avalado éste por ser el autor del Banco de España en la Plaza de San Francisco, y de la Escuela de la Fundación “Felipe Benito” en la avenida de Miraflores, más conocido como Colegio de la Salle, y haber diseñado para la Exposición, aunque no se llegaron a construir, las Galerías Americanas y el Estadio.
Vista del Pabellón de la Marina Mercantes desde otro ángulo. (Archivo del autor)
El pabellón diseñado por Illanes, se encontraba dentro de la estética divulgada por la Exposición de Artes Decorativas de París de 1925, y del monumentalismo propio de autor, siendo uno de los más reconocidos por la crítica entre los construidos para el Certamen, debido a sus volúmenes cúbicos que formaban una masa horizontal con cuerpos angulares, presidida por una elevada torre concebida como faro de señales marítimas, que rompía la horizontalidad del conjunto. A su autor por este proyecto, le fue otorgada la Medalla de Oro de la Sección de Bellas Artes, por el Comité Ejecutivo de la Exposición.

En su momento constituyó uno de los edificios vanguardistas en una exposición donde predominaba el regionalismo, en él Illanes hace un ensayo de arquitectura Art Decó, con interesantísimo juego de volúmenes, que combinado con sus formas cúbicas blancas y limpias acoge una ornamentación en relieve que acentúan las líneas geométricas, compuestas por anchos moldurones horizontales con los escudos de las compañías y cenefas en forma de cadenas para enmarcar los vanos, como únicos elementos decorativos de sus fachadas.6

La torre cilíndrica de elevada altura, quizás sea la que acogía más elementos decorativos. Desde su base hasta la mitad de su elevación, se suceden ventanales verticales ascendentes enmarcados por cenefas con cadenas. A partir de ese punto, cuatro ménsulas sostenían el mismos número de pilastras, entre las cuales se abren vanos verticales con igual decoración de cadenas. Como remate se eleva la cúpula soportada por pequeñas pilastras.

El edificio en conjunto, es el resultado de la unión de tres naves independientes, destinadas a las exhibiciones de las compañías navieras, a las que se acceden a través de una galería porticada en forma de U que servía de acceso a cada uno de los espacios expositivos y de circulación para el público.

Este esquema no era nuevo para el autor, que ya lo había desarrollado en el diseño del Colegio de la Salle (Felipe Benito) de Sevilla, donde distribuye tres espacios, capilla, salón de actos y aulas, alrededor de un vestíbulo común, alzando una torre como elemento dominante y unificador.7

Es más, si desposeyéramos la ornamentación neo-mudéjar del colegio, tendríamos un modelo donde, con bastante probabilidad, se debió basar Illanes.

Vista general del pabellón. (Archivo Fotográfico del Ejército del Aire)
Este pabellón con una superficie construida de unos 1.500 m2, fue levantado por la empresa Erroz-San Martín, que también construyó el Pabellón de Navarra para la Exposición. En su interior estuvieron presentes varias empresas navieras como la Compañía Ybarra, la Transatlántica, la Trasmediterránea, así como las navieras de Bilbao y la Interinsular. Cada una de ellas expuso una amplia información de sus buques y líneas de navegación, junto a gráficos, maquetas, fotografías así como reproducciones de algunos barcos.

A pesar de no contar con datos sobre su proceso de construcción, es evidente que debido a la proximidad de las fecha en que se inició su construcción y la de la inauguración del Certamen, tan solo dos meses de diferencia, unido a la envergadura el edificio, éste no estaría terminado para cuando la Exposición abrió sus puertas, el 9 de mayo de 1929, por lo que no fue inaugurado por S.M. el rey Alfonso XIII, hasta el 30 de octubre de 1929.

Al interior se accedía tras superar una amplia escalinata, que daba acceso a un espacio porticado, donde a su vez se encontraban las entradas a los tres departamentos completamente independientes en que se dividían, y en los que se distribuían el espacio expositivo las empresas navieras; el central lo ocupaba la Cía. Trasatlántica, y dos laterales en los que se alojaron, en el de la derecha la Trasmediterránea y a la izquierda a la empresa de navegación Ybarra y Cía. Dentro del departamento de la Trasmediterránea, figuraba una sección dedicada a la Compañía de Servicios Interinsulares de las Islas Canarias.

En la nave central del pabellón, como se ha dicho antes, se encontraba la original exposición de la Compañía Trasatlántica, la cual había reproducido un muelle abarrotado de mercancías y anclado a él se representaba el costado de del buque de la compañía el “Alfonso XIII”, con su arboladura y todos los detalles, fue en su momento el buque más grande construido en España, concretamente en los astilleros que la Sociedad Española de Construcción Naval, entrando en servicio en 1923.

Salón comedor de 1ª clase y de fumador del barco Alfonso XIII. (Ilustraciones del libro de información para pasajeros de la Cía. Trasatlántica.)
El visitante podía acceder a él a través de una rampa de madera, penetrando en su interior, recreando la sensación de encontrarse realmente en el interior de un buque, de tal forma que se lograba la ilusión de encontrarse realmente en el pasillo lateral de un gran transatlántico.

Durante el recorrido se podía apreciar los distintos aspectos de la embarcación, camarotes de lujo, salón de fumador, cuartos de baño, hermosas galería ricamente alfombradas, salones sobre cubierta por cuyas cristaleras se veía el próximo puerto, gabinetes suntuosamente decorados, y todo cuanto contemplaría sí de hecho estuviera visitando el interior de uno de los trasatlánticos de la compañía. 

No falta en el interior como en el exterior un solo detalle. Todo estaba previsto para que la reproducción de la embarcación diera una idea de cómo eran esos palacios flotantes, decorados con elegante sobriedad y confort. 

Esta compañía naviera, tenía en servicios en esos momentos, varias líneas con el continente americana como las que unían Bilbao y Santander con Cuba y Méjico, utilizando para ello sus buques de lujos el Cristóbal Colón y el Alfonso XIII. Dos líneas con salidas desde los principales puertos españoles del Mediterráneo (Barcelona, Valencia, Alicante y Málaga, con destino a Brasil, Argentina, Uruguay, y Argentina; y a Cuba y Nueva York, con los navíos Infanta Isabel y Reina Victoria Eugenia, Magallanes, etc.

Además de estas líneas, también realizaba rutas con Filipinas, Puerto Rico y Colombia, desde distintos puertos peninsulares, como la línea Sevilla-Nueva York-Sevilla, con el trasatlántico Reina María Cristina, Montevideo y León XIII. En todos sus buques se prestaban los servicios propios de un gran hotel, dotados con capilla y orquesta.
Publicidad de la línea Nueva York – Sevilla, que realizada la Cía. Trasatlántica.
La Compañía de navegación Trasmediterránea, que ocupaba la parte central del ala derecha del pabellón, exhibía reproducciones de los barcos más modernos y lujosos de la compañía, como el Infanta Beatriz y Plus Ultra entre otros. También se exponían fotografías y atributos navales agrupados artísticamente con lo que se decoraban su stand.

El Plus Ultra con motivo de la inauguración de la Exposición y del Congreso Mariano, realizó un viaje extraordinario de Cádiz a Sevilla, con retorno a Cádiz, permaneciendo en Sevilla del 17 al 21 de mayo ofreciendo a los viajeros el servicio de alojamiento y restauración.

A uno de los lados del stand de la naviera Trasmediterránea, se situó la exhibición de la Compañía Interinsular de Canarias, que mostraba una maqueta del archipiélago en la que pequeños barcos hacían constantemente el recorrido de sus líneas a través de las referidas islas, movidos por electricidad, y en la que no falta ni el detalle de unos faros de funcionamiento automático. También exponían cuadros gráficos y estadísticos del servicio que prestan con sus barcos.

En 1929 la Compañía Trasmediterránea en virtud de un contrato con el Estado, tenía a su cargo la prestación de los servicios oficiales de comunicaciones marítimas y postales, entre la Península y las Islas Baleares, Canarias y Marruecos.

Con Canarias poseía también una línea frutera, que saliendo de las islas hacía escalas en Marsella y Niza, además de otra rápida que enlazaba los puertos de Barcelona, Cádiz y Sevilla con el archipiélago. Y para las Baleares tenía un servicio rápido Barcelona-Palma de Mallorca los lunes, martes, jueves y sábados. Y un servicio rápido diario para África, uniendo Málaga con Melilla, y Algeciras con Ceuta y Tánger.
Stand de la Cía. Transmediterránea. (Ilustración de La Época)
Esta compañía se fusionó en 1916 con varias importantes sociedades navales, y en 1923 emprendió un programa para la renovación de toda su flota con una inversión de más de cincuenta millones de pesetas.

En el ala izquierda del pabellón se instaló la exposición de la Compañía Ybarra (S. en C), cuya flota en ese momento ocupaba el primer lugar entre las compañías navieras nacionales. 

En dicha exposición, se exhibía en primer término, una reproducción del puente de un barco, sobre el que se había colocado un mapa monumental en relieve de la Península Ibérica, en el que aparecían destacados todos los puertos en que atracaban los barcos de la compañía. Este mapa ofrecía la particularidad de que el mar que circunda a la península era de aceite de oliva, y por medio de diminutos vaporcitos, movidos mecánicamente, trazaban el recorrido de las líneas de servicio de cabotaje.

Completaban la muestra, varias maquetas de los últimos barcos que se habían puesto en servicio, siendo el modelo de barco que más atraía a los visitantes el “Cabo San Antonio” que desplazaba unas 17.000 toneladas y que se votó a primeros de 1930, en los astilleros bilbaínos; además se expuso un motor de los usados para la propulsión de este tipo de naves, a escala reducida, que funcionaba con todos los detalles.

De este mismo navío, el Cabo San Antonio, se habían realizado también, una serie de reproducciones a tamaño natural, de distintas dependencias del barco, entre ellas se encontraban un dormitorios para emigrantes con seis literas, comedor para los mismos, en el que según la propaganda, se ofrecía el máximo de comodidad y confort en todos los servicios, no igualado por ninguna línea nacional ni extranjera.

Este departamento de Cía. Ybarra, mostró también información mediante gráficos de las líneas trasatlánticas, la relación de los barcos que componían su flota y otros detalles demostrativos de su potencial naviero.8
El Cabo San Antonio de la naviera Ybarra. (Ilustración de la obra La Naviera Ybarra)
La empresa de navegación Ybarra y Compañía, S en C., con domicilio social en Sevilla, contaba en aquellas fechas con una flota compuesta por 37 barcos, tanto a motor como a vapor, más la motonave Cabo San Antonio recién construida en los astilleros bilbaínos y prototipo de motonave dotada con todas las comodidades y adelantos del momento.

Tenían Servicios Trasatlánticos, a través de dos líneas. 
La Línea MEDITERRANEO-BRASIL-PLATA, con servicio regular mensual desde los puertos de Génova, Barcelona, Valencia, Sevilla y Cádiz, a Santos, Montevideo y Buenos Aires. 

En virtud de acuerdos con importantes compañías argentinas, como la Mihanocich, y la Importadora y Exportadora de la Patagonia, realizaban transportes de mercancías entre más de 12 puertos entre ellos los de Rosario, Asunción, Santa Fe y Buenos Aires.

Y la Línea a ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA, con servicios regulares quincenales desde Génova, Liborno, Barcelona, Valencia a Nueva York y viceversa. Y otro cada veinticinco días desde Sevilla a Nueva York con escala en Filadelfia y regreso a través de Lisboa. 

También por acuerdo con la ERIE RAILROAD COMPANY, transportaban mercancías desde distintos puntos del interior de EE.UU. con puertos de Cuba, Puerto Rico, Santo Domingo, Golfo de Méjico, y del Pacífico como Los Ángeles, San Francisco, Portland, etc.

Todos sus barcos estaban dotados de los más modernos adelantos, con amplios camarotes, comedores, hall, etc. Para el transporte del pasaje de tercera clase, se le ofrecía igualmente en buenas condiciones de salubridad y servicios de comedor y amplios camarotes con aseos.

Además para el transporte de mercancías, los buques estaban dotados de cámaras frigoríficas que permitían el comercio con productos perecederos. 9


Camarotes de 3ª clase con ocho camas y puente de mando del Cabo San Antonio. (Ilustraciónes de la obra La Naviera Ybarra)
La implicación en el Certamen Iberoamericano de la naviera sevillana fue importante, pues no olvidemos que su presidente, José María Ybarra, también era vocal de la Comisión Permanente de la Exposición, por lo que trabajó con ahínco para que fuera un éxito. Esta aportación se tradujo en el transporte de forma totalmente gratuita de mercancías y objetos que cada uno de los países americanos traerían parar ser expuesto en sus respectivos pabellones, como así lo demuestras los varios envíos realizados desde Argentina no solo de carne, sino también de productos lácteos como quesos y derivados, realizados en las cámaras frigoríficas, con que estaban dotados sus buques, que hacían el trayecto Buenos Aires-Sevilla.10


Vestíbulo y salón de fumadores del Cabo San Antonio. (Postales publicitarias de Ybarra y Cía.)
Como otros edificios construidos con carácter provisional, éste de la Marina Mercante, se consideró la posibilidad de quedar como permanente por el tipo construcción, en un informe realizado por la Oficina Técnica de la E.I.A. una vez clausurado el Certamen. 11

En una fotografía aérea que se conserva en el Archivo Fotográfico del Ejército del Aire,12 se observa como el edificio del que fuera Pabellón de la Marina Mercante, se encontraba aún en pie en mayo de 1933. Desconocemos el momento de su derribo y empresa que lo realizó, pero teniendo en cuenta que este edificio se encontraba situado en terrenos de la Junta de Obras del Puerto de Sevilla, pudiera ser que fuera utilizado por dicha Junta y por ello se retrasara su derribo.

Fotografía aérea tomada el 29 de mayo de 1933, donde se aprecia aún en pié el Pabellón de la Marina Mercante. (Archivo Fotográfico del Ejército del Aire)
NOTAS
1.- Archivo Municipal de Sevilla, Sección XVIII. Caja 100 rollo 721, fotogramas 194 a 226. Exp. Junta de Obras del Puerto -Emplazamientos-. Acuerdos del Pleno del Comité celebrado el 09 de abril de 1927.
2.- Ibídem. Caja 100 rollo 721, fotogramas 260 a 310. Exp. Comandancia Militar de Marina. Acuerdos de la Comisión Permanente celebrada el 01 de abril de 1927.
3.- Ibídem. Archivo. Exp. Comandancia Militar de Marina. Oficio de fecha 17 de septiembre de 1927, dirigido al Ingeniero Director de Obras y Proyectos comunicando acuerdo de la Comisión Permanente del día anterior.
4.- Notas de la Exposición. Nuestra Marina mercante. El Sol, 08 de noviembre de 1929.
5.- Archivo Municipal de Sevilla, Sección XVIII. Caja 39 rollo 662, fotograma 136. Acuerdos de la Comisión Permanente celebrada el 08 de marzo de 1929.
Solo se le cobró 1.500 m2 de construcción a cinco pesetas, en total 7.500 pts.
6.- Arquitectura del Regionalismo en Sevilla (1900-1935). Alberto Villar Movellán. Pág. 470
7.- Ibídem. Págs. 388 y 390
En declaraciones de Illanes en la revista Cortijos y Rascacielos. Nº 78. 1953 Pág. 37
“tuvo como principal preocupación al proyectar, que en la planta y el alzado respondiese cada local a su propia función en forma y volumen; ligados en planta por un vestíbulo común y en alzado por la torre, como elemento principal que, por dominarlos a todos en altura, los uniera bajo su protección”.
8.- Para redactar la descripción del interior del pabellón y de las instalaciones que las navieras exhibieron, nos hemos basado en las crónicas aparecidas en los siguientes diarios:
- Notas de la Exposición. Nuestra Marina mercante. J. Murciano, El Sol, 08 de noviembre de 1929.
- La Exposición Ibero-Americana. Nuestra Marina Mercante. Antonio Armenta. La Voz de Menorca. 27 de diciembre de 1929. Pág. 1
-Una gran empresa naval. La Compañía Trasatlántica y la Exposición Iberoamericana. La Época. 26 de abril de 1930.
-El “stand” de la Compañía Trasmediterránea. La Época. 26 de abril de 1930.
- La Compañía Ybarra (S. en C.) ha llevado a la Exposición el modelo de su moderna motonave “Cabo San Antonio”. La Época. 26 de abril de 1930.
9.- Datos tomados de la publicidad insertada en el Libro de Oro de la Exposición Ibero Americana.
10.- Pabellón argentino. El Noticiero Sevillano, 11 de septiembre de 1929. Pág. 8.
11.- Archivo Municipal de Sevilla, Sección XVIII. Caja 99 rollo 720, fotogramas 490 a 536. Informe de fecha 04 de julio de 1930 de la Oficina Técnica dirigido al Secretario General de la E.I.A.
12.- Archivo del Ejército del Aire. Imagen tomada el 29 de mayo de 1933. Serie 1 núm. 833

FUENTES

- ARQUITECTURA DEL REGIONALISMO EN SEVILLA 1900-1935. Alberto Villar Movellán.

- GUIA DE LA EXPOSICION IBERO AMERICANA 1929-1930

- LOS PABELLONES DE LA EXPOSICION IBEROAMERICANA, Alberto Villar Movellán

- La Exposición Iberoamericana “Fondos de la Hemeroteca Municipal”

-LA EXPOSICION IBEROAMERICANA A TRAVÉS DE LA PRENSA (1923-1929). Encarnación Lemus López.

-La Naviera Ybarra. Adolfo Castillo Dueñas

- Libro de Oro de la Exposición Ibero Americana

-Archivo del Ejército del Aire

- ABC Sevilla.- LA ESTANCIA REGIA EN SEVILLA. Págs. 17 y 18 30 de Octubre de 1929

- ABC Sevilla.- LA EXPOSICION IBEROAMERICANA. Pág. 18 01 de Noviembre de 1929

- ABC Sevilla.- SEVILLA BARRIO A BARRIO

-Nuestra Marina Mercante. El Sol. 08 de noviembre de 1929.

- La Compañía Ybarra ha llevado a la Exposición el modelo de su moderna motonave “Cabo San Antonio”. La Época. 26 de abril de 1930.

- El Stand de la Compañía Trasmediterránea. La Época. 26 de abril de 1930.

- La Compañía Trasatlántica y la Exposición Iberoamericana. La Época. 26 de abril de 1930.

- Nuestra Marina Mercante. La Voz de Menorca. 27 de diciembre de 1929

- http://www.sevillasigloxx.com
-http://cvc.cervantes.es/actcult/museo_naval/sala8/caracteristicas/
http://portal.apsevilla.com/wps/portal/puerto_es/cultura_es?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/APS/puertosevilla/potleisure/cultura/CultPatrimonio/
-http://astilleroscadiz.buques.org/Construcciones/Echevarrieta/ 
-http://vidamaritima.com/2007/06/la-motonave-cabo-san-antonio/
-http://www.trasmeships.es/29.html



















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